En México, sólo 5% de padres hablan con sus hijas adolescentes sobre menstruación; 50% de la población ha sido afectada por el costo elevado de los productos para una menstruación digna; cuatro de cada diez niñas no van a la escuela porque se sienten inseguras por su periodo y 10% de las mujeres no tienen un baño exclusivo para ellas… detrás de estas cifras está el tabú y detrás del tabú hay una historia.
La versión de “shit happens” una vez al mes es el recordatorio de que nuestro cuerpo es una fábrica perfecta para generar vida… aunque una maquinaria muy delicada también, y los creadores de apps, como Clue, no me dejarán mentir con sus configuraciones de “mood”, horas de sueño, piel, “cravings”, digestión, ejercicio, ingesta de alcohol, métodos anticonceptivos, vida social y prácticamente todo para un análisis completo de nuestro periodo.
Menstruación, tu nombre es complejidad… pero como has sido exiliada de toda conversación abierta, eres más bien sinónimo de tabú, prohibición y vergüenza. ¿Por qué y desde cuándo dejamos de llamarte por lo que eres? Podríamos argumentar una eternidad, ir desde Freud y explicar que simplemente tenemos miedo a la sangre, hasta llegar al “síndrome no-menstrual” (Robert S. McElvaine) y la “envidia reproductiva”, que lleva a los hombres a “estigmatizar y dominar a las mujeres”… pero ¿qué pasó realmente?
¿Por qué nos da fobia la sangre?
Al menos de que haya un diagnóstico de hemofobia (el miedo real a la sangre) que causa síntomas de malestar real por un trauma en la niñez o la adolescencia… tu asco o incomodidad hacia la sangre podría ser una reacción de supervivienca. ¿Sabías que, a diferencia de lo que nos asusta y acelera todo nuestro sistema, ver sangre hace que la frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyan? E
sta respuesta, que es la misma cuando algo nos da disgusto, puede provocar desmayos. ¿Y de qué nos beneficiaría eso? Según los antropólogos, esta reacción es muy útil, porque evitas perder sangre cuando estás herido. Incluso algunos se han preguntado si se trata de una versión automática de “hacerse el muerto” cuando una bestia nos atacaba en la prehistoria.
Nosotras dijimos primero “es cosa de mujeres”
Hasta mediados del siglo XX el mundo pensaba que la sangre menstrual era tóxica y la “monotoxina” era real. ¿Cómo llegamos a esto? Especialmente cuando en el antiguo Egipto, en el papiro ginecólogo ca. 1800 a. C. – 1500 a. C., menstruación se conjugaba con hsmn (“purificación”). ¿
Qué pasó con nuestros ancestros cazadores-recolectores que veían la menstruación como algo poderoso, sanador, protector y sagrado? Hoy aún queda evidencia de comunidades como la tribu Mbuti, en el Congo, quienes protegen la choza menstrual, un espacio para reunirse en este momento sagrado y fortalecedor. Según algunas creencias, las mujeres y niñas tienen un acceso chamánico privilegiado al mundo espiritual, una conexión con la Luna, “el mayor marido de las mujeres”. En el periodo, somos intocables y ningún hombre se atreve a romper estas reglas, porque podría ser de muy mala suerte.
Para los indios Yurok, en el noroeste de California, una mujer se declara en huelga una vez al mes durante diez días enteros. Su “tiempo de luna” es tiempo libre y no se desperdicia en lo mundano, es momento para meditar y hasta “descubrir el propósito de vida”. Desde los viejos tiempos, cuando las mujeres en teoría estaban sincronizadas con la luna, en muchas culturas se retiraban de la vida sexual y el trabajo. De hecho, en el pueblo Kalasha, al noroeste de Pakistán, un edificio sagrado sirve como punto de reunión para menstruar o dar a luz, y lo que sucede en el bashali se queda ahí. Esta casa especial es el edificio más grande del pueblo.
¿En qué momento la menstruación se hizo tabú?
Con un tercio de las niñas en Sudasia que prefieren faltar a la escuela cuando hay una escena de crimen en sus pantalones; 1 de 3 niños que piensa que menstruar debería ser en secreto (según el estudio de Plan International en 4 países clave); 40% de mujeres estadounidenses que tienen miedo de vivir su primer periodo, o —perdón que mencione este atropello de derechos humanos— en algunos lugares de Nepal e India, tocar la comida o los cultivos en esos días del mes es imposible porque puede traer mala suerte a la familia… en nuestra realidad el poder de fertilidad es la peor condena.
¿Quién prohibió la menstruación? Exactamente, ¿cuándo se hizo controversial? Los antropólogos coinciden en que no hay una explicación concreta, ni un lugar o momento definitivo, sino que se fue dando entre evolución, comportamiento y biología. Pero la teoría de Chris Knight es la más reconocida sobre la historia del tabú menstrual.
Por alguna razón, nuestro ciclo de 29.5 días coincide con el lunar…
y, las primeras mujeres, lo veían como un tiempo en el que sus cuerpos eran intocables. El sexo estaba prohibido; ellas se reunían y alejaban de todo; ellos se iban de caza para regresar con comida, compartirla y ser recompensados. Tras el aislamiento llegaba abundancia, fue así como la sangre se relacionó con el poder femenino de decir “no”.
Pero todo cambió con la escasez y una caza no era suficiente para lo que duraba el ciclo lunar. El periodo de abstinencia perdió su sentido, los ciclos de todas se desemparejaron y la solidaridad comunal femenina se perdió. Fue aquí, según la teoría, que ellos “comienzan a ritualizar su propia versión de menstruación, cortándose y sangrando juntos”. Las chozas comunales pasaron a ser templos de hombres.
Es así como Knight explica cómo las mujeres inventaron su propio tabú como una forma de inspirar respeto en los hombres, el sexo estaba condicionado al buen comportamiento. Para que esto funcionara, periódicamente se trataba de decir “no”, la sangre las hacía intocables… hasta que el cuerpo dejó de ser sagrado y “si el cuerpo no es sagrado, nada lo es”.
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