BAW: ¿Qué hay detrás de la reconstrucción mamaria?
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BAW: ¿Qué hay detrás de la reconstrucción mamaria?

Elizabeth Gazca es una sobreviviente de cáncer de mama y nos cuenta cómo esta enfermedad le ayudó a empoderarse y amarse cada día por sobre todas las cosas; además de su reconstrucción mamaria, proceso del que poco se habla y que es vital dar a conocer. Su historia, como la de muchas otras mujeres que luchan contra este padecimiento, te inspirará a no dejarte vencer por nada.

IN: Cuéntanos cómo fue para ti ser diagnosticada con cáncer de mama…

EG: Tengo 38 años, y hace cuatro fui diagnosticada con cáncer de mama. Un año antes, mientras me hacía la autoexploración, detecté una bolita en el seno, fui al médico y me dijo que era grasa, que yo era muy joven para tener cáncer y que no pasaba nada, y entre la negligencia, el miedo y la negación, transcurrió un año y comencé a tener más síntomas, el tumor creció y sabía que algo estaba mal, hasta que, finalmente, lo confirmaron.

In: ¿Qué sucedió después y cómo llegaste a Fundación Alma?

EG: Me canalizaron a una clínica de detección, y luego de varios estudios, me dieron los resultados con positivo a cáncer y me canalizaron al hospital de especialidades. Empecé la quimioterapia con la esperanza de que el tumor disminuyera y evitar la mastectomía radical, pero mi doctor me sugirió que era lo mejor por mi edad; fue entonces cuando se decidió que me quitarían toda la mama. Más tarde, me llamó mi psicóloga para decirme que había un programa de reconstrucción mamaria, y así me preparé, comiendo bien y cuidándome, para la cirugía. Hasta ese momento, no sabía que el programa pertenecía a Fundación Alma, hasta después que asistí a un evento y conocí a Rina Gitler. De ahí surgió una bonita amistad, sobre todo, porque nuestras experiencias de vida son muy parecidas.

Foto: Cortesía.

IN: ¿Cómo transformaste una situación tan complicada en algo positivo?

EG: Desafortunadamente, creemos que la palabra “cáncer” es sinónimo de muerte, pero no es así. Yo en lo primero que pensé cuando me diagnosticaron fue “¿cuándo me voy a morir?”, y sí, es muy difícil, y piensas en todo, pero en mi caso, creo que me ayudó mi carácter sociable y optimista; continuamente trato de encontrar el lado bueno de las cosas. Cuando algo malo nos pasa, pensamos “¿por qué a mí?”. Y ahora, con el paso del tiempo, la vida me ha contestado y ya no me preguntó eso; ahora es “¿para qué?”. Siempre he dicho que esto es difícil, mas no imposible de vencer. Hubo un momento en que me rendí, pero mi hijo me motivó a seguir adelante. Además, durante el tratamiento, siempre estuvo alguien a mi lado.

IN: ¿Cómo es el acompañamiento en el proceso de la reconstrucción mamaria?

EG: Te canalizan con un psicólogo para trabajar tu parte emocional, porque ocurren muchas cosas antes, durante y después de la cirugía, y tienes que prepararte para ello. Hay muchas secuelas, como la infertilidad, así que debes estar acompañada por un especialista para enfrentarte a esos retos. También me ayudó mucho unirme a grupos de autoayuda, compartir mi historia con otras mujeres y entre todas salir adelante.

IN: Como sociedad, ¿de qué manera podemos ser más empáticas con las pacientes de cáncer de mama?

EG: Lo más importante es estar bien informados y hacer conciencia de que a cualquier persona le puede pasar. Debemos ser empáticos y difundir lo importante, que es la autoexploración, ya que detectar el cáncer de mama a tiempo es 100% curable.


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