Conocí a Renata hace muchos años, cuando yo era editora de belleza y quería hacer una historia con mucho glitter; tomamos las fotos en un pequeño estudio y luego fuimos coincidiendo en más eventos. Siempre con una sonrisa, Renata es la misma que ves en la pantalla, sin filtros. Platiqué con ella acerca de su carrera y de cómo logra mantenerse motivada, así como de sus proyectos en puerta. “Estoy muy emocionada, me urge ver cómo quedaron las fotografías”, me dijo en nuestra conversación por teléfono. Además, la actriz de 25 años me contó lo bien que se la pasó shooteando con el equipo.

Aunque ya había tenido la oportunidad de entrevistarla, nunca me comentó cómo empezó su carrera. Fue a los 12 años en Código Postal, interpretando a Andrea; “creo que lo más importante que me diría si me encontrara a la Renata de esa edad, cuando inicié, es que nunca dudara de mí y que protegiera mi esencia. Que nada de lo que me rodea haga que cambie mi forma de ver la vida o de opinar”. La primera vez que se vio en la tele fue memorable y hasta el día de hoy, recuerda que hay dos momentos que la han marca- do: el primero, cuando le dijeron que se había quedado en un proyecto, “para mí, era como un juego, como estar en Disney”, y el segundo, al saber que estrenaría internacionalmente una serie en Netflix, “ahí te das cuenta de que todo ha valido la pena”.
Con el streaming y las redes sociales, Renata ha llegado a un público al que nunca imaginó impactar, “saber que me sintonizan en rincones del mundo que sólo he fantaseado visitar, es una locura”, dice. Este lapso de cuarentena no ha sido sólo des- canso, “los primeros meses me fui a encerrar con mi familia a Acapulco y, regresando, me puse a probar todo lo que no había hecho antes, como cocinar; tomé otro curso de actuación, medité… Me sirvió estar en paz”.
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