El diseñador de joyería y Director Creativo de Aristocrazy está arrasando con ganas y nos cuenta todo sobre sus inicios dentro de esta industria, cómo ha evolucionado su carrera y qué es lo que lo lleva a crear piezas elegantes, modernas y frescas para la mujer Aristocrazy. A su corta edad y con 10 años de experiencia en el mercado, Juan Suárez ha logrado posicionar la marca como una de las favoritas de joyería, gracias a su estilo clásico pero moderno.
Cada vez tenemos el mundo Aristocrazy más cerca de nosotros. Recientemente fue la apertura de la nueva boutique de la marca en Artz Pedregal, ir a la tienda es una experiencia que debes vivir porque además hay puedes un piercing studio, así que si estabas dudando en hacerte uno, esta es tu oportunidad.
Lo que platicamos con Juan Suárez de Aristocrazy
Si amas tanto Aristocrazy como nosotras (o todavía no) we got you, que con esta entrevista seguramente te enamorarás de la marca y no solo querrás, sino que también necesitarás correr por una o más piezas para agregar a tu colección de joyería.
Sabemos que vienes de una de las grandes familias de la joyería española, ¿siempre supiste que te querías dedicar a esta industria o cómo nace esta pasión que te ha llevado hasta donde estás hoy?
Nosotros hemos tenido una infancia un poco rara en cuanto al trabajo de mi padre, siempre desde pequeños íbamos por su despacho y lo que veíamos eran piedras preciosas y dibujos de joyería, por lo cual el amor por la joyería y por esta profesión viene de pequeños. Nunca hemos tenido ningún tipo de presión por dedicarnos a esto, pero es un mundo muy bonito y es verdad que también el tener la posibilidad de crear un proyecto nuevo también me abrió un poco los ojos.
Yo ya era gemólogo y me gustaba mucho el mundo de la joyería, pero tampoco tenía decidido exactamente que me quería dedicar a ello. Pero yo creo que al final el tener una profesión hoy en día es bonito y más en este mundo en donde tenemos la posibilidad de hacer proyectos muy verticales en donde nosotros somos quienes diseñamos las piedras, las fabricamos, lo vendemos; es un proyecto muy bonito.
¿Cómo consideras que ha evolucionado tu carrera dentro de Aristocrazy a lo largo de los años?
Ha evolucionado muchísimo, porque cuando creas un startup el proceso de aprendizaje es muy rápido, es duro porque te equivocas mucho, pero es muy bonito porque al final empiezas con un folio en blanco y escribirlo desde cero es muy bello. Crear todo este mundo donde poner tus joyas y crearlas es un proceso muy bonito y muy interesante, además rodeado de muy buen equipo.
Creo que mi proceso de evolución ha sido probablemente de vivir todo este mundo de una manera un poco más superficial a realmente irme introduciendo por completo en este mundo que es tremendamente denso en cuanto a información, en carga emocional y profesional, pero siempre en cuanto más te introduces y más sabes, más te gusta. Al principio, la primera tienda fue un experimento y a día de hoy aunque cada una es diferente (intentamos que cada tienda sea completamente diferente, pero manteniendo el mismo look and feel) cada tienda es un reto, por lo cual a día de hoy las abrimos con mucha más facilidad pero el seguir haciendo joyería y tiendas que al cliente le impacten, sigue siendo un gran reto.
Haces énfasis en la importancia de que cada tienda sea diferente ¿cuál es el propósito de esto?
Nosotros creemos mucho en la evolución creativa, no sabemos quedarnos quietos. Es verdad que si ves el look and feel de las tiendas es parecido, pero siempre encontrarás una textura diferente, terminados nuevos o galerías y estanterías con otro giro. Siempre hay que intentar el cambio para no encasillarnos en lo mismo.
También hay algunas que las hacemos muy especiales, por ejemplo, en Sevilla acabamos de abrir una tienda que es más diferente de lo habitual y hecha por maestros ebanistas sevillanos y es tremendamente especial y muy diferente, pero es hacer una o dos al año de este tipo porque es un trabajo muy complicado pero que nos encanta.
Para los que no saben ¿cuáles son tus principales responsabilidades dentro de la marca?
En Aristocrazy he recorrido un largo camino, en el que sido hasta director general, pero al día de hoy mi cometido esta sobre todo en lo que toca el cliente: el punto de venta, las joyas, la experiencia de usuario, el mundo del piercing, la dirección de arte. Todo esto que el cliente ve y toca pasa por mis manos y por las de mi equipo, por supuesto. Tenemos un equipo en donde se genera muchísimo debate de como evolucionar en todos estos puntos, son debates abiertos en donde la evolución existe y en donde el debate genera esa innovación constante y es fundamental porque una marca que se para, normalmente es una marca que muere.
¿A lo largo de tu carrera cuál ha sido tu mayor aprendizaje y tu mayor reto dentro de esta industria de la gemología?
