Si estás leyendo esto es porque a lo mejor has notado algo raro en tu ambiente de trabajo o quieres asegurarte que no estés pasando por algo que ni te habías dado cuenta; ntp, aquí te diremos cuáles son las red flags de un trabajo tóxico.
Podríamos decir que el trabajo es tu segundo hogar, donde pasas gran parte de tu tiempo y entregas tu energía, ideas y proyectos que te harán crecer personalmente y, obvio profesionalmente. Pero, ¿cómo nos podemos dar cuenta que vivimos en una rutina que nos nos hace bien?
Esto del “trabajo tóxico” no lleva mucho en nuestro vocabulario porque antes las condiciones laborales eran diferentes. Lo común era ver a las personas darlo todo a un nivel desmedido, romantizando tratos que no son aceptables en ningún contexto. En estos tiempos, a pesar de existir normas que ayudan a la convivencia, hay toxicidad en ciertas cosas que se hacen pasar por inofensivas o que tal vez ya has normalizado.
¿Cuándo se vuelve tóxico un trabajo?
“Cuando hablamos de trabajos tóxicos no nos estamos refiriendo a tener un mal día en la oficina, que eso nos pasa a todos y es normal”, dice Mireia Oliván, experta en marketing. El trabajo tóxico es como un veneno sutil, va infiltrándose en diferentes aspectos de tu vida. Se manifiesta de diversas maneras: las relaciones se llenan de drama y los compañeros dejan de apoyarse para competir y chismear. El ambiente se vuelve una locura estresante, con responsabilidades agobiantes y plazos imposibles. Ni siquiera te puedes desconectar del trabajo, lo que afecta tus relaciones personales y tu bienestar. Para colmo, la gente pasa más tiempo echándose culpas que colaborando. Es un rollo total, así que debes estar abusada para reconocer las red flags.
Signos de toxicidad en el trabajo
Falta de apoyo y reconocimiento
Uno de los signos más evidentes de un ambiente laboral tóxico es la falta de apoyo y reconocimiento por parte de los superiores y colegas. Cuando tus esfuerzos no son valorados o reconocidos, puede generar sentimientos de frustración, desmotivación y baja autoestima. Esto puede conducir a un ambiente de trabajo poco colaborativo y competitivo, donde el individualismo reemplace la cooperación. De lo que se trata es trabajar en EQUIPO y no de pisar a otros para el éxito laboral.
“Que no te consideren para los ascensos o no tener posibilidades de crecimiento puede afectar realmente la moral en el sitio de trabajo, pues sabes que no importa cuán duro trabajes, no hay ningún ascenso que puedas conseguir”, afirma la terapeuta Alisha Powell.
Comunicación rota
Según Jonathan García-allen, director de comunicación de Psicología y Mente, la comunicación pobre puede crear problemas como el conflicto de rol. Se trata la columna vertebral de cualquier organización. Pero en entornos laborales tóxicos, la comunicación suele ser débil o incluso destructiva. La falta de transparencia, el chisme, los rumores y la falta de claridad en las expectativas pueden generar conflictos innecesarios y romper la confianza entre los colegas y los líderes.
Ambiente de trabajo estresante
El estrés es parte de la vida laboral (porque se trata de resolver conflictos), pero cuando se vuelve crónico, puede indicar un ambiente laboral tóxico. Las demandas excesivas, los plazos muy cortos, la falta de recursos y el miedo al fracaso pueden ser la causa de un ambiente de trabajo estresante que afecta negativamente la salud mental y física de los empleados.
Falta de equilibrio
En entornos laborales tóxicos, se espera que los empleados sacrifiquen su vida personal por el trabajo, algunos lo llaman “ponerse la camiseta” de la empresa, pero no te dejes engañar, please. La falta de políticas de conciliación entre la vida laboral y personal puede generar agotamiento, desgaste, burnout y problemas de salud.
“Aunque en la mayoría de los trabajos no te dirán ‘esperamos que respondas después de que termines tu jornada laboral’, muchas veces existe una expectativa tácita”, dijo la Kristen Fuller, revisora médica especializada en Salud Mental y Adicciones.
Cultura de la culpa y el señalamiento
En un ambiente laboral tóxico es común encontrar la culpa y el señalamiento como parte de la rutina: los errores se castigan en lugar de verse como oportunidades de aprendizaje. Esta dinámica crea un clima de desconfianza, miedo al fracaso y evita la creatividad y la innovación. Así que ojo, la culpa es sólo una piedra con la que cargas: innecesaria.
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