Bienvenue à la CDMX, donde la elegancia francesa se fusiona con los sabores exóticos de la cocina mexicana. Los croissants, un legado culinario francés, han conquistado el paladar de la capital, y hoy te llevamos en un viaje para descubrir los mejores croissants que la CDMX tiene para ofrecer.
Combínalos con tu bebida favorita y romantiza tu vida al máximo.

6 lugares para probar los mejores croissants en CDMX
Cuina
Aquí es donde la magia de la panadería se combina con los sabores frescos de la CDMX. Cuina nos sorprende con su croissant de mascarpone con frutos rojos, que es suave por dentro y crujiente por fuera. Se encuentra en la Roma (Tabasco 46) y también tienen servicio a domicilio, así que no hay excusa para que no lo pruebes.
Odette
Su croissant Ferrero almendrado es una masterpiece. Con cada mordisco, te sumerges en un paraíso de avellanas tostadas, chocolate suave y almendras crujientes (so yummy).
Odette tiene dos sucursales, una en Lomas (Monte Líbano 915) y otra en Condesa (Plaza Popocatépetl 35).
Bakers
Bakers nos sorprende con un giro exótico en el croissant tradicional. Su versión de dátil con nuez te lleva a un oasis de sabores. Los dátiles jugosos se mezclan con la textura crujiente de las nueces, creando un combo súper rico.
Bakers tiene 5 sucursales, una en Chimalistac 50, Roma Norte 342, Félix Cuevas 326, Campos Eliseos 113 y Monte Everest 780.
Bou
En Bou, la clásica combinación de jamón y queso se eleva a nuevas alturas. El jamón se mezcla perfectamente con el queso fundido dentro de un croissant crujiente y dorado. También tienen un matcha latte que está to die for!
Catamundi
Catamundi nos sorprende con una creación única: el pie de limón sobre croissants. Los croissants suaves actúan como la base perfecta para el relleno de limón cremoso y la cobertura crujiente. Sabemos que suena raro pero te prometo que esta combinación de dulce y cítrico has no match.
Saint
Saint está ubicado en Condesa (Hipódromo Condesa). Su croissant original es una obra maestra en sí misma. La mantequilla, la capa tras capa de hojaldre y el toque justo de sal hacen que este croissant sea inolvidable. Es un recordatorio de que a veces menos es más.
Por: Pau González
Explora más en: Instyle.mx