Si te has cuestionado varias veces cómo ayudar a alguien cercano en depresión, seguramente sabrás que no sólo se trata de decir “tú puedes”. Pero aún cuando hablamos de un trastorno de salud mental, debes saber que tu amistad —sin sacrificar tu propia salud mental— puede marcar la diferencia en su proceso de recuperación.
¿Qué cosas específicas puedes hacer para acompañarle y motivar su sanación? Aquí te compartimos lo que dicen los expertos.
Desde el primer año del confinamiento por COVID-19, la depresión aumentó un 25%, según la OPS. La buena noticia es que, día a día se le va dando la visibilidad que se merece con las redes llenas de información para aquellos que buscan ayuda… pero ¿qué pasa cuando eres tú quien quiere dar esa ayuda desde una amistad positiva? Recopilamos algunas medidas que Mayo Clinic recomienda para ofrecer apoyo a esa amiga que sabes que lucha contra la depresión y te necesita.
10 maneras de ayudar a ese amigo en depresión
Haz tu research
Siempre, antes de querer ayudar, la buena información es clave para llegar por el camino correcto. Tan simple como googlearlo y leer noticias y estudios avalados por medios como Medline Plus o American Psychiatric Association. Te podrás enfocar en síntomas, causas y opciones de tratamiento como conocimiento general para entender mejor desde dónde está parada la otra persona. También puedes consultar libros como ¿Por qué no soy feliz? (2022) de Silvia Álava, y El papel de pared amarillo (1892) de Charlotte Perkins Gilman.
La depresión no siempre se manifiesta de la misma manera, por eso es una gran alternativa leer y escuchar distintos casos, para no solo abordarlo desde la teoría, sino del lado más humano, siempre abordándola con la seriedad y la sensibilidad que merece.
Comunicación abierta: la clave para cualquier relación
Iniciar una conversación sobre la depresión puede ser intimidante e incómoda al no querer decirlo, pero es un paso que lo define todo. Comienza expresando tu preocupación de manera genuina y sin juicio. Hazle saber que estás allí para escuchar, incondicionalmente (incluso si sólo quiere tu presencia).
Toma una actitud abierta y no “yo tengo la razón” durante estas conversaciones. Evita dar soluciones rápidas o minimizar sus sentimientos con el típico “por eso estás así” o “ya no te sientas mal, mejor haz esto…”. En lugar de eso, crea un ambiente donde pueda expresar sus emociones sin temor al rechazo.
Ofrece tu compañía
La soledad realmente puede hacer que todo se sienta más difícil y eso afecta con o sin depresión. Tu simple presencia significa mucho. Invita a tu amiga a hacer cosas juntas o hasta “cuélate” en su casa si puedes, ya sabes, como para dar un paseo o simplemente compartir una comida. Es en esos momentos donde a veces se encuentra el consuelo.
Solo asegúrate de mostrar que realmente te importa, sin presionar. Se trata de dejar un recordatorio de que no tiene que enfrentarlo sola.
Siempre considera la ayuda profesional
Aunque tus intenciones de estar siempre ahí sean buenas, siempre recomienda la asesoría, porque este método será lo único que le dará herramientas y estrategias específicas para atacar la enfermedad desde la raíz. A veces, las personas saben que necesitan ayuda pero no tienen energía para buscarla solas. Como amiga, lo ideal es considerar encontrar a alguien profesional.
Puedes hacer una lista con todas las opciones, para que ya nada más vea y decida por dónde comenzar; incluso podrías acompañarle a la primera cita.
Hábitos y más hábitos
La depresión puede afectar las rutinas diarias (tan simple como lavarse los dientes), lo que puede empeorar la situación. Por eso ayúdale a tener y mantener hábitos saludables: una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño adecuado. Por ejemplo, planea una morning run y “compromete” a tu amiga para que no se eche para atrás. Al final va a liberar endorfinas, mejorando su estado de ánimo. Conseguir esos pequeños cambios en el estilo de vida es relevante.
Sé paciente
La recuperación de la depresión es un proceso que se da poco a poco. A veces parece que se avanza y luego hay un retroceso. Por eso debes saber que la paciencia es clave para apoyarle en cada paso. Tu objetivo es ser ese respaldo firme que le ayude a sentirse en una zona segura. De nuevo, básicamente es decirle: estoy aquí para ti.
Evita dar consejos (aunque parezca contradictorio)
Puede parecer muy fácil abrir Pinterest, buscar frases y luego hacer copy-paste, pensando que esto le va a ayudar y cambiar su mood… la verdad es que no. Evita frases como “anímate” o “piensa en cosas positivas”… la depresión es más que eso.
Una condición compleja no se puede superar con meras afirmaciones positivas. En vez de eso, ofrece tu apoyo siendo una mejor oyente. Dale un espacio seguro para expresarse y validar sus experiencias.
Más actividades
Ahora, ¿con qué actividades se combate esta crisis? Las que son las más normales y comunes posibles. Salir a caminar, ir al parque, ver una película (de comedia de preferencia), ir a comer o tomar un café. Se trata de descubrir pasatiempos que antes disfrutaban pata contrarrestar los efectos de la depresión. Estarás también trabajando en su conexión emocional contigo y con lo su perspectiva de la vida cotidiana.
Mantén la confianza
La confianza es fundamental en cualquier relación, especialmente cuando se trata de apoyar a alguien con depresión. Respetar la privacidad de lo que te cuenta y ves, hará su relación de confianza más fuerte y creará una comunicación abierta. Ser vulnerable requiere de valentía… devuelve la misma energía y apertura como un acto de apoyo continuo.
¡Cuida de tu batería emocional!
Este punto es tal vez el más revelador cuando hablamos de todo esto. Apoyar a alguien con depresión puede ser emocionalmente agotador, porque no solo sufre esa persona, también tú. Asegúrate de cuidar tu propia salud mental, poniendo límites saludables y hasta buscando apoyo si es necesario. De ahí la importancia de tener una vida con tus propias actividades e individualidad. Haz tus hobbies, trabaja, sal de vez en cuando y diviértete: renovarás tu energía para compartirla con esa persona que te necesita.
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