Seguro personas cercanas a ti te han dicho que la padecen, sobre todo en el contexto de la pandemia por Covid, pero ¿qué es exactamente la ansiedad y cuáles son sus síntomas?.
La ansiedad es una emoción y respuesta natural del cuerpo a situaciones de amenaza o peligro; es básicamente un mecanismo de defensa coordinado por nuestro cerebro, que podemos identificar gracias a los síntomas que causa en el cuerpo.
Entonces podemos pensar que es un mecanismo súper inteligente de nuestro cuerpo para ayudarnos a notar cuando una situación no es buena. Lo que no es normal es que aparezca de manera desmedida en situaciones en las que estás a salvo, o que la sientas a un punto en el que ya no puedes realizar tus actividades diarias.
Entre los síntomas que te pueden ayudar a reconocer la ansiedad están:
- Sentir preocupación o angustia excesiva por situaciones que no podemos controlar.
- Dificultades para concentrarse.
- Problemas de memoria. Esto no es una disfunción en la memoria, sino que se da porque, al aparecer la ansiedad, centramos la atención los pensamientos intrusivos y se crea una alteración en la atención. Ya sabes, cuando no puedes dejar de pensar en algo que te preocupa y entonces tienes problemas para recordar dónde dejaste tus llaves.
- Trastornos del sueño, especialmente insomnio, aunque también puede presentarse el sueño excesivo como mecanismo de evasión.
- Pensamientos intrusivos y obsesivos que no pueden ser controlados, aunque los rechacemos. Un ejemplo sería no poder dejar de preocuparte por todo lo que puede salir mal en un viaje.
- Se puede manifestar de manera física en forma de náusea, dolor abdominal, estreñimiento. Los síntomas físicos más comunes sueles ser la taquicardia, la sensación de que falta aire al respirar y temblores.
- Desarrollar miedos intensos o irracionales a una situación, como estar en algún lugar con muchas personas, los lugares cerrados y pequeños, algún animal, etc.
¿Qué hacer si me han diagnosticado ansiedad o me identifico con varios de los síntomas?
Cuando la ansiedad aparece en nuestras vidas, es importante que un profesional de la salud mental nos diagnostique pues cada organismo reacciona diferente ante el estrés y la ansiedad.
Mientras algunos perdemos el apetito otros confunden la ansiedad con hambre, mientras algunos pasamos noches de insomnio otros caen dormidos por horas afectando sus actividades diarias, por esto es necesario un seguimiento o tratamiento que se adecue a nosotros.
Otra razón por la cual ir a terapia es el Tip #1 es porque a veces las personas que nos rodean no saben cómo actuar ante estas situaciones, pero un profesional de la salud mental podrá acompañarte de la manera correcta y también ayudarte a comunicar lo que necesitas a tus seres queridos.
Reconoce la ansiedad como una compañera y no como una enfermedad
La ansiedad es la manera del cuerpo de decirnos que algo anda mal; ya sea algo por lo que nos sentimos culpables, una situación que nos ponga de nervios, algo que no queramos enfrentar. Sin embargo, es importante aprender a dominarla para que no nos controle a nosotros.
Es como esa amiga que te avisa que traes algo en el diente, debemos prestar atención a las maneras en las cuales nuestro cuerpo o mente piden ayuda para tomar acción y resolverlo.
Reduce la ingesta de cafeína o bebidas energéticas
La cafeína es una sustancia estimulante que se puede encontrar en el café, el té, el chocolate y en las bebidas energizantes.
Cuando consumimos altas dosis de estos productos la ansiedad puede incrementar ya que actúan sobre el sistema nervioso y pueden alterar el pulso haciéndonos sentir una sensación de pesadez en el pecho o palpitaciones que nos llevan a la dificultad para respirar.
Practica la respiración
Cuando el estrés y la ansiedad se hacen presentes, el sistema nervioso simpático se activa haciendo que el cuerpo entre en modo “fight, flight or freeze” dependiendo de cómo reacciones al estrés, puedes experimentar un sentimiento de pelea caracterizado por temblores, ganas de huir o lo que muchos llamarían quedarse congelado.
Cuando esto sucede, puede que experimentes una aceleración en el ritmo cardíaco y la respiración, es por esto que es importante practicar la respiración pues nos ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, el cual controla la relajación. Puedes usar ejercicios de respiración o usar apps con herramientas similares.
Recuerda que no estás sola
Los pensamientos originados en los ataques de ansiedad suelen terminar angustiándonos más, pues tendemos a hacer los pensamientos más grandes causándonos más preocupaciones o dolor, hablar con alguien es siempre una buena opción, pues al exponer la situación ante los demás nos permitimos ponerla en perspectiva y observarla desde otro lado, no solo desde el miedo y la preocupación ayudándonos a poner los pies en la tierra.
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