Sí estás leyendo esto, es probable, que seas una de esas almas que está en búsqueda de enamorarse y tener su gran historia de amor pero últimamente no sabe ni por dónde encontrarla. Bienvenid@, antes que nada, quiero decirte que he estado ahí y no hay nada más agotador que buscar algo que no más no se encuentra.
Creo que esta pandemia ha sido un reto para todos: casados, solteros, divorciados, o cómo quieras llamarle. Unos, si no se quejan de haber pasado demasiado tiempo en pareja, otros suplican tener alguien a su lado o muchos otros simplemente están bien como sea que se encuentren.
Sin embargo, enfocándonos en la soltería y todas las aventuras que la rodean, hoy hablaremos de la enorme preocupación que hay de “llegar tarde” a encontrarse con su gran amor de la vida.
Me encuentro en la etapa en donde las personas, por lo general, se casan y la mitad de mis amigos están en dicho trámite. La otra mitad disfruta su soltería pero sin dejar de querer encontrar a la persona con quien compartirán si no es que toda, gran parte de su vida. Hace un par de semanas, hablando del tema que ha sido hacer o cancelar bodas, una amiga dijo: “que flojera que se cancelen, ¿ahora cómo vamos a conocer hombres?”. Una frase que se quedó tan marcada en mi cabeza y que hoy le dedico una nota.
Al escucharla me hizo todo el sentido del mundo… ¿cómo carambas voy a encontrar al amor de mi vida si estoy encerrada en mi casa? ¿Cómo va a funcionar el tema de enamorarse post-pandemia? Decidí no clavarme tanto en la pregunta que solo el tiempo responderá y seguí adelante con mi vida covidiana hasta que me pasó algo que me hizo entender que todo cae por su propio peso.
Hace 10 años, a mis 18 trabajé por dos veranos en la heladería que mi prima abrió en Manhattan. El primer año me enamoré de un guerrillo que fue el clasico summer love y el segundo era un alma libre en medio de Nueva York. Sin embargo, los dos veranos que estuve trabajando ahí, un hombre, en ese entonces chavo, iba por su helado DIARIO. Según mis primas me tiraba la onda, pero entre que un año yo estaba enamorada y el otro él iba acompañado, nunca pasó nada.
Sin embargo, no sabía las coincidencias que tenía la vida y lo loca que podría ser la serendipia pues hace una semana, durante una meditación de luna nueva y eclipse, en medio de la Condesa a la cual llegué por medio de una amiga que vive en Grecia, estaba él. El mismo hombre que diario iba por su helado, platicábamos un buen rato y según las dating coachs de mi primas estaba enamorado de mi, estaba en la misma ceremonia que yo, 10 años después. ¿Coincidencia? Solo los astros lo saben.
Claro que platicamos, supe que había estado casi un mes en México y que viene mucho de trabajo. Me pidió mi mail y hasta hoy no he sabido nada de él. Supongo que solo mi yo del futuro sabe si será una historia de película que tendrá un final inesperado o fue solo un reminder de la vida para decirme que el amor, enamorarse y las historias mágicas están en donde menos te lo esperas, aún estando en pandemia.
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