Este Día de la Mujer, te presentamos nuestra portada digital con algunas de las protagonistas de Señorita 89, una serie que está ambientada en los ochenta en México, pero que aborda muchos de los temas por los que las mujeres seguimos luchando 33 años después.
Marzo es un mes en el que vemos hacia afuera, a las luchas de las mujeres en el país y el mundo y las grandes fuerzas que las ayudan a las retrasan. Pero también miramos hacia nosotras mismas: los prejuicios de los que debemos deshacernos, el odio que hemos dirigido hacia nuestro interior, los conceptos con los que crecimos y ya no nos sirven.
Y de eso va Señorita 89, la nueva serie de Starz Play que puedes ver todos los domingos: de lo externo y de lo interno, lo que puede destruirnos como mujeres y lo que nos salva. Es una serie que cuestiona lo que entendemos como belleza, hermandad y éxito. Y además está súper entretenida y tiene increíbles actuaciones.
En InStyle entrevistamos a Ilse Salas, Natasha Dupeyrón, Leidi Gutiérrez y Ximena Romo, algunas de las protagonistas de esta historia, para que nos cuenten su historia personal con el feminismo, la belleza y el amor propio.
Hablamos de belleza con las protagonistas de Señorita 89
¿Cuál ha sido tu relación con el feminismo y las luchas de las mujeres?
Ximena: Conocí el feminismo desde muy pequeña, porque mi madre es feminista, pero ella me dejó mucho tener mi propio camino, además era una época donde no era popular. Siento que mi manera de verlo es que hay muchos feminismos pero es una forma de atacar a un sistema que nos quiere poner debajo del hombre y que nos violenta. Últimamente he tenido más despertar feminista, igual que muchas otras mujeres. Constantemente me estoy replanteando cosas y a partir de esta serie todavía más.
Leidi: Señorita 89 me ha cambiado mucho y me ha demostrado el poder que tiene que las mujeres hablemos de la violencia de género, la cosificación, la discriminación a las maternidades. Me he unido mucho más a este movimiento.
Yo vivo en Tijuana y estoy muy al tanto de lo que pasa en mi ciudad, en la frontera. Y hacer proyectos como este me ayuda a aportar un granito de arena a la causa para concientizar a la gente. Me encanta que la serie se estrene cerca del 8 de marzo.
Natasha: Creo que antes me ponía muy emocional cuando hablaba del tema, algo nuevo y todo el tiempo quería publicar de eso, me enganchaba… Y llegó un momento en el que quise cuidar mi discurso, ahora no soy tan reactiva y eso ha traído mucha paz a mi vida. Busco más información y paso más tiempo meditando y pensando que compartiendo. Ha sido una evolución muy bonita.
Yo era de esas que tenía más amigos que amigas porque las mujeres no me caían bien. Y el feminismo fue llegando, al principio no lo entendía pero algo me resonaba.
Ilse: Mi personaje es una “mujer macho” y creo que eso es algo muy común. Yo tengo muchas violencias interiorizadas. Yo, mi madre, mi abuela y para atrás y una vez que hacemos conciencia, son pequeñas cosas que te van abriendo los ojos.
Una amiga periodista dice que una vez que te pones los lentes para ver el machismo ya ves el mundo diferente… y de eso va Señorita 89. De cómo normalizamos que no tengamos las mismas oportunidades, las violencias que vivimos en la maternidad, la desigualdad política, económica y social.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con este equipo en el que predominan mujeres, tanto como directoras como guionistas y en el cast?
Ilse: Sí es muy diferente, y no por mejor o peor. Es una sensibilidad distinta. Sobre todo por la empatía de género que tenemos. En esta serie la mayoría de los personajes son mujeres y hay empatía de las directoras, porque todas hemos estado ahí. Aunque cada una desarrolla una historia distinta, todas hemos sentido esos ataques y abusos, lo hemos encarnado y eso nos hace más sensibles a cómo abordar las ficciones.
Ximena: Es el tipo de proyectos que yo como actriz siempre estoy buscando. Las creadoras, Lucía Puenzo y María Reneé Prudencio, me parece que son geniales, desde que leí el guión me encantó y supe que iba a ser una serie de mucha calidad. Siento que a veces en las series se muestran temas feministas muy superficialmente, pero para mí la ficción debe hacer preguntas y meterse en la complejidad de los temas.
