“Parasocial” fue una de las top 5 palabras del año 2023 de acuerdo con la Universidad de Oxford así que hoy te enseñamos los orígenes del término y en qué consisten las relaciones parasociales.
Si eres de aquellas que utilizan la expresión “Mi amiga más íntima Taylor Swift” o “Mi bebé Harry Styles” es posible que estés viviendo dentro de una relación completamente parasocial. Te contamos más sobre ellas.
Primero, ¿qué significa parasocial?
De acuerdo con el diccionario de Oxford este término fue acuñado por primera vez en 1956 por Donald Horton y Richard Wohl para referirse a “un tipo de relación psicológica experimentada por los miembros de una audiencia en sus encuentros mediados con ciertos intérpretes en los medios de comunicación de masas, especialmente en la televisión”.
Entonces, ¿qué son las relaciones parasociales?
Long story short: todas aquellas relaciones que ocurren de un solo lado.
Las relaciones parasociales son un concepto en psicología que describe un tipo de relación social asimétrica en la que una persona invierte emociones, tiempo e interés en una figura pública, como una celebridad, un personaje ficticio o un influencer, mientras que la otra parte, la figura pública no está consciente de la existencia del seguidor.
En este tipo de relaciones los seguidores desarrollan sentimientos de conexión emocional con la figura pública que están 100% basadas en la percepción de intimidad y proximidad. Sí, es de esos casos donde sientes que tu influencer fav es tu mejor amiga y te sientes profundamente conectada a ella y a sus gustos.
Este fenómeno no siempre ocurre con personas reales, si no que también puede suceder con personajes ficticios (Sí, tú que estás obsesionada con Evelyn Hugo o quieres ser como Serena van der Woodsen)
¿Las relaciones parasociales son sanas?
Depende a qué grado las lleves.
Muchas personas encuentran consuelo, entretenimiento o inspiración en sus vínculos imaginarios con sus celebs o personajes favoritos y no tiene nada de malo. Sin embargo, puede haber problemas si se desarrollan dependencias emocionales a estas relaciones no recíprocas.
Pero ¡no te preocupes! puedes seguir admirando a tus ídolos y siendo feliz con ellos siempre y cuando no caigas en el fanatismo, mismo que puede resultar peligroso y que en muchos casos deriva en acoso (como los stalkers) social, personal y/o cibernético.
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