¿Intuición o ansiedad? Te damos las claves para aprender a diferenciarlas
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¿Intuición o ansiedad? Te damos las claves para aprender a diferenciarlas

Al tomar decisiones, ya sean grandes o pequeñas, es muy importante aprender a identificar si están motivadas por intuición o ansiedad, pues se presentan de maneras casi idénticas. Pero sus pequeñas diferencias son cruciales para atender un aviso salvavidas, como no tomar un Uber sospechoso, e ignorar un miedo irracional, como ir al hospital por un dolor de cabeza ligero. Así que, si tú sufres al intentar diferenciarlas y muy pocas veces lo logras, necesitas tener bien claras sus características para mejorar en el temible arte de decidir. 

¿Cómo saber si es intuición o ansiedad?

La experiencia

Muchos psicólogos coinciden en que la ansiedad es una reacción ante ciertos detonantes (que para todas las personas son distintos) con similitudes a situaciones traumáticas previas que actúa como un mecanismo de defensa para no pasar por el mismo evento. Por ejemplo, ghostear a alguien que te escribe “necesitamos hablar” porque fue lo que te dijo tu ex antes de terminar su relación.

Como la ansiedad está ligada al miedo, sólo aquellos factores que te provocaron emociones o sentimientos negativos serán los que detonen sus síntomas (temblores, tensión muscular, híperventilación, sudoración, mareos, náuseas, boca seca, hormigueo, entumecimiento, dificultad de memoria y concentración, confusión, abrumación, y sensación de ahogo) cuando se presenten en algún momento dado. 

En cambio, la intuición es una alerta que se puede presentar ante todo tipo de situaciones, tanto buenas como malas. Para algunos resulta inexplicable e ilógica porque es muy sutil, ya que se alimenta de información secundaria, la cual el cerebro registra en el subconsciente.

Es decir, de todo lo que percibimos a través de la vista, oído, tacto, olor y sabor, los estímulos más fuertes son los dejan huellas más profundas en nuestra memoria, y el resto permanecen en niveles superficiales (pero no son desechados). Entonces, cuando estamos ante la necesidad de tomar una decisión, nuestro cerebro recorre toda su biblioteca de recuerdos, y cuando nota que alguno está influyendo en la situación actual, te avisa de golpe (a.k.a. el llamado gut feeling). Digamos que al comprar una prenda, la textura del material te recordó a otra que se rompió muy fácilmente; en ese momento sentirás como si “tu estómago” te gritara que no será una buena inversión. 

Tanto la ansiedad como la intuición parten de la experiencia, pero mientras que una nace de la negativa, la otra puede aparecer en cualquier momento. De modo que la primera se sentirá como una invitación a huir y la segunda como una solución ante la problemática.

La compañía

La ansiedad normalmente va de la mano con depresión y baja autoestima, que a su vez están acompañadas de malos estados de ánimo, irritabilidad, poca energía, sistema inmune débil, autosabotaje, catastrofismo, desnutrición, estrés, entre muchos otros. Este cocktail de factores negativos es un imán de la ansiedad y un repelente de la intuición cuando de tomar decisiones se trata. Se necesita un cuerpo y una mente sanos para alcanzar el estado de paz que requiere poder escuchar claramente a la intuición y, más importante, hacerle caso. 

Entonces, no debes sentirte culpable ni ser muy cruel contigo misma si te cuesta tomar decisiones intuitivas y estás vulnerable ante las ansiosas si tu salud mental no está en su mejor época porque es perfectamente lógico que tanto tu mente como tu cuerpo no tengan la fortaleza de responder adecuadamente al terror que muchas decisiones causan. 

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Imagen: Unsplash.

La lógica

Ciertamente la ansiedad es un mecanismo de defensa normal e incluso necesario porque su función es salvarnos de peligros mortales. Esta se vuelve un problema, o mejor dicho, trastorno, cuando no es proporcional al nivel de riesgo latente. Si las probabilidades de chocar en la ciudad son x, pero tú no puedes dejar de pensar en que estrellarás tu auto en cualquier momento y sufres de ataques de ansiedad cada que te sientas frente al volante, entonces la ansiedad ya no está cumpliendo su función y se ha convertido en un enemigo. No hay pruebas contundentes que soporten el nivel de miedo que estás sintiendo, por lo que la primera decisión que se te cruce por la cabeza será la que te permita huir lo más pronto posible.

