Desde que comenzó su carrera, Lizzo ha sido muy vocal acerca de su interés en no ser solo una cantante, sino en crear un movimiento de amor propio. Sin embargo, una demanda que interpusieron exbailarinas nos dice que, aunque lo ha logrado hacia afuera, su equipo de trabajo todavía necesita cambios para ser incluyente y libre de discriminación. Además, varias excolaboradoras han alzado la voz diciendo que es real, mientras que Lizzo por fin respondió este 3 de agosto.
Esta demanda fue presentada hoy martes 1 de agosto en Los Ángeles y contra Lizzo (cuyo nombre legal es Melissa Viviane Jefferson), Shirlene Quigley (la capitana del equipo de bailarines) y a la casa productora Big Grrrl Big Touring, Inc. Quienes demandan son tres exintegrantes del crew de danza, Arianna Davis, Crystal Williams y Noelle Rodriguez.
No todas las acusaciones incluyen a Lizzo, algunas son solamente para Quigley y/o la casa productora, pero todas son graves y van en contra de los valores que la cantante ha mencionado en sus redes sociales, shows y en su reality show Lizzo’s Watch Out for the Big Grrrls, a partir del cual contrató a dos de las bailarinas que ahora la demandan.
Lo que dice la demanda contra Lizzo
Los puntos de la demanda son complejos, pero todos hablan de discriminación y de un ambiente de trabajo de mucha tensión y presión para hacer cosas con las que las bailarinas no estaban cómodas. Aquí te resumimos lo más importante:
Comentarios de body-shaming
De acuerdo con el documento, Lizzo hizo un comentario sutil acerca del cuerpo de una bailarina, diciendo que “no parecía estar comprometida” con el trabajo, después de que ella subió de peso.
Esto nunca se dijo explícitamente, pero tanto la cantante como Shirlene Quigley le dieron la impresión a Arianna Davis de que “debía explicar su cambio de peso y comentar detalles personales sobre su vida para conservar su trabajo”.
Presión para participar en bromas sexuales
La demanda también menciona que las after-parties organizadas por Lizzo no eran obligatorias oficialmente, pero que las bailarinas sentían que eran desfavorecidas cuando decidían no ir. En una de estas fiestas, en el Distrito Rojo de Amsterdam, la cantante las presionó para que tocaran a bailarines desnudos en un show sexual.
“Lizzo comenzó a invitar a los miembros de su cast a que tocaran a las performers desnudas”, dice el documento. Arianna Davis no participó, por lo que Lizzo “la presionó para que tocara a una de las mujeres y lideró una porra para convencerla de que lo hiciera. Davis dijo tres veces, lo suficientemente fuerte para que la escucharan, ‘no quiero’”. Cuando finalmente cedió y tocó brevemente a la performer, todo el grupo se rió.
El documento agrega que, una semana después, Lizzo invitó a su crew a un show en París, diciendo que sería una oportunidad de aprendizaje, pero no mencionó que se trataba de un cabaret con desnudos.
Comentarios sobre la religión y la vida sexual
La parte que se centra en Shirlene Quigley habla de cómo la capitana de bailarines imponía su religión cristiana en el cast, lo cual incluía hacer preguntas sobre su vida e historial sexual, para saber si habían tenido relaciones sexuales antes del matrimonio.
Cuando se enteró de que Davis era virgen, tocó el tema una y otra vez e incluso lo comentó en redes sociales y entrevistas.
Puedes leer todas las acusaciones aquí. Hasta ahora, ni Lizzo ni sus representantes han respondido a los medios o de manera legal.
La respuesta de Lizzo a la demanda
Lizzo respondió a la demanda y a las acusaciones de otras excolaboradoras este 3 de agosto por la mañana, con un largo comunicado que dice que ha sido una semana muy difícil y decepcionante, agregando que a las exempleadas que han hablado “ya se les había dicho que su comportamiento en el tour era inapropiado y poco profesional”.
Agregó que tiene altos estándares pero “nunca es mi intención hacer sentir a nadie incómodo o poco valorado como parte del equipo”. Y dijo que no quiere ver vista como una víctima pero “tampoco como la villana que la gente y los medios han dicho que soy estos días. Soy muy abierta con mi sexualidad y con expresarme pero no puedo aceptar o permitir que esa apertura me haga ver como algo que no soy. No tomo nada más en serio que el respeto que merecemos como mujeres en este mundo”.También negó categóricamente que criticaría o despediría a alguien por su peso.
Finalmente, dijo que no dejará que estas acusaciones eclipsen todo lo bueno que ha hecho.
Las reacciones de excolaboradoras a la demanda contra Lizzo
Después de que se dio a conocer la noticia, la bailarina, DJ y productora Courtney Hollinquest publicó en sus historias un texto que dice que no es parte de la demanda, pero “esta fue totalmente mi experiencia trabajando ahí. Respeto a las bailarinas que lo están sacando a la luz”.
Este mensaje fue reposteado por Quinn Wilson, quien fue Directora Creativa de Lizzo, con el mensaje: “Hace tres años que no soy parte de ese mundo, por una razón. Aplaudo la valentía de estas bailarinas y estoy de luto por algunas partes de mi experiencia. Apreciaría que me den espacio para entender mis emociones”.
Ese mismo día, la directora Sophia Nahli Allison compartió en su Twitter e Instagram su propia experiencia con Lizzo. Según dijo, viajó con la cantante por dos semanas en 2019 para dirigir su documental Love, Lizzo, pero renunció al proyecto: “Ella me trató con muy poco respeto. Fui testigo de lo arrogante, egoísta y grosera que es. No fui protegida y fui lanzada a una mala situación con muy poco apoyo”.
Agregó que se sintió gaslighteada y herida, pero que ya sanó. Sin embargo, estos reportes le hacen darse cuenta de que fue una situación peligrosa, por lo que quiere apoyar a las mujeres que denunciaron.
Unas horas más tarde, agregó que, desde sus primeras historias, otras personas se habían acercado a ella para contarle experiencias similares o para decir que fueron testigos de lo que vivió. “Lizzo crea un ambiente de trabajo muy tóxico y hostil y desvirtúa el trabajo y la autoridad de otras mujeres de Negras en el proceso (no es coincidencia que el documental lo terminó dirigiendo un hombre blanco)”. También dijo que es una “bully narcisista” y que toda su imagen es una fachada.
Charlene Sánchez, quien trabajó como primera asistente de cámara con Nahli en este momento, confirmó en su Instagram la historia, diciendo que trabajar con Lizzo fue “una pesadilla” que en su momento compartió con amistades y que espera que “personas con tanta fama y poder tomen responsabilidad por su comportamiento y hagan cambios”.
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