¿Cuántas veces no nos hemos sentido abrumadas porque tenemos miles de pendientes, y al final del día no terminamos haciendo ninguno? Lo único que terminamos teniendo es ansiedad…pues para esto existen diversas técnicas, y una de ellas es la regla de los dos minutos, y en realidad es muy fácil ponerla en práctica.
¿Cuál es la regla de los dos minutos?
La regla de los dos minutos es muy sencilla. Tal cual lo dice, si tienes alguna tarea o un pendiente que se pueda resolver en menos de dos minutos, entonces tienes que hacerla de inmediato, no puedes dejarla para después o anotar en tu lista de pendientes. Si se puede realizar en menos de dos minutos se hace en ese mismo momento.
Al hacer esto, por más pequeña que sea la tarea, tu lista de pendientes va a ser menor y así podrás tener más tiempo y energía para tareas más significativas, además de ahorrarte preocupaciones a largo tiempo.
Por que seamos sinceras ¿a quién no le ha pasado que ha pospuesto algo súper importante para más tarde, solo para seguir scrolleando en TikTok? ¡Eso es procrastinación en acción! La procrastinación es cuando evitamos hacer una tarea que necesitamos hacer, retrasando y dándonos excusas para hacer cualquier otra cosa en su lugar.
La regla de los dos minutos en mi día a día
Ya que entendimos un poco mejor esta técnica, es momento de aplicarla en nuestro día a día.
Por ejemplo: en las actividades cotidianas de nuestra casa, si tenemos algún plato sucio que se puede lavar en menos de dos minutos, lo hacemos en el momento, en lugar de dejar que se haga una montaña de trastes sucios que sólo nos va a dar más flojera lavar después.
En el trabajo, tener nuestro correo lleno de mails que no hemos contestado, sólo nos provoca ansiedad, en su lugar si es un correo que se puede contestar en menos de dos minutos, lo hacemos, y así será menor la cantidad de tareas pendientes. La misma situación con los mensajes, si se puede contestar en menos de dos minutos, no los dejamos “para después”.
A veces, procrastinar puede hacernos sentir bien a corto plazo, ya que evitamos el estrés o la ansiedad que puede causar la tarea. Pero a largo plazo, puede causar más estrés y preocupación, ya que pospones la tarea y te enfrentas a plazos más ajustados. Por eso ahora intenta hacer las tareas tan pronto se te presenten, actúa con prontitud para mantener el control, liberarte de la ansiedad y dile adiós a la procrastinación.
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