Entre las 25 Bad Ass Women de nuestro número de marzo, conoce a las líderes cuya sensibilidad artística esculpe y retrata el paisaje cultural de Latinoamérica al grito del cambio.
Laís Amaral
El lenguaje sensible de su obra abstracta, a veces con raspaduras, cuentas y otros materiales que enriquecen con textura la superficie, nos hipnotiza. Desde Río de Janeiro, esta artesana autodidacta reconfigura el panorama artístico con una investigación en los últimos años sobre el colapso ambiental que sucede cuando nos alejamos de la naturaleza: la desertificación. Para ella, este concepto es una metáfora del blanqueamiento en Brasil, cuya problemática se expande a otros proyectos fuera del lienzo.
Junto con otras cuatro mujeres, Amaral es cofundadora del colectivo Trovoa, una red para fortalecer, motivar y abrir nuevas perspectivas femeninas sobre el arte contemporáneo, cómo lo consumimos y lo creamos. Dedicado a la producción por parte de mujeres negras y de quienes viven marginados, la misión del proyecto es plantear que el arte puede surgir en diferentes contextos y procesos que no necesariamente tienen que ver con una formación académica o especializada.
Andrea Hernández Biceño
La fotógrafa, TEDx speaker, exploradora de National Geographic y cofundadora del colectivo Ayün Fotógrafas, está basada en Caracas. Empezó su carrera como fotoperiodista en un medio comunitario en Venezuela y desde entonces ha hecho reportajes que la han atraído más hacia una ola con proyectos que abogan por el cambio, como el que hizo en 2018 sobre las madres venezolanas que cruzan la frontera hacia Cúcuta (Colombia) para parir a falta de insumos para atenderlas en hospitales públicos del país.
En medio de crisis sociales, su obra, que ha sido exhibida en Nueva York, París, Ciudad de México y ha ganado múltiples premios, retrata temas de género, estructura familiar, criminalidad, violencia y medio ambiente. Sus fotografías, resultado de la pregunta que se hace todos los días antes de salir al mundo (“¿cuáles son los problemas que más me molestan y son más urgentes?”), utilizan distintos formatos, la metáfora y la magia de la narrativa para contar historias de América Latina y el Caribe.
Igi Lola Ayedun
En HOA (House of Ayedun) las narrativas de artistas de color, indígenas, africanos y asiáticos encuentran su lugar en el paisaje latino. Esta es la primera galería de arte en Brasil de propiedad negra, dedicada a mostrar una perspectiva decolonial… tal vez la recuerdes por Zona Maco.
Igi empezó su carrera a los 14 años en el mundo editorial, pero tras trabajar en arquitectura y diseño en París, e incluso para diversas marcas de lujo, la nueva y vibrante generación de São Paulo y Río de Janeiro la llamó a su lugar de origen para dejar la moda y el diseño, rentar un estudio y crear arte en colaboración. Su visión (en pintura, video, escultura digital 3D, fotografía y sonido) es una fantasía en azul índigo y lapislázuli: matices que han marcado varios puntos de inflexión en el mundo.
Reconstruyendo la historia con color sobre temas de colonialismo, memoria colectiva y otros conceptos reflejados en exposiciones con títulos como Woman of color y otros clichés, su mayor sueño es que el arte en 20 años refleje la compleja identidad de Brasil, más allá de a tropicalia y bossa nova. Y nosotros también queremos llenar nuestra pared de esta realidad en un azul de ensueño.
Gabriela Porthilo
Su licenciatura en Periodismo se refleja en las historias que cuenta, pero su carrera en Historia del arte es lo que probablemente hace que sus imágenes vivan en nuestra mente de manera indeterminada. El trabajo de Gabriela como fotógrafa documental y periodista visual se ha enfocado en cubrir temas relacionados con el medio ambiente, género, política, historia y cultura.
Las imágenes, que exploran la relación entre los humanos y sus territorios, te hacen reflexionar profundamente sobre universos simbólicos, religiosos o incluso mitológicos…. como si las problemáticas sociopolíticas, los arquetipos, cuestiones ambientales y de género viajaran a un territorio onírico para llegar a los lugares más profundo del ser. Y si no me crees, puedes encontrar su trabajo en The New York Times, National Geographic, The New Yorker, Vogue, Wallpaper magazine y otras publicaciones internacionales. Además, ella es una de las fundadoras de Doroteia, un colectivo centrado en historias poco reportadas de mujeres en Brasil.
Carolina Hernández
Esta periodista y activista se atreve a llamarse “creadora de contenidos” para llegar a nuestra pantalla con algo interesante que contar sobre temas incómodos y polémicos. Su contenido, sin filtro y fácil de dirigir en podcast o letras, es la entrada que necesitas para simplemente tener o hablar con una opinión informada sobre el racismo, el feminismo blanco, la cultura de cancelación, las redes sociales, etc.
Las luchas sociales siempre fueron lo suyo, pero las experiencias que han marcado su vida la hacen ponerse en ambas caras de la moneda. Y aunque lleva más de 20 años en el periodismo, desde 2021 su popularidad creció exponencialmente. Actualmente participa como editorialista independiente en LatinUs y Altavoz.
Pía León
Perú es uno de los mayores responsables en poner el nombre de Latinoamérica dentro del mundo de la gastronomía en alto, y Pía encabeza este movimiento. Sólo hace falta ver sus platillos repletos de colores y texturas que ni siquiera sabíamos que existían en la naturaleza para entender por qué es conocida como la mejor chef del mundo hoy.
Graduada del Cordon Bleu a los 21 años, aterrizó como la única mujer en el equipo de Central, en ese entonces liderado por su hoy esposo, Virgilio Martínez. En los últimos años se han lanzado conceptos paralelos al restaurante más famoso de Perú, Mayo (un bar con snacks) y Kjolle. Este último, comandado por ella, es su hijo de alta cocina que lleva el nombre de un árbol andino pequeño de flores doradas. Al igual que las otras propuestas, la cocina trabaja con ingredientes de temporada y productos de Mater, una iniciativa y centro de investigación biológico.
Victoria Razo
“Realizo historias de derechos humanos porque es un tema que siento que me toca, porque soy mujer y soy veracruzana, uno de los estados más peligrosos en un país que está actualmente en una crisis de violencia de género”. En las palabras de la fotoperiodista mexicana radicada entre CDMX y Veracruz, el “boom” del movimiento feminista ha hecho que sus diez años de carrera cobren más contundencia para denunciar la violación de derechos humanos, incluso en otros países como Cuba o Chile.
Género, migración y cuestiones ambientales, sus imágenes documentan desde las marchas del 8M (donde ella misma se ha enfrentado a ataques de represión) hasta caravanas de inmigrantes. Con espíritu activista, Razo forma parte de Women Photograph y Foto Féminas, colectivas que promueven convocatorias para que el trabajo de mujeres y de personas no binarias sea difundido.
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