Antes de empezar a leer este artículo, quiero dejar claro que no soy ninguna experta en nutrición, ni ayuno intermitente y esto está basado en mi experiencia personal durante tiempos apriori y durante Covid. Sin embargo, me di la tarea de preguntarle a amigas expertas en el tema (alias licenciadas en Nutrición) quienes sustentan los puntos clave y científicos del tema.
Dicho esto, comencemos con mi testimonio.
Digamos que no es ninguna novedad que los seres humanos sufrimos de ansiedad. Unos más que otros pero, estoy casi segura que cada individuo de esta Tierra ha tenido por lo menos un síntoma de este estado de ánimo.
En mi caso, ‘luchaba’ contra la ansiedad sustituyéndolo con comida y, por si quedó la menor duda, solía comer por este estado mental, no porque realmente tuviera hambre. Claro que me llevó años entenderlo e interiorizarlo y creo que fue un combo de todo pues, empecé a ir a terapia, a amarme más y a cacharme cada vez que tenía un atracón, pero honestamente lo empecé a notar mucho más cuando empecé a hacer el ayuno intermitente.
Quiero aclarar que soy la persona más antojadiza de México y si pudiera vivir de postres lo haría, así que no tenía relación alguna con esta técnica y para serles honesta, escuchar la palabra ayuno me daba más hambre. Sin embargo, decidí bajar la aplicación Zero, especializada en los diferentes tipos de ayuno en donde además de encontrar un cronómetro para medir las horas que llevas, podrás leer miles de artículos relacionados con el tema y decidí empezar.
Empecé con dos días a la semana y la verdad CERO me costó trabajo. El chiste del fasting es estar en ayuno entre 14 y 16 horas y lo que yo hice fue dejar de comer a partir de las 5:00 y 6:00 pm, me tomaba un té antes de dormir y listo. Para ser honesta, lo hice sin expectativas. No tenía idea que me ayudaría a bajar de peso y mucho menos que me quitaría la ansiedad con la que prácticamente toda mi vida había vivido. Pasaron semanas y hubo un mes que llegué a hacer 4 días a la semana fasting.
¿Qué sentí?
Para empezar me sentía mucho más liviana. Es un hecho que no sabemos escuchar a nuestro cuerpo y muchas veces comemos porque debemos no porque realmente tengamos hambre y esto me ayudó a identificar lo que es tener hambre o cuando, básicamente, estoy llenando un sentimiento de ‘vacío’.
Segundo, bajé de peso de manera gradual, sin dejar de comer absolutamente nada (eso sí, hago ejercicio por lo menos 4 días a la semana) y mis medidas empezaron a bajar. ¿Lo mejor? Empezaba a recibir comentarios de la gente “estás flaquisimaaa” “que guapa” bla bla bla y aunque la aprobación de los demás nos debe de vales, la neta, la neta me dieron ánimos.
Tercero, ¡se fue la ansiedad! Así, tal cual. Los momentos de atrancarme unas cuantas galletitas o picar la bolsa de Sabritas (que. efectivamente todos sabemos, no se puede comer solo una) desaparecieron. Empecé a comer cantidades más pequeñas, picar cochinadas solo me pasa un día antes de que me baje el periodo y ahora me siento rara cada vez que viene la ansiedad a mi. Lo más curioso es que bajó mi antojo por lo dulce y se niveló con lo salado, es como si se hubiera creado un equilibrio.
Lo repito, esto fue mi experiencia, sin ningún sustento médico. Sin embargo, ya las conozco y sé que les gusta tener ese dato que sustente lo que digo, así que le pregunté a dos amigas nutriólogas quienes me explicaron desde el punto de vista médico, por qué el ayuno sí baja la ansiedad y puede llegar a ser una gran herramienta.
Adriana Violante
Nutrióloga Clínica y Funcional en Bienesta, runner y amante de los pastores alemanes.
Uno de los grandes beneficios del ayuno intermitente es que promueve la sensibilidad a la leptina (hormona que brinda saciedad) y normaliza los niveles de ghrelina (hormona responsable del hambre). Por lo tanto, el efecto en el cuerpo será menos ansiedad por azúcar y hambre más controlada durante el día.
-Adri Violante (abril,2020)
Andrea Rodríguez
Nutrióloga de Team Máximo Esfuerzo, creadora de las recetas más ricas healthy de todo Instagram.
Científicamente se ha comprobado que el apego a una dieta es lo que hace que realmente funcione. Así que si hacer ayuno es una herramienta que te hace sentido y se acopla a tu vida, ten por seguro que notarás resultados
Andrea Rodríguez (abril, 2020)
Así que si estos días en casa te han hecho mucho más propenso a comer por ansiedad y visitas la cocina más veces que cualquier otro lugar de tu casa, te recomiendo intentarlo.
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