Si algo hemos aprendido de la moda y sus influencias es que el ritmo de la era marca la pauta de estilo, ¿pero estás enterada de cómo el rock —no cualquier género— cambió la historia de la moda para siempre? El rock es el poeta de esta simbiosis moda y música, el culpable de que la ropa cambiara a identidad y los artistas proclamaran una revolución sartorial al frente de la resistencia social. Y es que el rock nos enseñó a todos —incluidos los fashion lovers— it’s cool to be an outsider.
Nuestra voluntad de ir contra la norma se enciende con las madres O.G. de subculturas: glam, punk y grunge. Las tres se alimentan de la otra en un eterno rupturismo para redefinir límites del estilo. ¿Pero cómo surgió todo esto? ¿Por qué algunos vestimos así y otros visten diferente? ¿Qué tiene que ver el rock con la historia de la moda? Aquí la respuesta.
La historia del rock en la moda por décadas
Antes del rock, la moda en la música no importaba…
Sí, la ropa era ropa. Porque aunque recordemos eternamente a Frank Sinatra en los 40 con su traje oversized y sombrero trilby, ese ya era el outfit de la época: los músicos vestían sus mejores ítems en consonancia con lo que era aceptado. Entonces, llegó el rock y las estrellas pasaron a major influencers el siguiente medio siglo y los años por venir. Los rockstars hicieron que seguir a una banda fuera como ponerse la camisa de tu equipo de fut.

Elvis y los años 50
Todo inició con el chico de Memphis (su historia ya te la sabes con la cara de Austin Butler y Jacob Elordi). La versión más curada, más comercializable (y, honestamente, más blanca de Chuck Berry) con ropa rosa y trajes zoot hizo que lo “diferente” fuera cool. Además, Elvis le dio al clavo en un momento histórico: nació el concepto de “teenager”. Tiempo libre, medios de comunicación con ideas frescas culturales, más dinero; varios factores dieron origen a un nuevo grupo demográfico. Antes vestías como tu papá, pero ahora gastabas en música y en la ropa que llevaban tus ídolos. No importa de dónde vienes, sino a quién escuchas y eso lo dices a través de tu clóset. El style statement era inconformidad: jeans y chamarra de piel como Marlon Brando y James Dean.

The Beatles, Swinging Sixties y The Summer of Love
La continuación y el epítome de lo que había iniciado en los 50 fue el “youthquake” (término por Diana Vreeland para describir cómo la música y la cultura pop de la juventud cambió el panorama de la industria de la moda). Mien- tras pasaban cosas horribles en EU, al otro lado del mundo había cuatro chicos trajeados que cantaban Love Me Do. En los coloridos Swin- ging Sixties, Londres pasó a ser hotspot cultural y capital de moda con Carnaby Sreet como su pasarela (la época cuando Mary Quant vio a las adolescentes cortar sus faldas y de ahí la mini falda).

La “british invasion” estuvo protagonizada por bandas como The Rolling Stones. Pero, definitivamente, los 60 le pertenecieron a The Beatles; su evolución en estilo como banda de rock es la narración de las décadas y las historia de la moda. Tomaron el mundo con sus cortes estilo mod y, de repente, el pelo creció y lo psicodélico entró en juego. LSD, viajes a la India sin retorno y un aura de misticismo. De la norma a lo transgresivo, pasaron a lo psicodélico y espiritual. Para finales de la dé- cada, el asunto se volvió más social con su outfit militar reinterpretado como un statement contra la guerra de Vietnam.
El tie dye y joyas DIY eran otro básico para demostrar que habías escapado de tu mundo materialista. Jim Morrison era el más cool con sus pantalones de piel, Jimi Hendrix inauguró lo andrógino con glitter y experimentación. Bob Dylan le dio origen al folk rock con su storytelling y un look staple con workshirts, que fue la imagen rockera más down to earth.
Todo pintaba bien: el crochet, las coronas de flores… estar cómodo en tu piel. La paz (con desnudez para liberación sexual) fue emblema de resistencia. Hasta que el Summer of Love y sus ideales generacionales expiraron con el concierto de Rolling Stones en Altamont (1969). Cuatro meses después de Woodstock, 350 mil personas se reunieron en un evento que resultó en varias sobredosis y cuatro fallecidos.

