De sirenas a ninfas, esta es la historia de la moda inspirada en mitología
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De sirenas a ninfas, esta es la historia de la moda inspirada en mitología

Desde siempre la moda ha encontrado su inspiración en la mitología. Te platicamos un poco más de su historia.

Sumergir el pie en las aguas de las tendencias de 2023 viene con un riesgo de terminar con una cola de sirena en vez de piernas. Con el mermaidcore y la necesidad de fantasía para escapar de la realidad, los mitos griegos vuelven a la vida a través de diferentes expresiones artísticas, que obviamente se dejan ver en el runway también. De minotauros y ninfas a dioses del Olimpo, la moda reexplora su sentido de la fe a través del misticismo de estas historias. 

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Vía Getty Images

El arte y la mitología 

A orillas del río Eurotas, paseaba Leda. La esposa de Tindareo de Esparta cautivó con su belleza al rey de los dioses, Zeus, quien al ser ignorado, adoptó la forma de un cisne y fingió ser atacado por un águila para que ella lo cubriera en su regazo. Al lograr acercarse a ella, en la misma noche en la que Leda se entregó al rey Tindareo, Zeus, en su disfraz de cisne la sedujo y violó, engendrando dos huevos en los que venían gemelos: un mortal y un inmortal de cada par.

Desde que el hombre empezó a crear arte, las deidades adoptaron la forma de musa perfecta. Ya sea homenaje u ofrenda, la belleza de Afrodita, el amor de Apolo o la paciencia de Kairós; han sido objeto pictórico de los mayores artistas, que se remontan desde el Renacimiento hasta el posmodernismo.

Mientras que Miguel Ángel pintaba la vertiente más carnal del mito, Dalí representaba el lado espiritual en la Leda Atómica, con algo que llamaba cledalismo: la pasión más allá del contacto físico que resulta en una sensación de levitación

Artistas como Cy Twombly comenzaron a trazar en abstracciones la esencia de cada uno de los mitos. El poeta de libre asociación traducía la herencia clásica de las culturas grecoromanas en versos flotantes que se camuflajeaban entre rayones y bruscas pinceladas. El cisne adoptó la forma de la pureza y Björk recibió su primer Óscar por la película Dancer In The Dark con uno colgando al cuello.

La moda y mitología siempre han ido de la mano

¿Qué sería de nosotros sin la mitología? Sin las leyendas de héroes a capa y espada que rescatan princesas o semidioses que se roban secretos y elementos. La mitología y las criaturas fantásticas que la rodean han funcionado como el método de escapismo perfecto en medio de problemáticas y decadencia: de las cenizas nace la mayor fuente de inspiración para crear (desde pinturas y partituras hasta prendas).

Siguiendo el principio de la vestimenta griega, donde no había fit, y los textiles de lino y lana se moldeaban de forma orgánica alrededor del cuerpo; Madeleine Vionnet creaba intrigantes vestidos como el Delphos, con plisados y cortados al bies en una técnica de patronaje que creaba el menor número de uniones para que no hubiera necesidad de coser. De forma rectangular o cuadrada, se sujetaban con pines sólo por los hombros y recreaban la figura de las columnas que tanto caracterizaban su arquitectura a través de plisados hechos a mano.

Pero, de hecho, fue Platón quien desató una revolución en la moda. De regreso al año 2010, Alexander McQueen le proyectaba por primera vez al mundo lo que, en aquel entonces no sabíamos, sería su último show. Plato’s Atlantis fue el primer desfile de modas en ser transmitido en vivo, pero no fueron sino los híbridos que desfilaron lo que realmente impactó. En la mitología griega eran minotauros y sirenas; en el planeta McQueen era una fusión entre humano y pez, anfibio o probablemente serpiente, con prints que simulaban la piel de estos reptiles o lentejuelas luminiscentes que recreaban a la perfección las escamas más chic. 

Trece años atrás, la colección con la que debutó en Givenchy nos dejó claro su fascinación con las criaturas míticas. Con una paleta de color uniforme en blanco y dorado, las prendas fluían como túnicas en el Partenón y se acompañaban de prominentes cuernos dorados. ¿El acto final? Un ángel caído.

Después vino Voss, un acto en el que abrió la caja de Pandora (literalmente) y dentro de una estructura cúbica de cristal vimos cómo las enfermedades mentales eran representadas como bestias con largos y finos colmillos que atravesaban las mejillas de las modelos, mientras paseaban en vestidos de Alta Costura de conchas y plumas. Pero definitivamente no fue el primero.

Un par de temporadas atrás, John Galliano volvía a adentrarse en el mundo del menswear con una colección que presentaba hombres cabra con maquillaje pálido y pantalones de peluche. Thierry Mugler era un experto en el tema, creando desde minotauros hasta aves Fénix, que reencarnaban en plena pasarela en pájaros preciosas de cientos de colores en 1989. Pero la casa tiene este espíritu fantasioso impregnado en su ADN, y para la presentación de su colección primavera/verano 2021, Bella Hadid se transformó en un pegaso con un poco de ayuda de Inteligencia Artificial. Haciendo referencia al mito de Sísifo y Atlas, vuela por encima de la Ópera de Paris de la mano de Debra Shaw.

El nuevo olimpo

En medida que las nuevas generaciones buscan nuevas formas de escapar de la ansiedad online, aparecen como respuesta estas estéticas fantasiosas: fairycore, cottagecore, mermaidcore… creando un nuevo lenguaje visual que se enraiza en la naturaleza y los primeros tiempos. 

Es así como las marcas se entrelazan recientemente con las antiguas historias para sus nuevas campañas, incluso hay muchas referencias que ya damos por sentado: la medusa de Versace o el nombre de marcas como Nike y Hermès, nombradas como dioses griegos.

Para su catálogo 2017, Gucci creó su propia colección de pinturas renacentistas, que muestran cómo se verían los dioses si vivieran en la década pasada. Un Atlas moderno que ya no carga el mundo en sus hombros, sino que lo usa para recargar sus pies en sus slippers nuevos, exhausto del agotador ritmo del siglo XXI. O una Artemisa que no se conforma ante las reglas de género, mientras que Carberus, el perro de tres cabezas que cuida la puerta del Inframundo, se roba sus sneakers Ace de la última temporada. ¿O qué nos dices de un Hipogrifo paseando con la mismísima bolsa Dionisio? Nombrada, claro, en honor al dios del la embriaguez.

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En la colección AW22, Iris Van Herpen explora el mito de Ícaro, a través de telas fluidas y estructuras metálicas con alas que hacen referencia al vuelo, la transformación y la caída. Colecciones de Christopher Kane forradas de espejos nos hablan de la vanidad en el mito de Narciso y diseñadoras emergentes como Di Petsa honran a Perséfone con prendas que parecen haberse sumergido en el río segundo antes de salir al runway. Mientras que para Maisie Wilen, el ejército de bestias con piel verde y orejas puntiagudas que modeló su última colección representa sólo una cosa: los monstruos existen también en la Tierra, y todo aquello que solía parecer surreal es la realidad actual.

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Podríamos culpar a cintas como Morbius o series como Game of Thrones, el remake de La sirenita y Aquaman, la realidad es que todos estos ejemplos sólo dejan claro lo que yace en el corazón de todos los mitos: una necesidad de reconectar con la naturaleza.

La fantasía es lo que mueve a la moda hacia adelante, y en tiempos donde el presente se siente tan poco familiar, el pasado (en especial el mítico) ofrece una ruta de escape mucho más viable.

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