Una de las muchas consecuencias negativas de la pandemia ha sido el énfasis en un concepto de salud que se basa en el peso de las personas. Esto, junto con la vida un poco más sedentaria que hemos tenido que llevar y con la posible ansiedad que sentimos por Covid, lleva a que hagamos muchos comentarios negativos sobre nuestro cuerpo y el de otras personas, y que perpetuemos estereotipos sobre lo saludable que están lejos de la realidad.
Platicamos con Fernanda Flores, quien es activista para generar conciencia sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), para que nos cuente un poco más de su trabajo y sobre cómo podemos repensar la manera en la que abordamos el peso, el ejercicio, la comida y la salud.
Fernanda Flores: “el amor propio es el nuevo 14 de febrero”
Cuéntanos un poco de ti y por qué decidiste iniciar tu página de Instagram.
Me llamo Fernanda Flores, tengo 30 años, soy estudiante de psicología, amante del psicoanálisis y llevo dos años siendo activista por los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
Soy sobreviviente de un TCA, y cuando empezó la cuarentena y me di cuenta que estaba teniendo muchos pensamientos obsesivos respecto a no poder hacer la misma cantidad de ejercicio que antes, por segunda vez decidí aventarme un proceso de rehabilitación y quise crear Food Freedom para tener un espacio para hablar de todo acerca de la recuperación de un TCA.
Creo que la pandemia ha generado una serie de actitudes y comentarios alrededor del peso y la comida que son muy negativos y gordofóbicos. ¿Cómo podemos hablar de mover nuestro cuerpo o del aumento de peso sin caer en esto?
Para mi sería clave entender el concepto de salud en todas las tallas (HAES por sus siglas en inglés), el cual habla de poder tener salud en cualquier tipo de cuerpo, grande o no, y que también hay falta de salud en cuerpos delgados o gordos.
Otro concepto importante sería el significado real de salud, mucha gente “en nombre de la salud” hace comentarios sumamente gordofóbicos creyendo que el aumento de peso siempre significa enfermedad, y para que alguien tenga salud, es necesario tener salud física, mental, emocional, espiritual… si sacrificamos la salud mental por la física, el resultado puede ser un TCA.
Yo sugeriría nunca comentar el cuerpo de los demás, si subió o no. Más bien preguntar: ¿cómo es la relación con tu cuerpo?, ¿cómo te sientes?
¿Qué es algo que quisieras que la gente entienda respecto a los TCA?
Que son enfermedades mentales graves pero curables. No es ni un capricho, ni una etapa, y mucho menos es algo que van a poder controlar. Igual que investiguen porque hay muchísima desinformación respecto al tema.
Nos han hecho creer que para tener un TCA tenemos que vernos de tal manera, o que un TCA sólo se presenta si la persona se provoca el vómito o no come nada.
Pocas veces escuchamos sobre las otras conductas compensatorias como el ejercicio compensatorio, ayunos compensatorios, pastillas para bajar de peso, laxantes, diuréticos, tips para quitar el hambre, detoxs, dietas restrictivas, entre otros.
Febrero también puede ser el mes del amor propio. ¿Qué es algo que has aprendido al respecto en tu camino de vida y tu activismo?
Que el amor propio no es lo que nos han hecho creer sobre vernos al espejo y esperar que un día salgan corazones, globos y confeti porque amas absolutamente cada parte de tu cuerpo.
Siento que el amor propio es el nuevo 14 de febrero. Con el amor propio aprendemos a respetar nuestro cuerpo, a darle lo que es bueno y se siente bien.
Cuéntanos un poco de las “etiquetas” que le ponemos a la comida y por qué son nocivas (como “fit” o “sin culpa”)
Ponerle este tipo de etiquetas a la comida solo genera que la gente catalogue los alimentos como los “buenos” y “malos” o los permitidos y no permitidos. Estás dándole un valor negativo o positivo a la comida, y el día que comas la “negativa” puede llegar a generar mucha culpa.
Y normalmente las maneras que encontramos para liberar estas angustias emocionales son alguna conducta compensatoria.
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