Anna Diop nos platica sobre interpretar a mujeres que aún no hemos visto en el cine
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Anna Diop nos platica sobre interpretar a mujeres que aún no hemos visto en el cine

“Ver a mi mamá constantemente tratando de resolver fue una lección de tenacidad, perseverancia, ingenio y supervivencia para mí”, nos platica la actriz Anna Diop mientras recuerda cuando a los cinco años, su madre apenas logró sacarlas de Senegal para buscar una nueva vida en un país donde ni siquiera hablaba el idioma.

Después de crecer en Houston, soñar con ser actriz, experimentar el beginner’s luck (y luego un largo periodo de sequía), afrontar los retos y papeles más desafiantes de su carrera (hasta ahora), Anna nos cuenta sobre los altibajos de su carrera y lo que la mantiene con ese empuje de supervivencia.

Tal vez la conozcas por su papel en la cinta Nanny o como superheroína en la serie Titans. Próximamente la veremos a lado de Willem Dafoe en The Man In My Basement, una película de suspenso dirigida y escrita por Nadia Latif (basada en la novela del mismo nombre de Walter Mosley). Mientras tanto, Anna Diop da hints de lo que todos sus próximos proyectos tendrán en común. Ambiciosa y enamorada de su arte, la actriz senegalense conserva la tenacidad dentro de una pasión con “tanto color, pruebas y tribulaciones”, para interpretar personajes multifacéticos, como una especie de “pastoreo” hacia la imagen de mujeres que no hemos visto antes… inspiradoras y sobrevivientes, como su propia madre.

Entrevista con la actriz Anna Diop.
Foto por Sarak Krick.

Entrevista con Anna Diop

Interpretar a mujeres que rara vez vemos en pantalla

Existen dos tipos de actores: los que pueden ser alguien diferente y los que actúan para encontrarse. “En mi caso, el
cine nos ha acercado —latinos o inmigrantes— a quienes somos”, platica Anna, quien ha estado en la industria durante
casi dos décadas desde que a los 12 años le picó el acting bug en el teatro
.

“Fue un poco autoafirmativo descubrir que podías encontrar un poco de ti misma en alguien más y aprender. Me enamoré de la idea de ser una de ellas’”. Para la actriz, eso ha sido determinante: interpretar una nueva imagen que la gente no ha visto mucho —o nada—, como en Book of Clearence, ambientada en la época bíblica.

“Nunca hemos visto a gente negra retratada en este tiempo y espacio. Cuando era chica nunca me vi como el interés amoroso. Interpretar a alguien querida, deseada y femenina es emocionante para mí”. Ese mismo asombro lo experimentó creciendo con mujeres como Whoopi Goldberg en The Color Purple: brillantes, complejas, multifacéticas y sensibles. Y aunque hoy hay una evolución con series como Nanny, donde Anna es una madre soltera, negra e inmigrante, nuestros medios aún no reflejan el mundo real.

Su “peor época” resultó ser sus momentos más felices

Ser parte de este cambio ha sido a través de una carrera “lenta y constante” con periodos de sequía tras suerte de principiante. “En El Alquimista se dice que el beginner’s luck es la forma del universo para decir que estás en el camino correcto. Tuve que dar un paso atrás y esos cuatro años no pude entenderlo, estaba haciendo todo: estudiando, tomando riesgos, probando muchas cosas… en quiebra. Irónicamente, los momentos más desafiantes fueron los más felices. Tuve mucha fe y me volví muy espiritual”.

El cine también ha sido un espejo para descubrirse. “Cualquier problema que tengas en tu yo se manifiesta en tu trabajo. Cuanto más practico ser expresiva, transparente y conectada conmigo misma, cuanto más me conozco, mejor es mi trabajo”. En el primer año que no regresará a una serie, la veremos a lado de Williem Dafoe en The Man in my Basement. “Tengo la intención de construir una carrera de excelencia: excelentes creativos y proyectos”.

“No soy mejor que nadie, pero sé que todo es posible”

Con el objetivo de que el siguiente proyecto supere al pasado, me pregunto si la llama de probarse a uno mismo arde más en una actriz mujer e inmigrante. “Perdóname, esta pregunta me pone muy emocional” (su voz se quiebra):

“Mi madre y yo nos mudamos a Houston cuando yo tenía cinco años, apenas logramos salir de Senegal. Ella no hablaba inglés; trenzó el cabello, limpió casas, cuidaba a los niños y hacía trabajo doméstico. Eso se quedó conmigo y me ayudó a superar los años en L. A., cuando tuve que encontrar otros trabajos y descubrir cómo ser suficientemente buena para ser contratada. No soy especial, ni más talentosa; ni más inteligente, ni más capaz ni mejor que nadie de mi familia que sigue allá. Tuve la suerte de crecer en un lugar donde pude tener el sueño loco de ser actriz y que suceda. Sé que todo puede pasar”.

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