En la antigüedad, hablar de consumir aceites en nuestra dieta era un completo NO, pero a estas alturas, no comer grasas es un mantra de dieta un tanto arcaico: gracias a los avances de investigación, todas sabemos la diferencia entre grasas saludables y no saludables, y que agregarlas a nuestra dieta tiene muchísimos beneficios de valor nutricional.
Dos de los aceites más saludables que conocemos son: el de aguacate y el de oliva, pero ¿uno es mejor que el otro? Te contamos.
La verdad es que existen muchas cosas a considerar sobre la composición química de los aceites que pueden determinar los beneficios clave para la salud y los riesgos del uso de algunos de estos en nuestras dietas.
Todo sobre los aceites y las grasas
Existen dos tipos de grasas, las saludables y las no saludables, y gracias a la falta de información podrías tener algunos de los prohibidos en tu cocina.
Por ejemplo, aceites vegetales industriales dañinos como la canola, la soja, el maíz y el girasol, que son omnipresentes en los snacks procesados, los aderezos para ensaladas y los supermercados, que no son tan recomendados para la salud.
Los aceites saludables, por otro lado son muy beneficiosos, incluso pueden estabilizar nuestro metabolismo, mantener los niveles hormonales positivos e incluso, nutrir nuestra piel, cabello y uñas, manteniendo el buen funcionamiento del cuerpo.
Por esto, es importante buscar marcas que crezcan y cosechen sus plantas con integridad, prensen sus aceites en frío y hagan un producto verdaderamente sin refinar, además es importante evitar los aceites de aguacate y oliva refinados, ya que se procesan con alto calor y productos químicos.
¿Qué sabemos sobre el aceite de aguacate?
Un buen aceite de aguacate es más que la suma de sus partes. Todo, desde el color hasta el tipo de botella en la que sale al mercado, se suma a la calidad final del producto.
FYI, el aceite de oliva es el único aceite con estándares internacionales establecidos; actualmente no hay estándares oficiales para ningún otro aceite de cocina.
Esto quiere decir que para clasificarse como aceite de oliva virgen extra, el aceite no debe contener más del 0,8 % de acidez. Para obtener este nivel, no se utilizan productos químicos en el método de extracción y, en su lugar, solo se utiliza maquinaria para exprimir el aceite de la aceituna. La temperatura también se mantiene baja, lo que garantiza que los nutrientes y minerales esenciales no se hierven.
Por esto, lo ideal sería que los aguacates se cosechan y se les quite la cáscara, para luego triturarse juntos. En un proceso ideal, el aceite se separa del resto del producto, se prensa en frío y se embotella para que lo recojas en el mercado.
Aunque existe poca investigación sobre el aceite de aguacate, su composición de ácido oleico y fitoquímicos indica que puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular. Además un estudio reciente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) que indica que el aceite de aguacate puede prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares en ratones. Al ser “rico en ácido oleico y antioxidantes, además es excelente para la salud del cerebro y la piel, y actúa como antiinflamatorio (ojo aquí, bloated folks)
¿Qué sabemos sobre el aceite de oliva?
El aceite de oliva se compone principalmente de ácido oleico, una grasa monoinsaturada que se ha relacionado con la prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y como el aceite de aguacate, es un potente antiinflamatorio.
Además, el aceite de oliva también contiene compuestos vegetales llamados polifenoles que han demostrado tener propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Y una investigación investigación también demuestra que pueden tener beneficios terapéuticos que apoyan la salud inmunitaria, cardíaca y cerebral y pueden ralentizar el crecimiento de algunos cánceres.
Entonces, ¿cuál es mejor?
Una diferencia clave entre el aguacate y los aceites de oliva es el perfil de sabor, lo que hace que su uso sea en gran medida subjetivo y depende mucho de las preferencias personales.
La otra diferencia clave es el punto de humo. Cada aceite de cocina, o grasa tiene un punto de humo o cocción. Un punto de humo es exactamente lo que suena: la temperatura a la que un aceite comienza a crear humo en una sartén.
Cuando una grasa se calienta más allá de su punto de humo, comienza a descomponerse y puede liberar compuestos no tan beneficiosos para un alimento, sin embargo, comparar uno con otro podría ser poco relevante.
Decidir entre el aceite de oliva y el aceite de aguacate es realmente una cuestión de preferencia, tanto el aguacate como los aceites de oliva son excelentes fuentes de grasas saludables, con las que es imposible equivocarte.
Cuál elijas depende del perfil de sabor que estés buscando y de tu método de cocina, es decir, que prefieras usarlo para cocinar o en frío, pero eso si, no importa lo saludables que sean, los aceites deben usarse con moderación debido a su alto contenido de grasas.
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