El estilo del rock se dividió en dos bandos: glam vs punk
Altmont simboliza “la muerte de los años 60”, pero para los conocedores anunció la fragmentación del paisaje rockero en polos opuestos: el glam rock deT. Rex, pasando por el estilo sureño de Creedence Clearwater Revival (los chicos buenos con sombreros vaqueros), hasta el punk. Teníamos a Mark Bolan, Queen, New York Dolls, Alice Cooper resplandeciendo con la extravagancia teatral como campeones. Y sí, el espectáculo del rock le debe mucho a Kiss. Pero el reinado maximalista y la identidad artística le corresponde a Bowie en jumpsuit de lentejuelas y makeup, andrógino y futurista como Ziggy Stardust.
Ante este derroche maximalista, el punk rock iba en contra de la opulencia mainstream, apostando por una vibe DIY con Sex Pistols y The Ramones de soundtrack. El descontento se vestía de t-shirts rotas, broches, mensajes políticos y chamarras de cuero como rebelión a favor de una moda más cruda y subversiva fuera de lo comercial: así suena y se viste el rock. Debe estar al alcance de todos (aunque toques tres acordes) y tu ropa desgastada con Dr. Martens bastan, no necesitas ser fashion icon… entre comillas, porque ¡cómo olvidar a la reina legendaria del punk, Vivienne Westwood y los trajes post-punk de Raf Simons!
Puro exceso en la década de 1980
Los 80 fueron la era del máximo exceso. El glam rock continuó la androginia opulente, pero con un toque más agresivo con aliento a macho. Poison, Mötley Crüe, Guns N’ Roses: el pelo más esponjoso, colores más brillantes, spandex más elástico, bandanas y cadenas como must. Si te gustaba el rock, destacabas como motociclista provocativo (Judas Priest). Mientras el sonido se agudizaba ruidosamente, la contraparte del new wave y post punk pulía más su look: misterioso en vez de flashy. The Cure y Depeche Mode se rindieron a un sofisticado full black y corte de pelo angular (algo que hoy calificamos como gótico). Aunque es verdad que en esta década el rock fue desbancado cuando el hip-hop y rap explotaron en el streetwear y las bandas pop dictaron la moda masiva… el paisaje se hizo terre- no fértil para que el grunge y el punk (re)emergieran.
90s… smells like teen spirit
En los 90, el rock (que ya no era el único rey en la historia de la moda), fue un “back to basics”. Flamboyance out, effortless in. El grunge underground cambió el sonido y también la relación con la moda. Nirvana y Pearl Jam son los mejores embajadores de este antisistema: antifashion con himnos de apatía y disolución.
El look Kurt Cobain es la quintaesencia del rock: la cami- sa de franela en la cintura, t-shirt y sobrecamisas oversized. Jeans rotos o shorts sobre medias dan ese thriftstore aesthetic de piezas segunda mano como culto a lo auténtico y original. “La crudeza emocional sobre el éxito material consumista”, tan antifashion que resulta pretencioso.
Del otro lado del charco, el britpop fue el revival del rock setentero, ¿recuerdas Oasis y Blur? Con el corte mod y un estilo híper british de parkas y polos, ellos son lo smart casual con la herencia inglesa, pulido y curado. Así, se repitió la batalla sesentera entre mods y rockeros, pero ambos representaban un llamado a lo relatable, lo “real” sobre lo manufacturado. El im- pacto fue inmediato y tan controversial como el look de Perry Ellis en 1993 que le costó el despido a Marc Jacobs (y terminó dándole un nombre propio).

¿Qué pasó en los 2000?
Aquí la última tendencia “relevante”. Con la revolución acelerada de la tecnología, el género pasó a ser un tapiz ecléctico de estilos y subculturas. Las indie bands como Arctic Monkeys y The Strokes trajeron los early days en un matiz simplificado y low-key. Lo vintage y el guiño a las raíces del rock modernizado fue la alquimia perfecta para algunos. Otros se inclinan a lo emo y pop punk, que rescatan el etos punk con nuevas interpretaciones: Chemical Romance y Green Day con skinny jeans, DIY y estoperoles que entonan esa intensidad emocional sobre la autoexpresión.
El estilo rockero hoy
Pero aunque la era digital democratizara la moda en una mezcla interminable de inspiraciones y diversas influencias, haciendo que los estilos se crucen y evolucionen el rock con sus referencias históricas y posibilidades, los símbolos esenciales sobreviven como testamento de atemporalidad.
T-shirts con el logo de bandas, mezclilla desgastada y converse todavía son pistas en nuestro clóset de que, incluso si no hemos escuchado la vibración de una Fender Strat en mucho tiempo, un cachito de Steve Nicks y Patti Smith habita en nosotras. Con una chamarra de piel (básico que escala a high-fashion con actitud) o unas combat boots como working class heroes (mi papá las llama botitas de anarquista pero hasta él reconoce que están teniendo su momento) todos somos hijos del rock.
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