Si pensamos en actrices mexicanas que son 100% auténticas y que defienden en lo que creen, sin duda se nos viene a la mente Ana Sofía Gatica, porque sabemos que en cualquier proyecto en el que la veamos (no importa si es teatro, cine o televisión) es garantía y sus actuaciones mágicas nos hacen conectar con sus personajes como si los conociéramos de toda la vida. Esto mismo pasa con Jauría, la obra de teatro que protagoniza y de lo que nos platicó todo el behind the scenes de su personaje.
Jauría es una obra documental que relata la historia de una mujer de 18 años que sufrió una violación colectiva en las Fiestas de San Fermín en Pamplona en el 2016. En donde podemos ver las declaraciones que hacen tanto ella como ellos en los interrogatorios y los veredictos que se van dando en el Código Penal español a partir de toda la presión social que se empieza a generar en el caso por las decisiones que van tomando, hasta que por fin les ponen la sentencia que se merecen. (Eso sí, al verla te vas a llenar de frustración)
Después de una exitosa primera temporada en septiembre del año pasado, la obra regresa al teatro Helénico hasta el 16 de julio y sin duda es una obra que no te puedes perder porque, te aseguramos, te va a dar mucho que reflexionar. Estamos en contacto todos los días con la violencia de género pero vivimos en una sociedad que nos ha hecho verlo como algo “normal”, es por eso que es tan importante darle difusión a proyectos como la obra Jauría, que nos hacen visibilizar que el problema que vivimos diariamente es mucho más complejo de lo que nos han hecho creer.
Esto fue todo lo que Ana Sofía Gatica nos platicó sobre su papel en la obra de teatro Jauría
¿Cómo llegó Jauría a ti en la primera temporada?
A mí me buscó Samuel Sosa, que es el productor de la obra para decirme que quería invitarme al casting. Hicieron un casting bastante abierto y cuando me manda la obra, me interesó un montón, y la verdad preparé muchísimo mi casting, estábamos en pandemia y después como de un mes dijeron que me quedé.
¿Y por qué decidieron volver a presentar la obra?
La verdad es que para la obra, nosotros metimos carpeta para el teatro Lucerna que es un estímulo del Gobierno, entonces obtuvimos la posibilidad de poder hacer la temporada pasada y nos fue súper bien. Teníamos muchísimas ganas de poder seguir contando esta historia, pero en otro espacio, en otro teatro, en otra ubicación de la ciudad, o sea, como que nos fuimos a otro lugar y también con otra forma de contarlo, porque en el Lucerna la obra se contaba de manera como muy íntima, porque es un espacio muy pequeño y estando en el teatro Helénico, que es un espacio mucho más amplio, con una perspectiva frontal al 100%, cambiaba por completo. Entonces queríamos probar todo eso y al mismo tiempo lograr que esta obra se siga contando lo más que se pueda.
¿Hasta cuándo va a estar esta temporada?
Hasta el 16 de Julio. Ahora sí que estamos en la recta final para que la puedan ver y ahorita no tenemos planes de que regrese, porque obviamente cuando tienes un estímulo como Eficine o Efiteatro, es súper fácil poder hacer la obra, pero ahorita que ya estaban levantando esta obra con los propios ingresos que estamos generando, volver a tener otra temporada se vuelve un poco más complicado.
¿Todo el elenco es el mismo que la vez pasada?
Sí, ninguno cambió y no está en los planes que el elenco se modifique. Los directores tomaron las decisiones del elenco desde el casting, que fue muy pensado y muy planeado, y ya somos los que somos.
¿Cómo te sientes tú al ser la única mujer en el elenco contando una historia en el que tu personaje es el abusado?
Siento que en la escena ha sido un reto porque es muy imponente, estando 5 hombres en un escenario con una mujer ahí, de por si, es un acto súper violento si lo ves así, entonces ha sido un reto en el escena aprender a usar toda la energía y la fuerza que tienen mis compañeros a mi favor y para seguir construyendo. Pero la verdad es que en todo el proceso he estado de la mano de la directora, que es Angélica Rogel, y todo el equipo de producción o mucho del equipo son mujeres y de alguna manera tras bambalinas son mujeres las que me han estado acompañando en el proceso y eso se agradece muchísimo.
¿Cuál dirías que es el mayor reto personal al interpretar este papel que aborda temas difíciles de tocar?
Siento que la estabilidad emocional de mi día a día, no porque no la tenga o no trabaje en ella, al final mi cerebro sabe la chamba que está haciendo, pero el cuerpo tiene mucha memoria y se va quedando con lo que queda de los fines de semana.
Ha sido un proceso de aprender a tenerme paciencia, de cambiar mi rutina desde que empiezo la temporada porque sí o sí, mi cuerpo se va cansando más. Empiezo a tener menos ganas de hacer planes sociales y voy cuidándome más en ese aspecto y también para mí ha sido siempre un objetivo muy grande no perder la sensibilidad y la importancia ante este tema, pero también es muy fuerte porque a veces el cerebro bloquea o me protege de ciertas cosas. Entonces sí, ese ha sido un gran reto, el mantener fresca la obra y trabajar con lo que me llevo cada día.
¿Cómo se ve tu preparación para este personaje? ¿Es igual de difícil emocionalmente esta temporada que la pasada?
