De la icónica “Travel Series” de Assouline, por fin ha llegado un libro clave sobre la CDMX, escrito por Aleph Molinari (coeditor en jefe de la revista Purple) y Anfisa Vrubel (investigadora y editora general de las revistas Art Observed y Purple). ¿Pero qué hace tan especial a la Ciudad de México y cómo se puede resumir en un libro? En una entrevista muy especial, los escritores nos cuentan todo lo que hay que saber al respecto.
Mexico City es el compendio de todas las capas que conforman un paisaje cultural multifacético: una ciudad “tan compleja, caótica y hermosa”, encapsulada por las palabras de Aleph Molinari y Anfisa Vrubel. Aunque el libro podría ser una extensión de su número editorial Purple anterior, sobre México, este proyecto no dejó de ser desafiante.
“Es uno de los países con más regiones étnicas, con la cocina más diversa; está el mestizaje, La Revolución y la Independencia; y luego está el México de hoy, donde ves todo conviviendo: lo prehispánico con lo colonial, al lado de un edificio en ruinas por un terremoto y otro corporativo”. Y no, no hay que ser experto en diseño, historia o arte para quedar fascinado. “Lo especial es que hay una estética definida y lo sientes en todo. Eso es lo que queremos capturar: la esencia que hace a CDMX instantáneamente reconocible”..
Entrevista con Aleph Molinari y Anfisa Vrubel, autores del nuevo libro must de Assouline: Mexico City
¿Cuál fue su proceso creativo?
Anfisa Vrubel: Empezamos desde el diseño de la tierra y su geografía hasta los detalles de la escena cultural del pasado hasta el presente. Hicimos también bastante investigación para destilar tesoros de información en un modelo de la ciudad.
Aleph Molinari: Como mexicano, para mí fue revisar mis referencias en la literatura y la historia. Comencé con la recopilación de poesía de los tlatoanis, luego pasé por la era colonial hasta el modernismo: Juan Rulfo, Octavio Paz, hasta Juan Villoro para reinterpretarlo todo en nuestra propia perspectiva.
¿Alguna experiencia importante para redactar el libro?
AV: Para mi fue invaluable conocer a Karla Niño, curadora del Museo Anahuacalli, quien me dio un recorrido de los archivos privados y me contó la historia de este santuario que une la tradición indígena y al modernismo. Y Julia Villaseñor, de la galería Kurimanzutto, quien me dio un resumen de la ciudad y su arte desde los años 80 y 90 y como esto abrió diferentes dimensiones políticas y económicas, lo que se filtra en la cultura y el arte que nos lleva hasta hoy.
¿Cuál fue el momento más revelador en su investigación?
AM: Compré una nueva versión de Las cartas de relación de Hernán Cortés con 200 páginas adicionales acerca del contexto de la conquista. Ahí, aprendí cómo Cortés llegó a México escapando de la traición en búsqueda de la expedición de Grijalva. Si él no hubiera conquistado Tenochtitlan y enviado el tesoro de Moctezuma, lo habrían colgado en España. México representa el encuentro entre dos mundos, el viejo y el nuevo. Es fascinante retroceder en la historia y encontrar todos estos detalles… no sólo en el período colonial, sino toda la historia moderna o principios del siglo XX, con Juan Rulfo, desde sus películas hasta sus viajes a Oaxaca con sus descripciones de la comida, el paisaje, la luz.
AV: Fue sorprendente ver mapas y representaciones antiguas de Tenochtitlan. Me encantó también profundizar en la obra de artistas mexicanos como Luis Barragán, Juan O’Gorman, o Leonora Carrington, y como se inspiraron en la estética mexicana.
¿Algún concepto erróneo y común sobre la historia de México?
AM: La historia se reescribe constantemente, pero lo fascinante es que hoy somos mucho más conscientes de las implicaciones coloniales que han estado esclavizando a gran parte de la población. México ha despertado en los últimos 15 años en cuanto a los estereotipos que se están plasmando. No podemos olvidar que durante el período colonial, México tenía uno de los sistemas de castas más grandes del mundo. No quiero decir que esto era algo positivo, pero sí representaba una muy amplia diversidad cultural: había gente de China, población negra, de Europa y más de 70 grupos étnicos, y todos se entremezclaban. México es realmente un país de mestizaje. Lo interesante de reescribir la historia y reconsiderarla es pensar cómo vamos a crear una sociedad que sea más justa y más inclusiva.
¿Qué hace especial a CDMX en de Travel Series?
AM: La identidad mexicana es realmente amplia y se redefine constantemente. De igual manera, la CDMX es un microcosmos del país; esto crea una escena única y donde se encuentran artistas que vienen a producir e inspirarse con artesanos. Esos dos juntos siempre crean un tapiz cultural de gran riqueza. También hay mucho más presencia y valoración de lo prehispánico: más restaurantes se centran en el maíz, la milpa, los productos endémicos, que es el núcleo de lo que venimos comiendo desde hace miles de años. Creo que hay más intención en esas cosas y eso es realmente destacable.
¿Cuál es su visión para la Ciudad de México?
AV: El interés por la CDMX es un fenómeno histórico: la ciudad representa un enigma y misterio tentador. Muchos extranjeros vinieron a México a mediados de siglo escapando de guerras, persecuciones, o simplemente buscando inspiración, y eso contribuyó al paisaje cultural. ¿Cómo se desarrollará en el futuro? Es una cuestión de política del gobierno, y un acto de equilibrio. Pero yo creo que acoger loes necesario abrazar lo extranjero para que una megalópolis se mantenga dinámica y vibrante.
AM: Es muy productivo para México estar conectado con el mundo y la conciencia de su identidad. Es un destino importante de turismo y para extranjeros que vienen a vivir aquí y eso es muy criticado, pero ¿quién critica eso de París? París es París y la identidad francesa sigue y siempre estará ahí. Así que no creo que sea negativo, tenemos que abrazar las cosas que vienen de afuera y enfocarnos en cultivar la sociedad que queremos con valores mexicanos (familia y cocina, hospitalidad y calidez, estar en la calle y encontrarte con cierto grado de caos).
El mayor don’t al visitar CDMX por primera vez…
AM: No busques dejar huella con tu forma de hacer o ver en una sociedad o cultura que estás visitando. Eso significa ser respetuoso con la idiosincracia, pero yo diría que en México son más do’s que dont’s.
AV: La CDMX es divertida, pero también tienes que ser consciente del contexto local y cultural. Lo más importante es apreciar lo que hay en el fondo: una cultura cálida, hospitalaria y muy acogedora que me impacta y es parte de la razón por la que me quedé. Es una ciudad grande, pero se siente pequeña e íntima si lo permites.
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