Existen dos tipo de personas: los que se prenden por completo con los ruidos en la cama o los que definitivamente NO. Esto no tiene una explicación científica muy profunda, simplemente depende de los gustos de cada persona.
En mi caso, he aprendido con el tiempo que definitivamente soy del #teammoaning (equipo de gemidos) pues me parece que hacer ruidos durante un encuentro sexual, me ayuda a conectar más con mi pareja y pues sí, me prende más fácilmente.
Fuera de mi experiencia personal, creo que existen muchas preguntas en torno a este tema, como: ¿por qué lo hacemos (o no), por qué algunas personas las fingen ruidos en la cama y por qué suena tan sexy (para algunos)? Así que nos dimos la tarea de investigar el tema.
Primero hay que dejar claro que los gemidos actúan como un “estímulo o desencadenante sexual” y estos son esenciales para provocar la excitación sexual en la otra persona. También son parte de las señales verbales y no verbales que buscamos de nuestra pareja durante el sexo, y que nos damos a nosotros mismos.
“Escuchar ruidos y gemidos es una señal de que estamos complaciendo a nuestra pareja o que nosotros mismos estamos experimentando placer”, explican varios estudios relacionados al tema. Repito, hay que tomar en cuenta que los gemidos pueden encender o apagar, depende completamente de las personas.
En realidad, no hay regla o secreto para esto, cualquier tipo de encuentro sexual se trata de dejar ir y si hacer ruidos en voz alta aumenta tu placer no deberías de evitar hacerlo. Además, si no te sientes cómoda haciéndolo con tu pareja, podrías practicar sola.
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