Si eres una shoe lover, debes conocer Cornelio Borda: una marca que crea diseños intrépidos fusionando el saber hacer de marroquinería del made in Italy y los textiles incomparables del made in Perú en perfecto equilibrio. Hablamos con su creadora y esto es todo lo que nos contó sobre la marca.
“En la época en que todos querían ser de otro país, mis tías abuelas siempre estuvieron orgullosas de sus raíces indígenas y tradiciones. Sólo puedes querer en serio lo que conoces y gracias a ellas conocí el Perú y aprendí a amarlo”, platica Renata García-Menacho sobre las cuatro mujeres que vivían en la calle limeña de Cornelio Borda, el nombre de una marca cuya alma se llena del recuerdo de la casa de su infancia.
Perú es “tradición, herencia cultural y amor”, y también lo compara con México, otro lugar en el que vivió cuando era economista. Sí, en la época cuando Renata, trabajando en los cuatro continentes durante años, pensaba que “sólo desde la política o la economía se podía mejorar el mundo”; de noche escapaba a los bocetos de zapatos y costuras de ropa. Vivía una doble vida, como en su infancia: “Nuestros padres se enfocaron en que aprendiéramos idiomas, estudiáramos escritores, pintores y artistas extranjeros. Pero los fines de semana nos dejaban en Cornelio Borda. Ahí se respiraba por todas partes el Perú y cada visita era como una fiesta con ponchos de alpaca, sombreros típicos del norte del país”.
Los elementos de esta casa pasarían al mundo del lujo años más tarde: fuentes de madera con cóndores se tradujeron con punto de cruz en slippers bordadas con la misma ave, los tumis en la pared a botines tumi y las alfombras a las Alpaca carpet shoes que Renata diseñó durante su maestría de accesorios en Roma. “Me inspiré en la alfombra que mis tías abuelas bordaron para su comedor. Pude mostrarle mi trabajo a Alessandro Michele y Marco De Vincenzo (en ese entonces directores creativos de Gucci y Fendi), que me motivaron a seguir con la idea”. Suaves, esponjosas y de hilo de alpaca reciclado; al igual que las demás piezas, están diseñadas con la merma de producciones locales y materiales sustentables.
Entre maestros de fibras de algodón y alpaca (casi tres veces más flexible y resistente que merino y mohair; suave, hipoalergénica, impermeable y antiinflamable) y expertos de marroquinería y calzado, hay un intercambio constante para la cocreación. “En Italia creamos las hormas, investigamos sobre accesorios metálicos y materiales innovadores. En Perú nos enfocamos en fibras naturales y técnicas ancestrales de diferentes regiones. Cada equipo respeta el conocimiento del otro y están en comunicación. […] También quiero que el equipo crezca con la marca, el hecho de que una bordadora madre soltera pueda financiar los estudios de su hijo con su trabajo”.
Aquella visión viene acompañada de experimentación creativa para que el mundo conozca al Perú como un país que no sólo maquila, también diseña “esculturas que, a diferencia de la ropa, no pierden su forma cuando te las quitas” con materiales peruanos, desde piel de alpaca obtenida de una venta controlada (cuando las alpacas mueren por causas naturales), hasta un cuero natural amazónico (Shiringa). Así, con responsabilidad y pasión por innovar desde el saber hacer, Renata continúa su carta infinita de amor (con pies en la tierra, bien conectados a sus raíces y Cornelio Borda escrito en el cielo). “Vivimos nuestras vidas encima de los zapatos. Usar Cornelio Borda es llevar la magia del Perú por el mundo”.
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