La polinización de las flores es esencial para nuestra alimentación. Lo que comemos a diario, proviene del trabajo de los principales polinizadores: las abejas. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que de las cien especies de cultivos que proporcionan el 90% de la comida mundial, más del 70% se poliniza gracias a las abejas. En pocas palabras, las necesitamos y debemos protegerlas pues no solo nos ayudan con la polinización, también crean miel, un ingrediente curativo para la piel. Este gran antioxidante calma, repara quemaduras y nutre a profundidad. Hoy, en el día mundial de la abeja, te presentamos dos grandes marcas que la incluyen en sus productos más icónicos y que día a día hacen un esfuerzo por conservarlas y protegerlas.
Su fundador, Burt Shavitz, era un famoso fotógrafo que deambulaba por las calles de Nueva York. Mas tarde, en los ochentas, cansado de la ciudad y la vida de artista, decidió empacar sus pertenencias, se subió a su moto y empezó su aventura. Cuando llegó al estado de Maine tuvo un primer encuentro con las abejas. Ahí descubrió los beneficios de la miel y lo productivas que podían llegar a ser las pequeñas polinizadoras. Por eso, decidió comprar una colmena y dejar que ellas hicieron el resto del trabajo. Burt y su forma de vender miel a la orilla de la carretera sobre una camioneta pickup amarilla Datsun, rápidamente lo hicieron famoso. Cuando se dio cuenta que tenía demasiada cera y miel decidió hacer velas y luego migró a lipbalms, shampoos y jabones. El resto es historia.
El equipo de Burt´s Bees siempre se involucra y conoce a las personas que los proveen de materia prima. Por eso crearon la fundación sin fines de lucro, The Greater Good, dedicada a ayudar a las personas con quienes hacen comercio justo. Además dan seguimiento a iniciativas que apoyan al ser humano, a la salud de las abejas y al medio ambiente. Su fábrica, ubicada en Carolina del Norte, tiene programas de educación para que tanto su equipo como el resto del estado entienda la importancia de cuidar a estas pequeñas polinizadoras que ayudan tanto al planeta. El estilo de vida del equipo Burt’s Bees se basa en la sencillez y la naturaleza y este sello lo impregnan en cada uno de sus productos.
La marca francesa no sólo se convirtió en la primera casa de perfumería y cosmética en obtener el certificado “Compromiso por la biodiversidad y clima” de Ecocert, ahora estrena una plataforma llamada Bee Respect que hace posible la trazabilidad de sus productos. Es decir, ahora los consumidores podrán ver el ciclo de vida de lo que compran y saber qué sucede detrás de su elaboración. Dentro de sus esfuerzos eco están el proteger a las abejas de Ouessant, creadoras de la gama Abeille Royale, y mejorar los procesos ecológicos con el fin de limitar residuos y emisiones de CO2 , por ejemplo, promoviendo el uso de transporte marítimo como medio de distribución.
Entre otras medidas para su fomentar su conservación está su alianza con el Observatorio Francés de apicultura para desarrollar y multiplicar colmenas a través de Europa y promover la profesión del apicultor así como la fundación de Bee School, un programa de concientización para niños de primaria, liderada por empleados de la compañía, que permite que los chicos descubran la importancia del papel que juegan las abejas en nuestro planeta. Este año, Guerlain también se unió con UNESCO-MAB y el Observatorio Francés de Apicultura para armar una nueva capacitación de apicultores diseñada para crear nuevos afiliados en todo el mundo así como para medir los beneficios de la polinización en las reservas.
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