CYPRÈS fue la primera marca de fragancias biodegradables hecha en México. Nació bajo la idea de crear aromas, difusores, velas y aromatizantes textiles que pudieran elevar y convertir tu baño en una verdadera experiencia sensorial.
Cuando David Folgoas llegó a México de visita, nunca se imaginó que esas vacaciones serían el ticket de bienvenida para hacer de este país su nuevo hogar. La magia y energía de Tulum lo cautivaron y despertaron en él un nuevo sueño: el de crear una marca que celebrara la herencia olfativa de este país y sus tradiciones, pero que a diferencia de lo que se encontraba en el mercado (en ese momento), esta sí cuidará la tierra y biodiversidad.
“Mi reto es crear conciencia sobre la biodegradabilidad de los productos. Para mí es importante comunicar este mensaje porque las personas siguen comprando ingredientes sintéticos y eso daña el medio ambiente”.
“Lo mas importante es queen CYPRÈS podemos comprobar de dónde vienen nuestros productos y que son biodegradables”, explica David, “siempre intentamos tener nuevas innovaciones y materias primas de la mayor calidad”. Lo que nació como una línea de productos para los hoteles y spas más exclusivos de zonas como Riviera Maya y Oaxaca, es hoy en día un taller olfativo en el que se diseñan experiencias sensoriales únicas.
En su boutique de Polanco puedes encontrar que sus fragancias que son como máquinas de viaje a los rincones más emblemáticos del mundo y de México, como su línea voyage con notas muy distintas a lo convencional, como el árbol sagrado mexicano ahuehuete, barro, aceite de coco fraccionado, lima, copal o escencias de flores como pachuli.
“El verdadero reto para él es trabajar con ingredientes naturales, como son sus aceites esenciales, a veces puede haber algunas variaciones de lotes porque depende de la cosecha, pero uno de los retos es lograr el mismo aroma. Esta colección de CYPRÈS en particular es una interpretación de los viajes que yo hice y también como homenaje a mi casa, México. Trabajo con la memoria olfativa de las notas y luego en mi proceso las pongo a prueba en papel, así podemos ver si las combinaciones sí funcionan, crean algo distinto o se sobreponen”, comenta David: “Fue como tener 13 bebés el mismo día”.
Un proceso de nueve meses para diseñar esta línea en la que el empaque es igual de importante, sus botellas son rellenables y sus cajas utilizan papel con certificaciones de foresta responsable.
Explora más en: Instyle.mx
