Hablamos mucho en estos tiempos de la salud mental, pero ¿realmente qué es y cómo podemos conservarla? Te contamos.
Cuidar de nuestra salud es generalmente algo que dejamos en segundo o tercer plano. Nos consume la rutina, el día a día, el trabajo que no nos gusta, el sueño frustrado que no hemos logrado cumplir y terminamos justamente, cansados mentalmente.
Mucho se ha hablado de la visibilización de la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico, entre otros trastornos, pero no se ha logrado hablar de salud mental como tal, qué es y cómo podemos cuidarla.
Primero que nada, tenemos que tener en cuenta que la salud mental es igual de importante que la salud física, pues ésta incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social, y se refleja en la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos diferentes situaciones en la vida.
¿Qué es la salud mental?
“La salud mental es el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, y en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación.”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Es decir, un equilibrio en todos los aspectos del bienestar emocional de una persona.
6 formas de cuidar tu salud mental
Ve a terapia
Ya pasaron los tiempos en los que la terapia era algo de locos. Hoy en día, ir a terapia es una opción de conocernos a nosotros mismos de una forma más profunda, nuestro entorno, el cómo nos relacionamos con otros, como manejamos nuestras emociones y el por qué.
Es necesario asistir a terapia cuando buscamos cambiar, cuando hay presencia de estrés o ansiedad, cuando tus preocupaciones te consumen, cuando tu relación te da más ansiedad que paz, cuando no te puedes expresar, cuando no sabes estar sola o eres demasiado dura contigo misma, entre muchísimas otras situaciones que son más sencillas una vez que decides afrontarlas.
Recompénsate
La vida después de los 21 es trabajo, trabajo, trabajo y pagar por respirar. Frecuentemente olvidamos autorecompensarnos, darnos un gusto, un placer, un regalo por el esfuerzo que hicimos en el día, la semana o el mes.
Ser la persona más productiva del trabajo es un logro que merece ser recompensado tanto como el simple hecho de salir de casa en un día difícil; apapáchate, lo mereces.
Encuentra tu lugar feliz
Una no puede quedarse donde no es feliz. Si tu relación no te llena, si no disfrutas tu trabajo, si el lugar en donde estás ahora mismo mental o físicamente ya no te hace sentir cómoda, es hora de mudarse, siempre procura tu paz mental antes que cualquier cosa.
Cuida tu salud física
Ha sido probado que el ejercicio puede reducir la sensación de estrés y depresión y ayudan a fomentar la secreción de dopamina, serotonina y endorfina, que estimulan el cerebro y nos mantienen en niveles normales de felicidad.
Si lo tuyo no es entrenar o no te ves yendo a un gym, tomar caminatas o hacer yoga siempre son una opción.
Construye redes de apoyo
Amigos, familia, tu pareja o tu mascota, todos aquellos a quienes puedes llamar cuando algo ha salido mal, cuando necesitas un abrazo son redes de apoyo, son pilares que te ayudarán a crecer y a levantarte cuando tropieces.
Entiéndete y perdónate
Me entiendo, me tengo compasión y comprensión. Si me equivoco, debo entender la razón de mi reacción; quizá en ese momento no contabas con el nivel de consciencia con el que cuentas ahora. Sé amable contigo misma, estás dando lo mejor de ti y lo estás haciendo increíble.
Agradece
La práctica diaria del agradecimiento ayuda a centrarnos en lo que tenemos. Cada día, antes de dormir, piensa y escribe tres cosas buenas. Pueden ser pequeñas, como una comida deliciosa, o enormes, como un trabajo nuevo.
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