Conoce el arte hecho crochet de la marca de slow fashion, Lickyboy
Moda

Conoce el arte hecho crochet de la marca de slow fashion, Lickyboy

Bajo una ideología de slow fashion, Ava Ray McLeod encuentra la belleza en el trabajo artesanal del tejido, creando piezas on demand que se caracterizan por su diseño insignia de coloridos cuadros de crochet que se convierten en objeto de deseo.

La ropa tejida ha pasado de ser una tendencia old fashion a la más cotizada gracias a las manos de Ava, lo que le ha dado un twist moderno y chic al crochet con su marca Lickyboy. Cuando empezó a tejer, jamás se imaginó que se convertiría en el fenómeno que es hoy en día: “Tengo que admitir que el primer conjunto que hice fue para impresionar a un exnovio. Quería ponerme algo bonito y único, así que me enseñé a mí misma a tejer viendo videos de
YouTube, y después Patricia, una mujer que vendía ropa tejida para bebés en el mercado de San Cosme, me ayudó a unir todos mis cuadros tejidos”.

Internet despertó su curiosidad por tejer y desde entonces no ha parado de crear prendas llenas de contraste con paletas de color llamativas, que van desde swimsuits hasta vestidos y conjuntos coordinados. El primer traje que tejió se convirtió en su go-to look para salir, con el que se sentía empoderada, y justo así es como quiere que se perciban todas las personas que usen su marca: “Las noches en las que bailaba sin parar en ese set fueron las mejores de mi vida y todos siempre me preguntaban dónde había comprado mi traje, así que poco a poco fui ideando cómo podía hacerlos de manera profesional”. El creativo nombre esconde una historia familiar detrás: “Viene de mi gato cuando era chiquita: era negro con ojos verdes y se llamaba Licorice, como el regaliz negro.

Cuando mi hermana empezó a hablar no podía decir bien su nombre así que le decía Lickyboy, y así se quedó”. Hoy Lickyboy es un equipo de mujeres: Dulce, María y Angélica, encabezado por Ava, quien se encarga de diseñar todas las prendas que su talentoso equipo de tejido se dedica a traer a la vida y tardan entre una semana y 10 días en lograr cada una de las piezas: “Cada una tiene un proceso diferente. Todas trabajamos desde casa. Para mí es muy importante respetar los tiempos de las artesanas, así que cada quién trabaja a su propio ritmo para obtener el mejor resultado posible”.

La inspiración detrás de sus diseños es más que clara, sobre todo en las eclécticas combinaciones de color de cada una de las prendas: “Realmente me inspiro en todo lo que veo, pero amo los dulces y los postres y de ahí viene la elección de color”. Todo camino al éxito está lleno de aciertos y aprendizajes, y sin duda para Ava este ha sido el más importante: “La paciencia lo es todo. Hay mucho espacio para cometer errores cuando trabajas con objetos hechos completamente a mano. Para mí ese aspecto es lo más complicado de lo que hacemos, pero a la vez es lo más bello”. La marca lleva apenas dos años desde que se fundó y ha logrado mantenerse fiel a su esencia desde el inicio,
eso no significa que planee mantenerse estática, y como todo, debe evolucionar: “Vienen cosas muy emocionantes. Estamos experimentando con nuevas formas de tejidos y siluetas que nos urge compartir”.

Explora más en: Instyle.mx