Creo que hace la diferencia quién cuenta la historia. No solo porque la cuente una mujer va a ser feminista, pero sí cambia la perspectiva, sobre todo en personajes femeninos. Creo que no ha habido tanto campo para que las mujeres contemos nuestras historias y sí no noto las diferencias.
Leidi: Cada vez hay más mujeres en esta industria que es muy difícil para nosotras. Creo que es un avance el que las producciones tengan equipos con más mujeres. Hay muchísimas cabecitas creando cosas, haciendo historias nuevas y está muy padre que poco a poco se nivele el terreno. Para mí es un orgullo ser parte de una serie que fomenta esto.
Natasha: Soy feminista hace mucho tiempo pero creo que con esta serie mi parte machista salió y pensé que iba a estar complicado trabajar con tantas mujeres. Pero fue una gran lección, porque entre nosotras sí nos podemos llevar bien, confirmé que es mentira que no podemos colaborar. Fue padrísimo, salí con amigas de este proyecto.
Las mujeres también podemos tener privilegios, por ejemplo en el caso del racismo y los tonos de piel. ¿Cómo fue tu proceso de comprender esto?
Ilse: Son esas cosas que normalizamos y hasta que alguien nos hace encararlas, no es fácil que lo observemos. Yo no reparé en que tenía privilegios por mi color de piel hasta que lo empezaron a decir las demás. Yo siendo una joven de veintitantos, comenzaron a comentarlo mis amigas morenas y yo no entendía hasta que hice un análisis profundo y me di cuenta que sí. Tal vez yo no lo propicié, pero soy parte del sistema.
Y ahora es muy difícil no verlo, estamos rodeadas de información y si sabemos leerla y buscar la adecuada, podemos abrir los ojos, diversificarse y aliarnos.
En mi caso ha sido muy contundente en los últimos 10 años, darme cuenta de los privilegios que tengo por mi tono de piel y cómo se puede resarcir para que tengamos todas las mismas oportunidades.
¿Cuál es un tema que te gustaría seguir explorando en tu trabajo?
Leidi: En Señorita 89 me tocó encarnar un problema que parece que se ha olvidado, porque mi personaje es de Chihuahua, y los feminicidios en Juárez no se han resuelto. Quisiera seguir hablando de eso. Y otro tema que aquí se expone es la discriminación a la maternidad, y no sabría decirte una película, serie o documental que lo aborde. Yo soy mamá soltera y me ha tocado estar en situaciones en las que me discriminan, me dicen que soy menos bella, menos inteligente o menos productiva. Quisiera seguir explorando estas situaciones.
¿Cómo has construido tu propia manera de ver la belleza?
Ilse: Es un camino en el que estoy. Tengo la suerte de que encuentro la belleza en la diversidad desde hace tiempo, quizá porque soy una persona creativa, encuentro belleza en lo que no es perfecto, en lo que no es común. Son las historias y personas que me atraen. Y ahora lo que veo es que se está diversificando y lo disfruto, porque se llena el mundo de posibilidades. Y como actores nos toca elegir, si podemos darnos el lujo, proyectos que diversifiquen la belleza y procuren romper estereotipos.
Ximena: En un inicio pensaba mucho en cómo me veían los demás, pero muy pronto me di cuenta de que era una moneda de cambio engañosa, aunque sí me abre puertas. Tuve una relación conflictiva con mi propia belleza en mi vida personal y en mi carrera. Me peleo con lo que los otros me dicen que tiene que ser mi belleza, como los personajes de las seductoras.
Mi trabajo ha sido saber qué me parece bello a mí, cómo me siento bella yo, más profundo que lo que me digan los demás.
Leidi: Creo que yo tengo muy clara mi idea de belleza y definitivamente no viene del aspecto físico. Creo que es una cosa más de tus valores, tus creencias. La belleza viene más de lo que estás aportando y transmitiendo y que de cómo te ves.
Natasha: Yo crecí creyendo encajar, queriendo seguir las reglas para llevar una vida feliz. Y llevo un rato trabajando en lo que es para mí el autoestima, la belleza. En todos los días recordar que mientras yo esté cómoda y feliz conmigo, eso es belleza. Porque no es un patrón, la belleza es algo muy personal.
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