Al contrario, si la predicción que has deducido tiene sentido con la situación, entonces te está hablando tu intuición. Digamos que tu carga de trabajo ha disminuido en los últimos días y tu jefa te acaba de agendar un 1:1, es completamente normal que sientas nervios y preocupación por el posible despido que estás a punto de sufrir. Esto se trata de medir si la intensidad de tu preocupación es equivalente a la situación o está fuera de proporción. 

The aftertaste

El principal indicador a posteriori para saber si sientes intuición o ansiedad es el aftertaste, esa sensación después de tomar una decisión. Claro, elijas lo que elijas siempre habrá consecuencias negativas y positivas, al igual que la sensación de pérdida por no haber tomado la otra opción. Pero es muy fácil notar la tranquilidad de haber hecho lo correcto vs la impotencia de haberse equivocado. 

Además, es un mito creer que la intuición siempre te llevará a tomar la decisión correcta, la realidad es que muchas veces te fallará. Y lo mismo pasa con la ansiedad, muy probablemente hacerle caso te salvará de muchas experiencias horribles. 

No obstante, decidir con base en el miedo no es un acto racional, sino reaccionario, lo que significa que no resultó de un proceso cognitivo, sino meramente emocional. Entonces, ni siquiera están contemplados los factores reales y sí los supuestos. Sentirse como recién despierto tras tomar una decisión por ansiedad es muy común, y tener pensamientos tipo “¿qué hice?” o “¿cómo no vi esto o lo otro?” son el resultado de no estar plenamente consciente en el presente durante el momento decisivo. 

Por el contrario, tomar decisiones intuitivas normalmente conlleva paz, una sensación de tranquilidad por haber elegido genuinamente lo mejor para uno mismo. No pensando en lo que los demás dirán, como no ocurre durante episodios de ansiedad social por el miedo al rechazo o al juicio. El acto sereno y enfocado al momento y necesidades presentes son la perfecta combinación para hacer una elección que produzca satisfacción y seguridad a largo plazo, pese a los contras que esta implique. 

Consejos para trabajar en diferenciarlas

Transformemos las explicaciones de arriba en consejos concretos que puedas aplicar cuando tengas que tomar una decisión y empieces a entrar en pánico, shall we?

  1. Respira con la técnica box breathing las veces que necesites para relajarte. Con esto le permitirás a tu neocórtex (la zona racional del cerebro) recibir la información necesaria, e impedirás que la amígdala (la zona emocional) tome el poder decisivo. 
  2. En caso de que lo requieras, coloca tus manos sobre algo frío que te corte de tajo un posible de un ataque de ansiedad. Puedes agarrar una bebida fría o poner tus manos bajo un chorro de agua fría también. 
  3. Ya que estés tranquila, pregúntate el nivel de lógica de lo que estás pensado y si la intensidad de tu preocupación es proporcional a la situación. Si tus pensamientos tienden al catastrofismo, seguramente es ansiedad; si son más realistas, probablemente es intuición. 
  4. Imagina cómo te sentirías si tomarás todas las decisiones posibles. Un gran truco que nos enseñó The Big Bang Theory es tomar una moneda y atribuirle una opción a cada una de las caras, lanzarla al aire y al atraparla, la cara que quede boca arriba sería la decisión final. Si sientes culpa o arrepentimiento, esa idea es producto de la ansiedad; pero si te da tranquilidad, entonces la pensó tu intuición. 
  5. Un tip extra es practicar estos mismos pasos con decisiones minúsculas, como qué desayunar, qué ropa usar, cuál ruta tomar, etc. Ejercita tu forma de tomar decisiones con aquellas situaciones que no sean trascendentales para estar bien entrenada cuando lleguen las life changing. 
  6. El último y mejor consejo es asistir a terapia. Cada uno experimentamos ansiedad de diferente manera y es posible que aplicar estos tips no sea suficiente porque sufrimos un trastorno y necesitamos medicamento más algún tipo de terapia especializada que nos ayude a superar este problema. 

¿Intuición o ansiedad? Qué difícil tema, lo sabemos. Te llevará tiempo dominar la abrumadora habilidad de tomar decisiones acertas, pero poco a poco irás avanzando hasta ser la más pro. 

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