Seguro has escuchado hablar de que participar en un temazcal es una experiencia realmente transformadora. Y es verdad, porque se trata de una experiencia que es al mismo tiempo física y espiritual, con raíces ancestrales en los pueblos originarios.
Sin embargo, también es una vivencia que puede ser muy intensa, sobre todo si nunca antes has estado en un sauna o en un ritual, y las sensaciones pueden tomarte por sorpresa. Por eso es importante que elijas para tu primera experiencia un lugar donde sientas seguridad y calma.
Tuvimos la oportunidad de conocer el temazcal de El Santuario, un resort en Valle de Bravo que está totalmente centrado en el bienestar y en la convivencia con la naturaleza. Desde el spa hasta el restaurante y las hermosas vistas desde las suites, así como sus clases de yoga y meditación diarias, es a donde necesitas ir si lo que quieres es volver a ti misma y recargar energías positivas.
Esto es lo que aprendimos sobre el temazcal.

3 cosas que debes saber sobre el temazcal
Su significado original
La palabra viene de los vocablos náhuatl “calli” o casa; “tetl”, que significa piedra y “mazitli” o caliente. Es decir, es una casa de piedras calientes. En culturas mesoamericanas tenía usos tanto higiénicos como terapéuticos y ceremoniales o religiosos.
Cómo prepararte
Si vas a ser parte de un temazcal, sí o sí vas a sudar, así que lo mejor es entrar con traje de baño y sin zapatos, pero puedes pedir indicaciones en el lugar específico donde vayas a participar.
Se recomienda que entres con tranquilidad y le des una oportunidad a la experiencia, pero si en cualquier momento sientes malestar, también es importante que lo expreses. Al finalizar, date un tiempo para regular tus emociones y sensaciones.

La ceremonia
En El Santuario, la ceremonia une elementos de varias culturas, pero se centra en las prehispánicas, y el temazcal está ubicado a los pies de una montaña de cuarzo, un lugar perfecto para la conexión. Se puede realizar tanto individualmente como en grupos de hasta 13 personas.
Consta de 4 puertas, una por cada elemento, en las que el calor va aumentando poco a poco. Se usan elementos como el cuarzo, la sonoterapia y las hierbas aromáticas. Al terminar, sigue un baño frío en el agua de la montaña y un té.
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