¿Is somebody gonna match my freak? Hablemos del Monster Romance
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¿Is somebody gonna match my freak? Hablemos del Monster Romance

El romance monstruoso, o “monster romance,” como género literario y cinematográfico, es un nicho dentro del género del terror que muchos de nosotros hemos llegado a conocer y amar. Esta trama ha estado con nosotros toda la vida, con clásicos como King Kong, que odia a todos los humanos menos a Ann Darrow, o la interpretación de Drácula de Bram Stoker, donde el vampiro se enamora perdidamente de Mina, quien parece ser la reencarnación de su primer amor, Elisabeta.

¿Is somebody gonna match my freak? Hablemos del Monster Romance
Foto de InStyle

Como todo género literario, el “monster romance” tiene sus raíces en la mitología y el folclore antiguo. Aunque en estas historias las criaturas rara vez se enamoraban de los mortales, era común escuchar cuentos sobre enredos poco platónicos entre humanos y seres míticos. Los griegos y romanos contaban mitos de Zeus u otros dioses, teniendo amoríos con mortales, a veces en forma de humano o de alguna criatura. Estas primeras narrativas inspiraron a autores modernos a transformar los mitos en el género de romance monstruoso que conocemos hoy. Especialmente durante la era de la literatura gótica, a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Las historias góticas exploraban las relaciones amorosas en situaciones poco convencionales y eran básicamente una carta de amor a las criaturas que habitan en nuestras peores pesadillas, dándoles un giro más allá de solo ser villanos. En este género, los vampiros, hombres lobo y criaturas míticas, no sólo son monstruos, sino seres que también enfrentan el dolor del amor. Estos monstruos que vemos en las películas y la literatura muchas veces se encontraban aislados por sus diferencias, y servían como representación del dolor del rechazo. 

Una de las primeras novelas de este género fue Frankenstein de Mary Shelley, escrita en 1818. En esta historia el monstruo era en realidad una personificación de la soledad que Mary sentía en su matrimonio con Percy Shelley, un hombre que aparte de menospreciar su talento, ¡¡le fue infiel con su propia hermana!! En la historia el monstruo de Frankenstein es abandonado por su creador, dejándolo solo en un mundo sin amor. En realidad, la criatura no es un villano, sino al igual que muchos solo busca estar tantito menos solo. 

¿Por qué todas queremos un novio monstruo? 

Aparte de ser increíblemente adictivos de ver (*cough* *cough* The Vampire Diaries), el romance monstruoso combina lo mejor de los dos mundos: el suspenso del terror con la tensión del romance, creando una mezcla de miedo y cariño, dos sentimientos que por lo general nunca coexisten en papel o en pantalla. En estas historias, el interés amoroso suele tenerle miedo al monstruo, y ese miedo se convierte en una parte importante de su relación, intensificando el romance con la tensión de horror. 

Tomemos como ejemplo a nuestra pareja vampira favorita; Bella y Edward de la saga de Crepúsculo. Su relación siempre está en peligro, a cada rato Edward dice que la sangre de Bella es irresistible para él. Aunque en cualquier otro subgénero del romance esto sería mega creepy en el romance monstruoso esa tensión constante entre el deseo y el peligro le añade una capa de tensión a su historia de amor. O piensa en Edward Scissorhands y Kim; en su relación también hay una atracción por lo prohibido. Edward nunca puede tocar a Kim sin correr el riesgo de lastimarla con sus manos, lo que hace que su amor sea todavía más trágico y condenado.

En estas historias, la línea entre el deseo y el terror se borra, jugando con las emociones de los personajes y del público. Al fin y al cabo, siempre ha existido una atracción por lo prohibido, y, ¿qué es más prohibido que enamorarte de alguien que, en cualquier momento, podría matarte?

El genero como lo conocemos hoy 

La leyenda francesa que inspiró la película de Disney, La Bella y la Bestia, escrita originalmente por Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve en 1740, funcionaba como una historia para manipular a las mujeres a matrimonios un tanto monstruosos. En esa época, muchas jóvenes estaban casadas con hombres mucho mayores que ellas, y esta historia buscaba darles una perspectiva positiva de estos matrimonios forzados.