Yo creo que hay dos, y sobre todo lo que he aprendido es a que no que hacer. Pero mi primer aprendizaje es que normalmente las piezas son malas y que la calidad exige tiempo y, por otro lado, que la mediocridad sale cara, porque rodearte de un buen equipo es fundamental.
Justamente mucha gente te describe como alguien carismático, perfeccionista y humilde, ¿Qué podrías decir de esto?
Perfeccionista, eso sí. Lo carismático y humilde se lo dejo a la opinión pública, pero sí somos muy perfeccionistas porque al final lo que hay gente que no ve luego el cliente lo percibe, no sabes porque pero lo acaba percibiendo y muchas veces lo que pensamos que no se darían cuenta es en lo primero en lo que terminan fijándose. Ese perfeccionismo también nos ha ayudado a ir mas alla y, no es tanto exigirlo, es más comunicarlo.
Nuestros equipos son muy exigentes consigo mismos y con el trabajo que hacen porque poco a poco lo hemos comunicado de una manera tranquila, no hace falta ir atrás de la gente, y si lo hiciéramos no llegaríamos a ningún lado. Nosotros ahora tenemos 120 puntos de venta, tenemos un montón de gente trabajando con nosotros y normalmente comunicas el porque quieres una marca hecha con rigor para que el cliente así lo perciba o realmente no lo vas a conseguir nunca: o te entienden o nunca lo consigues.
¿Qué sientes de estar al frente de una marca tan grande a tan corta edad?
No es algo que pensamos mucho, realmente no sé si es porque lo hemos visto en mi tío y mi padre desde muy pequeños, pero es algo que siempre ha estado en la familia, Entonces al día de hoy es verdad que sientes un poco de vértigo al ver todas las responsabilidades que hay, pero realmente es un poco falso porque es más tratarlo de uno en uno, o sea si una unidad de negocio funciona, funcionará; si ninguna unidad funciona pues mal asunto. Entonces yo creo que cada cosa hay que tratarla como una unidad y realmente darle ese cariño.
Recuerdo cuando abrimos la primera tienda en Goya, había dos palmos de aserrín a las 7:00 am. en la tienda y a las 1:00 pm. abrimos, realmente al día de hoy hay tan buen equipo que las cosas surgen. Siempre digo que cuando una compañía funciona bien, es cuando no te enteras de muchas cosas.
¿Cómo consideras que ha sido la evolución de Aristocrazy desde esa primera apertura en la tienda de Goya hasta ahora?
Yo diría que sobre todo lo que ha cambiado es el producto, en 10 años el cliente nos ha ido indicando por donde tenemos que ir, porque al final el cliente es el que manda. Por mucho que quieras vender rinocerontes rosas en un collar, si el cliente no lo compra olvídate de ese producto, el cliente compra lo que quiere comprar. Y el cliente es el que nos va dando las pistas de por donde tenemos que evolucionar, hemos evolucionado hacia ser más joyeros: cada vez vendemos más oro, diamantes y piedras preciosas. También hemos evolucionado hacia tener una joya más moda, porque al final el cliente entiende cada vez mejor lo que es la joyería de diseño, antes entendía más la temporal pero ahora quiere más diseño y, todo eso al final lo vas viendo en la marca. Y por supuesto más experiencia en el punto de venta, y de ahí nuestra experiencia del piercing.
¿Qué consideras que es lo que hace que Aristocrazy sea una marca única y diferente?
Yo diría que tres factores: uno es la parte de diseño, hay muchas empresas en donde el proceso creativo es bastante pobre. Nosotros tenemos un proceso en donde invertimos mucho tiempo y mucho talento, y es ese proceso creativo lo que nos ha llevado a hacer cosas que son muy diferenciales.
La segunda es la calidad: nos la tomamos muy en serio y muchas veces tenemos lanzamientos muy lentos, precisamente porque si no tenemos la calidad que queremos no sacamos el producto. Nuestra idea del piercing tardamos en madurarla dos años porque no conseguíamos que el producto fuera perfecto, al igual que una colección de zafiros que tiene que llevarlos como nosotros queremos o un diamante como nosotros queremos, en ningún momento vamos a renunciar a la calidad. Cuando compras una joya en Aristocrazy sabes que vas a tener una calidad excelente.
Y la tercera sería la experiencia del cliente: intentamos que nuestras tiendas tienen que tener (aunque compres una joya que no sea del máximo precio) una atención al cliente que sea excelente, tanto en una compra de una joya normal o en una experiencia de piercing.
Justo mencionabas lo del proceso creativo, ¿Cómo es este proceso y qué es lo que conlleva todo el detrás de una pieza que vemos?
