¿Por qué evitar la estética “old money” te ayudará a elevar tu look?
Moda

¿Por qué evitar la estética “old money” te ayudará a elevar tu look?

Qué emocionante parece pasar invierno en Los Alpes esquiando, o los veranos en un yate mientras tienes la costa italiana de fondo, tener acceso ilimitado a prendas construidas con los mejores textiles y poder tomar champaña mientras escuchas Vivaldi en Los Hamptons. Esa energía de riqueza es algo que todos podemos canalizar y manifestar, pero también es la imagen de estilo de vida “perfecto”, que las redes sociales han fomentado en los últimos dos años. La afinidad por el estilo old money puede parecer inofensiva, pero detrás de esta estética ella se esconde una problemática que merece ser analizada.

Este estilo de vida se asocia con la riqueza y el estatus social, lo que puede llevar a la creación de una cultura de la exclusión y la elitización. Las personas que no tienen los medios para seguir este estilo de vida o al menos construir una imagen similar, pueden sentirse excluidos… y honestamente, no hay razón para fingirlo.

Las tradicionales prendas y hasta las marcas base de estos looks, han sido utilizadas por años, con alteraciones y reconstrucciones a través del tiempo para adaptarse a las nuevas generaciones; sin embargo, siempre manteniendo la esencia de lo que ha sido calificado como “buen vestir”, “elegancia” y “clase” dentro de los estándares originales desde su creación, o sea características que responden a los patrones de supuesta belleza impuestos siglos atrás. 

Via @sophiaroe

El lado problemático de la estética “old money”

Si bien el “buen gusto” no reconoce clases sociales ni ingresos económicos, el estilo old money, las tendencias tennis core y el lujo silencioso y otras más similares a esta estética, tienen posibles connotaciones negativas y positivas, pero hay dos en particular que debemos valorar; una de ellas podría ser, generar satisfacción personal y seguridad a la hora de vestir, otra, perpetuar la desigualdad social por medio de composición visual en los looks.

Las familias que han mantenido su riqueza y estatus social durante varias generaciones tienen una ventaja económica y social sobre aquellos que no tienen ese mismo privilegio. Esto, o aparentar esto, puede llevar a la creación de una sociedad en la que la movilidad social es limitada y la desigualdad es cada vez mayor.

Otra problemática detrás de la afinidad por este estilo de vida, es la falta de diversidad. Esto porque se basa en una estética y una cultura específicas, normalmente asociadas a la riqueza heredada, el poder, las heteronormativas y la colorización, lo que puede llevar a la exclusión de otras personas, culturas y formas de vida. Esto puede incentivar la idea de una sociedad homogénea y poco inclusiva.

Al llegar esta semana, el término old money, lleva más de 6 billones de vistas en contenido publicado en TikTok, esto es un reflejo del interés que las nuevas generaciones y los usuarios de redes sociales tienen, además, de la fascinación por las familias ultra ricas, que cada vez crece más. 

Algo indudable es que, romantizar el estilo old money, puede llevar a la idealización del pasado y la nostalgia por una época que puede haber sido menos inclusiva y justa para ciertos grupos de personas. Esto puede influir en la negación de problemas actuales de inclusión y la falta de acción para abordarlos. Si bien cada persona elige como vestirse y lo que le brinda comodidad, la respuesta está en crear looks que posean el balance perfecto entre la esencia individual de estilo personal y la implementación de elementos y prendas que reflejen una manifestación clara de lo se aspira para el futuro, sea parte de una tendencia o no.

Entre más conscientes estemos de la calidad de nuestras prendas y de la construcción visual de nuestros looks (independientemente de su costo, de si son prendas de segunda mano, o de su pertenencia a marcas de lujo) es más factible que logremos alcanzar una imagen que se acople a esa energía aspiracional que cada vez se canaliza más, aportando a nuestra imagen sin necesariamente caer en reproducir tendencias o ser excluyentes.

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