Amamos la serie Sex Education, creemos que es uno de los mejores originales de Netflix, pero dentro de las múltiples envolventes historias que dan trama a la serie, podemos olvidar un poco que no todo es ficción.
A lo largo de ya tres temporadas, Sex Education se ha encargado de enseñarnos 5 importantes lecciones de, literally, educación sexual.
Las lecciones de Sex Education
Las ITS son algo real
¿Recuerdas cuando un estudiante aprovecha la locura que ocasiona el supuesto brote de clamidia de la escuela para vender máscaras protectoras?
Mucha gente en la vida real no sabe que son, como ni lo sencillo que se propagan las infecciones de transmisión sexual y gran parte de la población llega a contraerlas.
“No se puede contraer clamidia por el aire, tienes que tener contacto sexual con el portador”.
Menciona Otis a su compañero.
Información que es correcta, además se nos muestra que no es nada de que avergonzarse, pues es algo bastante común. Lo importante es tratarlas correctamente y avisar a quien haya tenido contacto con nosotros para que se realice los chequeos correctos y evitar una enfermedad severa.
La única forma de saber qué te gusta es experimentando.
Aimee se da cuenta de que, a la hora de tener relaciones, no sabe qué le gusta, hace solo lo que sabe que les gusta a sus parejas, por lo que pide un consejo y comienza a experimentar con ella misma, esto da también un plus a su relación con Steve.
Esto también es real, solo nosotros podemos descubrir qué, como y cuánto nos gusta y la única forma de averiguarlo es experimentando.
Te puedes equivocar… y está bien.
Todos recordamos aquel vergonzoso momento donde Ruby y Otis deben comprar una pastilla del día siguiente y cómo Ruby expresa que fue humillante cuando no lo es. Los errores suceden todo el tiempo por eso es importante siempre usar protección o tener un plan B.
El sexo no es para todos.
“Creo que podría estar roto”.
Confiesa una estudiante a la Doctora Jean, madre de Otis, quien le pregunta si alguna vez ha oído hablar de la asexualidad, que es cuando alguien no simplemente no tiene atracción sexual por ningún sexo o género y está bien y es completamente normal.
“El sexo simplemente no es para algunas personas”.
Todos somos distintos.
Quizá una de las lecciones más importantes de la serie, pues todos los gustos son válidos mientras no se dañe a nadie. Lo que funciona para unos puede no ser disfrutable para otros.
Podemos identificarnos de una manera, de otra o de ninguna, en realidad no hay reglas, pues nuestra identidad y gustos la definimos nosotros mismos.
No hay un manual de lo que debe gustarte o no, ni de lo que puede hacerse o no en el dormitorio, así que experimenta, conócete y no te avergüences, todos somos diferentes.
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