Para las diferentes culturas del mundo, el equinoccio del otoño simboliza el comienzo de la temporada de recogimiento, agradecimiento, transformación y reflexión.
Este 2022, se esperan grandes oportunidades de conexión con el alma, el cumplimento de propósitos y manifestaciones; y el balance interior que nos hará sentir en armonía con la naturaleza.
¿Qué es el equinoccio de otoño?
El equinoccio de otoño es el momento del año que anuncia el fin del verano y el inicio del otoño. Los equinoccios ocurren dos veces al año. Es decir, cuando en un hemisferio sucede el equinoccio de otoño, en el hemisferio opuesto ocurre el de primavera y es el momento en el que la noche y el día comienzan a tener la misma duración.
En el hemisferio norte, el equinoccio de otoño tendrá lugar el día 22 de septiembre.
¿Qué podemos esperar?
Con la llegada del equinoccio de otoño se inauguran muchas festividades y tradiciones. Por ejemplo, llega el momento de la cosecha y de dar gracias, tanto en Estados Unidos como en culturas como la maya, china o celta; donde estas festividades consisten en celebrar y agradecer por los frutos recogidos durante el año.
En Japón, los tres días antes del equinoccio hasta los tres días después, se hacen llamar Ohigan, que significa “la otra orilla”, y es una costumbre budista donde las familias rezan a sus antepasados pidiéndoles buena salud y éxito en los ámbitos de su vida. Muchos templos de Japón celebran el Ohigan durante los equinoccios de primavera y otoño para expresar su gratitud por despertar la sabiduría y la compasión.
Sin embargo, la celebración más impactante se la lleva la pirámide de Chichén Itzá, en México, donde al comienzo de cada equinoccio la luz del sol se proyecta sobre la pirámide y reproduce una sombra con forma de serpiente que parece bajar las escaleras.
Este fenómeno se asociaba al descenso del dios serpiente Kukulkán.
Una oportunidad para dejar ir y reflexionar
El otoño, en especial el mes de septiembre y octubre en los signos de Virgo y libra, es para la astrología la “época de cosecha” durante este tiempo, cosechamos lo que sembramos durante todo el año pasado y también comenzamos a sembrar lo que deseamos ver florecer en la próxima vuelta al sol, muchos le llaman al otoño, la temporada del karma.
Pero tranqui, el karma no es nada como nos lo han pintado, no se trata de recibir de nuevo la energía negativa ni solo de consecuencias, el karma es el ciclo que sigue la energía (que recuerda que no es buena ni mala) y que regresa -como todo- a ti.
Solo podemos dejar ir aquello que ya hemos integrado y aceptado a nosotros, no aquello con lo que seguimos peleando. Este tiempo favorece este tipo de reflexión y desapego y aumenta nuestra energía para darnos perspectiva y posibilidad de plasmar aquello que estamos viviendo o hemos dejado atrás como algo grato.
Es la época perfecta para agradecer tanto buenos momentos, bienes materiales y proyectos por venir, como dificultades y obstáculos. Cada otoño es el momento perfecto para darnos cuenta de que no somos las mismas, encontramos mayor consciencia y profundidad dentro de nuestra alma, así como lugares de ella que no hemos descubierto aún pero que tenemos la oportunidad de visitarlos para contemplarlos, reflexionarlos y respirar.
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