Estamos a 30ºC en la ciudad y contrario a lo que muchos podrían creer, el número uno en mi wishlist no es un bikini, sino un vestido tejido. El knitwear, a menudo asociado con las temporadas más frías, toma ahora un nuevo significado de la mano de Escvdo y Chiara Macchiavello (su fundadora) , un proyecto social que entreteje la historia de su infancia con la herencia textil peruana en un trabajo en equipo con artesanos de la región, desde hace más de 20 años.
Preservar las tradiciones textiles en Latinoamérica es una meta que muchos se han planteado, pero pocos se han atrevido a hacer realidad. Veinte años atrás, un viaje por los Andes de Perú fue la semilla que plantó en Chiara Machiavello la idea de descubrir y reconectar con la herencia cultural de su país.
Entender el textil como una de las bases más sólidas de la identidad cultural fue una de sus principales motivaciones para 10 años después embarcarse en la mayor aventura de su vida: Escvdo. Sus conocimientos en diseño gráfico, de vestuario y performance se unieron a través del lenguaje universal de la moda, logrando crear un proyecto social que hoy va mucho más allá de sólo una marca.
Es claro que sus diseños no son como nada que hayamos visto antes y se destacan por ser sumamente elegantes con el fin de elevar la artesanía hacia un lenguaje más contemporáneo. “Me siento muy afortunada de haber nacido aquí, es un paraíso cultural para cualquier diseñador. Existen tantas técnicas en las diversas regiones que la inspiración es inagotable”. Gracias a esto, la marca es ahora un referente internacional, vendiéndose en plataformas como Moda Operandi o formando parte de la colección permanente del FIT.
“Nuestro país ha trabajado la maquila de marcas extranjeras durante muchísimos años, pero no exporta marcas propias; así que poder mostrarle al mundo lo que sabemos hacer bajo una bandera de lujo y sostenibilidad es una de las mayores gratificaciones”.
Puede que 10 años atrás la sostenibilidad ni siquiera formara parte de la agenda, pero sus principios éticos hicieron de ella un pilar principal de forma natural. “No es una colaboración, los artesanos son parte del equipo y también forman parte del proceso creativo”. En este arte ha podido encontrar también un espacio meditativo, donde 95% de las mujeres que conforman su equipo pueden experimentar una conexión interna a través del bordado.
“El impacto va mucho más allá de lo económico en aspectos que tal vez no son tangibles, pero que detonan el bienestar emocional de las artesanas, como la disminución de la violencia doméstica o el incremento de la educación en los hijos”. Preocupada porque las nuevas generaciones no quieran continuar el oficio, se enorgullece de poder contribuir a su formación a través de Escvdo, gracias al enfoque moderno que le da a las piezas, motivando a que cada vez más hombres se interesen por volver al tejido. A todo este esfuerzo se suma también el respeto al medio ambiente en materia de fibras, trabajando con lana de alpaca o biomateriales. Si ya te convencimos de hacer tu pedido, debes hacerlo cuanto antes, que su modelo made-to-order (para evitar altos niveles de stock) toma tiempo, pero vale la pena la espera.
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