Confirmado: “¿Vas a terapia?” debería de ser el nuevo “¿estás a dieta?”
Estilo de vida

Confirmado: “¿Vas a terapia?” debería de ser el nuevo “¿estás a dieta?”

*Agenda su siguiente cita de terapia *

Hola, otra vez yo, con un tema nuevo que estoy segura disfrutarán leer, tanto como yo escribirlo. Quiero aclarar que esto está basado en mi experiencia personal y nada más eso. 

Dicho esto, comencemos. 

Al igual que tú y millones de personas alrededor del mundo, los últimos meses me la he vivido en cuarentena y aunque han sido años de mucho trabajo interno, las últimas semanas he logrado conectar conmigo más que otra etapas de mi vida y los resultados se están viendo reflejados.

Para serles honesta, el trabajo de amor propio empezó desde el año pasado, sin embargo, estos últimos días he recibido más reconocimiento externo, por así llamarlo, que nunca antes en mi vida. 

¿Cómo sucedió? Como muchas de ustedes, he estado subiendo stories a mi Instagram en donde pues sí, me veo más flaca. Claro que intencionalmente subo la que me hace el abdomen más plano, pero es un hecho que soy otra a la que era hace, por lo menos, un año. Sin embargo, me quede pensando sobre el tema luego de tener un festejo covidiano.

Tuve una pequeña reunión vía Zoom, en donde, los “estás más flaca”, “qué estás haciendo”, “te ves guapísima”, “qué dieta estás haciendo”, no pararon y para serles honesta, sentí padrísimo (mucho muy) pero cuando trataba de explicar lo que había hecho y todo el camino que había recorrido para lograr el cambio, sentí un poco la desilusión de las personas por no darles la receta clásica de 1,200 calorías al día.

Creo que es completamente normal, yo también crecí con la firme idea que todo lo que merecemos está detrás de llegar a tu peso ideal y que esto solo se logra sufriendo el camino de dieta en dieta y gimnasio en gimnasio. Sin embargo, los últimos casi dos años lo hice completamente diferente y es cuando más cambios he notado de mi, para mi.

Primero que nada, regresé a terapia y creo que esa fue la pieza clave en todo el journey que viví. La grasa es normal en cualquier cuerpo humano, pero el exceso de esta se produce para sentir cierto tipo de protección. Claro, todo es inconsciente y notarlo puede tomar años. A lo que voy con esto, es que toda mi vida me la viví a dieta, odiando la báscula y limitando mis planes por las barreras que ‘estar a dieta’ me generaba. Aunque la siguiera a la perfección, nunca lograba bajar grandes % de grasa y por lo general, rebotaba todo el peso que bajaba.

Sin embargo, cuando empecé a trabajar temas como: relaciones con papá y mamá, miedos, apegos, amor propio, enojos, limitantes, responsabilidades, entre muchas otros y dejé de centrarme en querer de bajar de peso para ser aceptada por el mundo y comencé a aceptarme yo misma (sin saber que lo estaba haciendo) fue que todo comenzó a fluir.

Claro que no fue fácil, necesité decisión, constancia, esfuerzo y valor, como toda dieta lo requiere. También tuve mis limitantes, no necesariamente a postres, pero sí a personas y situaciones que no me sumaban. Identifiqué que cuando sentía estrés lo tapaba con comida (ya no, ahora me contracturo jajajaja SOS tengo que aprender a manejar eso). Y poco a poco fui sanando mi relación con la comida (tal cual, como si fuera una persona) y ahora es mi más amiga. Sé escuchar a mi cuerpo y he podido identificar datos como que el exceso de azúcar me pone ansiosa (antes juraba que sin este ingrediente me moría) o que sí es posible poner en práctica el ayuno intermitente y notar resultados increíbles.

Ojo, quiero aclarar que en este inter seguí cuidando mi alimentación, haciendo ejercicio y creando sanos hábitos, sin embargo, dejé de hacerlo sintiendo que era algo pesado. Cambió mi chip, lo hice pensando en los resultados que iba a lograr, alineando mi pensamiento y acción con la meta que tenía (bueno tengo todavía no llego a ella) y decidí hacerme el camino más ameno y disfrutarlo.

Entonces, sí hoy me preguntan, ¿qué dieta hice? Les contestaría: la del amor propio e ir a terapia. El menú es más o menos así:

Desayuno

-Haces una cita con tu terapeuta (yo voy a varias con diferentes métodos)
-Te topas con tu lado luminoso y obscuro
-Te sacas de onda
-Lloras o te enojas
-Pones resistencia (no quieres regresar a terapia)
– Te aceptas y aceptas la situación


Colación 1

-Cuidas tu alimentación
-Haces ejercicio
-Haces cosas que te hagan sentir bien (pintar, bailar, escuchas podcast, whatever…)

Comida

-Eres feliz
-Te sientes segura de ti misma
-Disfrutas
-Pones límites
-Haces lo que te hace sentido tanto mental como fisicamente
-Te empiezas a sentir bien contigo misma
-Por lo tanto haces más cosas que te den paz y alegría

Colación 2

-Sales con tus amigos
-Viajas
-Trabajas
-Tienes un breakdown
-Te levantas

Cena

-Dudas pero sigues adelante
-Repites

Nunca acabas

Explora más en: Instyle.mx