¿Sabías que lo que comes puede afectar directamente tu estado de ánimo? ¡Así es! Tu intestino, ese lugar donde se digieren tus alimentos, también tiene un impacto importante en cómo te sientes. Aquí te contamos por qué mejorar tu flora intestinal puede alegrar tus días.
El intestino y el cerebro están más conectados de lo que imaginas. A través del eje intestino-cerebro, tu intestino puede influir en tu estado de ánimo. ¡Increíble, ¿verdad?! Así que cuidar tu intestino es como cuidar tu propio centro de control de emociones.
Neurotransmisores: los mensajeros de la felicidad de la flora intestinal
Las bacterias en tu intestino son expertas en producir neurotransmisores, esos mensajeros químicos que te hacen sentir bien. La serotonina, la dopamina y el GABA son solo algunos ejemplos. Al mejorar tu flora intestinal, ¡estás alimentando tu cerebro con la dosis adecuada de felicidad!
Una flora intestinal equilibrada puede reducir la inflamación en tu cuerpo. Y menos inflamación significa menos posibilidades de sentirte deprimido o ansioso. ¡Viva la calma y la serenidad!
Vitaminas y nutrientes para el cerebro feliz
Tu intestino también es un productor de vitaminas y nutrientes importantes para el cerebro. Las vitaminas del complejo B y los ácidos grasos omega-3 son como el combustible de la felicidad. ¡Asegúrate de darles a tus bacterias intestinales lo que necesitan para mantener tu ánimo en alto!
Ademas, las bacterias intestinales también pueden influir en cómo manejas el estrés. Una flora intestinal saludable puede ayudarte a mantener tus niveles de cortisol, la hormona del estrés, bajo control. Cuando tu intestino está feliz, absorbe mejor los nutrientes. Esto significa que tu cerebro obtiene todo lo que necesita para funcionar correctamente. ¡Y un cerebro bien alimentado es un cerebro feliz!
Maneras de mejorar tu flora intestinal
Empecemos con los alimentos: es importante tener una dieta variada, incluir mucha fibra (como frijoles, avena, granos enteros, frutas y vegetales) e ingredientes antiinflamatorios (como linaza, salmón, frutas y nueces) y prebióticos y probióticos.
Como explica este artículo de Mayo Clinic, los prebióticos son nutrientes para nuestra microbiota y los encuentras en alimentos como los granos integrales, los plátanos, las hojas verdes (kale, espinaca, etc.), cebollas, ajo, soya y alcachofa. Mientras tanto, los probióticos son alimentos o suplementos que tienen microorganismos vivos que mantienen nuestra microbiota. Incluyen yougrt, kimchi, kombucha y kefir.
Pero no todo es la alimentación, la flora intestinal también se ve afectada por tu estilo de vida. Por eso debes buscar reducir tu estrés, dormir bien, hidratarte y comer despacio.
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