Avancemos varios años después y las adaptaciones modernas de este género empezaron a explorar el amor en contextos más complejos, donde el monstruo nunca deja de ser monstruo. En lugar de simplemente enamorarse de la criatura a pesar de sus defectos, estas historias exploran el amor de estos mismos defectos.  

La película de Guillermo del Toro, La forma del agua, le da un giro a la clásica película de 1956, El monstruo de la laguna negra. En la historia original, la heroína, Kay Lawrence, no siente ni un poquito de amor por la criatura. Pero en La forma del agua, Elisa, la protagonista que además es muda, comienza a formar una conexión profunda con una criatura anfibia. Aquí, el amor es una aceptación total de la criatura tal como es. En lugar de intentar cambiar sus “defectos” Elisa lo ama exactamente como lo que es.

El genero del "monster romance" como lo conocemos hoy 
Foto de Creature from the Black Lagoon

El amor entre Elisa y el hombre anfibio cambia las reglas del juego. Guillermo del Toro dijo: “Cuando era niño, los monstruos me hicieron sentir que podía encajar en algún lugar, aunque fuera en un lugar imaginario donde lo raro y lo diferente eran aceptados”. 

En este género, ser diferente no actúa como una barrera para el amor, sino que se convierte en un puente para una conexión más profunda. Este género nos invita a confrontar lo monstruoso dentro y fuera de nosotros, a encontrar belleza en lo más grotesco y a reconocer que hasta en lo más oscuro, el amor puede existir.

Pero, ¿qué onda con las monstruas? 

Aunque el género de romance con criaturas nos ha dado grandes historias de amor, con intereses que van desde zombies (Mi Novio es un Zombie) hasta hombres mitad mosca (La Mosca), parece que las historias donde la mujer es el monstruo simplemente no existen. Llevamos años viendo películas en las que las mujeres se enamoran de todo tipo de criaturas, pero ¿dónde está la representación donde la mujer es el monstruo?

Una de las representaciones más icónicas de una “monstrua” mujer es Emily en El cadáver de la novia de Tim Burton. En esta película, conocemos a Emily, una novia zombie que está condenada a pasar la eternidad buscando el amor. Pero, a diferencia de los villanos de siempre, Emily no es mala; en realidad, solo quiere que alguien la ame, a pesar de sus pequeñas imperfecciones, como el hecho de que está muerta y tiene un gusanito viviendo en su cerebro… ¿es mucho pedir?  Sin embargo, el protagonista, Victor, nunca llega a enamorarse de ella, ya que prefiere a una mujer común y corriente como su prometida, Victoria.

Las monstruas en el genero de monster romance
Foto de Corpse Bride

Aunque El cadáver de la novia podría llegar a encajar en el género del romance monstruoso, se diferencia bastante de otras historias del mismo tipo. Aunque claramente hay un vínculo emocional entre Emily y Victor, la trama no se centra en que él se enamore de ella a pesar de su monstruosidad. 

La falta de romance entre Victor y Emily nos hace ver un hueco bastante claro en el género: aunque el romance monstruoso explora la conexión emocional entre seres diferentes, casi nunca tienen la misma tolerancia y aceptación con las monstruas. Parece que “aceptar a alguien a pesar de su monstruosidad” está reservado solo para los monstruos hombres. Amaríamos ver una historia donde, por ejemplo, Brad Pitt se enamore de una monstrua anfibia, pero hasta ahora (y tristemente), no tenemos esa representación.

Antes de que pienses “yo sí he visto pelis con monstruos mujeres”, piénsalo dos veces. En las películas, los “monstruos” femeninos que conocemos no son realmente monstruos, sino robots sexys como Ex Machina o demonias seductoras como Jennifer’s Body. Ellas están lejos de ser grotescas o aterradoras, lo que nos hace preguntarnos: ¿hasta las criaturas y monstruos tienen que cumplir con los estándares de belleza convencionales?

Todo sobre el género Monster Romance

El truco con el género de romance monstruoso es lanzarse a lo desconocido. A estas alturas, ya no nos sorprende tanto la historia de una joven enamorada de un vampiro —la hemos visto mil veces y ya hasta es un cliché. Les toca a las monstruas de la literatura y el cine encontrar a alguien que “matches their freak”.

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