Llevo toda mi vida acompañada de terapia porque me parece básico, pero justo siento que empecé el proceso de Jauría, acompañada de mi terapia sí o sí y fue mucho calentamiento pre. Antes de entrar a la función y el proceso del montaje, que fue también muy violento emocionalmente y algo súper importante también es que estuve muy contenida por mi gente cercana, hasta que poco a poco fui asimilando eso como parte de mi trabajo y como una ficción, a pesar de que no lo es.
Pero eso, la terapia y los rituales pre función y post función me han ayudado muchísimo, voy a fisioterapias también porque me ayudan a que el cuerpo poco a poco vaya soltando toda la tensión que se genera del fin de semana.
¿Crees que es un personaje difícil de interpretar?
Nunca había tenido un personaje que me costara tanto, más bien lo que me pasa es que por más de que psicológicamente sepa que es un personaje y yo esté bien, nunca me había pasado que en mi cuerpo por el mero hecho de que no sabe lo que es ficción y lo que no, se quede con un trauma físico que no estoy viviendo yo en la realidad, pero sí le toca a mi cuerpo a vivir en su realidad.
También ha sido fuerte tener que darle lugar a eso, porque al principio yo batallaba mucho con esta cosa, de ¿no soy una buena actriz o por qué no me está costando tanto trabajo salir de esto? Yo lo he pensado así, pero después entendí que no, que es una respuesta del cuerpo y ni modo.
¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje de Jauría?
El mayor aprendizaje que he tenido es la comunicación que hemos generado como equipo, yo nunca había tenido la oportunidad de trabajar con 5 hombres al mismo tiempo, que me parece muchísimo, y de una manera tan íntima. Hemos tenido episodios de todo, somos muy amigos y al mismo tiempo hemos tenido momentos de mucha confrontación y yo nunca había tenido la oportunidad de que una obra o que un proyecto me abriera la puerta a conversaciones de las que siento que nutren y hacen la diferencia, tanto para ellos, con lo que yo les digo como para mí, con lo que ellos me comunican y eso es a partir de esta obra.
Y el impacto también que hemos tenido, por ejemplo el año pasado tuvimos una función con la fiscalía en México en el Teatro de la Ciudad, y eso fue una oportunidad enorme de presentarle la obra a personas que están en lugares de poder que sí pueden hacer la diferencia en ciertas cosas.
La obra toca un tema que pasa todo el tiempo en México, pero del que no se habla como debería ¿Cómo la obra abre esta conversación para que se haga una reflexión?
A veces pasa que como actores y actrices, nuestro lugar obviamente idílico, es cambiar el mundo con el teatro pero en realidad es que no, el teatro no cambia el mundo, pero lo que sí es súper importante para mí es que las personas que han ido, sobre todo los hombres, salen con un punto de reflexión muy importante sobre el consentimiento, sobre las dinámicas de poder que ejercen los hombres hacia las mujeres cuando están en grupo, de los comentarios que hacen en los grupos de WhatsApp, o sea, todas las cosas que sí pueden generar algún tipo de reflexión o pueden hacer injerencia directa en el público. Y esto para mí es suficiente, y digo, “bueno, ahí ya hay una reflexión o ya hay una semilla plantada y una conversación” que, después de ver la obra se genera, porque la gente que la va a ver, se va a cenar y hablan y hablan y hablan de esto y al final es lo que buscamos.
Es que justamente deberían de haber más canales que nos abran la conversación y nos lleven a la reflexión y a concientizar, como lo es esta obra de teatro: Jauría
Y también la difusión, o sea, es una realidad que, y eso a mí me me me sorprende muchísimo, yo puedo estar en muchos eventos trabajando con marcas súper cool pero a mucha gente no le interesa difundir que hay una obra de teatro que habla de esto, pero sí les interesa difundir que hay eventos de moda y de lo que todo mundo está hablando, y lo entiendo pero es muy fuerte porque también esa ha sido mucho mi pregunta de ¿Cómo darle difusión a una obra como Jauría, que cuando todo el mundo la ve dice, por qué esto no está en todos lados?
Pero cuando encuentras esos lugares para poder darle esa difusión y que llegue a más personas, nuestro objetivo se cumplió.
¿Crees que la gente se tenga que preparar de alguna manera para ir a ver la obra o qué pueden esperar al ver Jauría?
Siento que algo que pasa es que por la temática ponen la obra en un lugar de “qué terror ver esto, qué miedo ver una obra de una violación colectiva”. Pero lo que yo siempre pienso es que en todas las plataformas de contenido vemos eso y vemos escenas aparte, súper fuertes y lo tenemos a un clic. Algo que verdaderamente me gusta de esta obra, es que a pesar de la temática que están abordando no hay una perspectiva amarillista de promedio, no hay algo que te haga a ti como espectador que te violente.
Creo que prepararte para verla es disponerte a ir a ver y escuchar esa historia y no tratar de no ir sola como mujer, porque a las mujeres en especial sí veo que les afecta mucho más porque empatizan con el ser mujer en un país como México. Pero como hombre, luego son a los que más ‘miedo’ les da ir a ver la obra, pero no hay nada de lo que haya que tener miedo, al final es una obra y tenemos el privilegio de ver esta historia como en teatro. Entonces creo que van a estar bien y sin duda se se van a llevar una reflexión y una conversación súper importante a la casa. Y también eso es muy loco, saber que de pronto puedes hablar con tu gente cercana de estas cosas que igual nunca encuentras el pretexto o la forma de sacar estos temas que son un poco tabú y de pronto tener el pretexto de una obra es perfecto para poder platicarlo.
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