Conlleva mucho la verdad, por ejemplo, la colección de Mimbratta es probablemente uno de los procesos más complejos, porque montamos un workshop de una semana con artesanos de mimbre y con estudiantes de diseño, lo que generó unos artefactos tremendamente experimentales en cuanto al diseño y, de ahí creamos toda una colección de joyería. Porque esa inquietud que existía sobre los artesanos del mimbre para llevarla a una joya, la llevamos de verdad y no inventándonos una historia. Ese proceso es de los más complicados, pero es verdad que hay otros procesos en los que básicamente estudiamos la tendencia, que es lo que está ocurriendo en la actualidad en la moda, en la joyería o en el arte; estudiamos todo eso e intentamos declinarlo en unos moodboards de posibles colecciones y a partir de ahí lo empezamos a llevar a las piezas finales.
¿Cuáles son las principales inspiraciones que se toman al momento de diseñar?
Son muy diversas, pueden ser desde una foto de Instagram de una chica que se ha puesto algo, hasta una exposición que hemos visto en Nueva York de arte conceptual o de repente algo que vemos como tendencia que intentamos imaginarnos en la identidad de Aristocrazy. La verdad es que son procesos multidisciplinarios, lo que hace que sean muy diferentes y muy enriquecedores.
¿Cómo encuentra ese balance perfecto entre un súper diseño, precio y calidad que caracteriza a Aristocrazy?
Lo que intentamos es darle un precio justo al cliente por lo que paga, y tenemos la posibilidad de hacerlo porque somos verticales en todo el proceso. Compramos toda la materia prima, fabricamos nosotros y vendemos nosotros, esto hace que puedas hacer un retail controlado. Nosotros creemos mucho en darle al cliente una calidad-precio que sea percibida como excelente.
¿Cuáles consideras que son las key pieces más importantes de Aristocrazy y que todos deberíamos de tener?
Una buena clienta de Aristocrazy tiene que tener tres cosas fundamentales: una pieza de la colección Savage, que es una de las más icónicas de la marca desde el principio y además es especial porque cada joya está esculpida a mano.
Creo que tendría que tener una joya de diamantes que sea moderna y original. De hecho, la última colección que hemos sacado de diamantes es taladrado, en vez de gastarlo de la manera tradicional y eso la hace muy diferente.
Y, por último: un piercing de la marca, para que sobre todo viva la experiencia.
¿Cómo describirías tú que a la mujer Aristocrazy?
Nosotros cuando empezamos esta marca la creamos para mujeres que se compran sus propias joyas, no que esperan que alguien se las regale. La mujer Aristocrazy es una mujer que trabaja, que es activa, que le gusta la moda y la joyería y que es muy independiente.
Además de estar abriendo esta nueva store en Artz, ¿qué más podemos esperar de Aristocrazy en México?
Esperemos que más aperturas, pero sobre todo lo que queremos es que el público mexicano conozca la marca y que se acerque a ella y que la viva, que luego decida comprar o no pero que al final viva la marca y vea lo que nosotros ofrecemos a diferencia de otras marcas. Eso es lo importante, pero es verdad que para acercarte al cliente tienes que tener una distribución, para eso hay que abrir tiendas cerca del cliente. Ese es el principal objetivo, ir llevando la experiencia del piercing y nuestras piezas por todo el país y que la gente nos vaya conociendo para que ojalá se hagan grandes fans de la marca.
Y a nivel internacional ¿cuáles son las metas a largo plazo y a corto plazo que tienes para Aristocrazy?
Siempre decimos que la promesa de la marca tiene que ir por delante del negocio, no podemos abrir 100 tiendas el año que viene porque no cumpliríamos nuestra promesa de calidad y de diseño. Pero, si es verdad que nuestra meta está en las grandes calles y en los grandes malls del mundo, esa sin duda es, pero es algo que va a llevar tiempo y ahora no tenemos ninguna prisa. Todo lo que hagamos lo tenemos que hacer bien, eso es lo importante.
Por último ¿qué consejo le darías a todos los jóvenes que quieren emprender, pero que tienen miedo?
Creo que el miedo es bueno, cuando tu tienes un concepto y no tienes ningún miedo, normalmente es un concepto que fracasa. En la vida hay que echarle valor a las cosas, y si nada te asusta no vas a sacar nada rompedor ni nuevo. Lo que yo podría recomendar a la gente es rodearse de muy buenos asesores y muy buen equipo y contar con gente que te apoye.
Al día de hoy el mundo del startup es muy abierto, yo colaboro y ayudo a gente que va empezando y lo hago de manera gratuita y, no creo que les haga ningún favor, yo creo que, al revés, ellos me hacen un favor a mi contándome que están haciendo y porque lo hacen. Mi consejo final sería que se asesoren bien y que tomen gente que ha estado en ese proceso, que formen muy buen equipo, pero sobre todo que tengan mucha perseverancia y trabajen duro. Normalmente nada te va a salir a la primera y las cosas no surgen porque sí y, lo que hacemos de manera fácil al humano no le encanta, le gusta más la dificultad y la perseverancia es muy importante para lograr las cosas.
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