Algunas personas ya se han tatuado “Koshō” en la piel, el nombre de un restaurante que se ha vuelto el hotspot en la Roma en CDMX (y esto no es chiste, sino anécdota).
Tacos, alitas, pasta, hamburguesa, o en pocas palabras las guilty foods más amadas, but make it japanese. Si eres foodie, seguramente has escuchado hablar de este lugar que apenas abrió sus puertas hace menos de un año con la promesa de un bistro asiático que llevaba la comida japonesa al next step.
Desde entonces, todos los amantes de la gastronomía del Sol Naciente han querido ir a descubrir a qué sabe su Udon alla carbonara para decidir si este lugar sobrevive al hype… nosotros lo probamos y confirmamos que sí.
Lo que debes saber sobre Koshō
Empecemos por lo básico: el nombre. Koshō es este condimento ancestral asiático a base de piel de cítricos y chiles… una mezcla que le da profundidad al sabor de cualquier platillo, algo que este lugar incluye en todo su menú. Entonces, imagínate degustar su Cangreburger de salmón con ese umami idóneo mientras escuchas, believe it or not, un remix de Bad Bunny con toques de jazz.
“Amigos, una mesa grande y 10 platos”, ese es el plan óptimo para disfrutar de este lugar: “que pruebes de todo, sabores diferentes y que sea memorable”, nos platica uno de sus creadores, que ha visto cómo Koshō pasa de un restaurante a una love brand para los clientes hambrientos de la Roma (y de la CDMX en general).
Y es que sí, sabemos que la comida japonesa es una moda que nunca va a pasar. Y mientras en nuestra mente Japón es igual a sushi y ramen, o para muchos el sushi itto (el pecado para los fans puristas) seguirá siendo el amigo confiable, o sepamos que el mejor handroll ya lo tenga Santo Hand Roll Bar, Koshō es para quienes buscan más allá del pescado crudo, arroz y sopa: el comer bien, con tintes japoneces.
Con drinks como el “521” (si no sabes que significa esto pregúntale a tu amigo cursi) o su lema “ichi-go, ichi-e” (“un momento, un encuentro”) sabrás que esta propuesta gastronómica invierte su corazón en cada sabor convertido en experiencia. La realidad es que en este rincón de Pasaje Parián, todos los platillos compiten.
Algunos comensales corren de su trabajo sólo para terminar su día con un vodka espresso y un fondant de miso, y otros te dirán que no hay nada como los tacos de jaiba de este spot.
Pero no te diremos el must de la casa y mucho menos qué esperar (exactamente), porque además de que su carta puede cambiar (y hasta hay un menú escondido), su creador nos dejó en claro que lo único que puede decir es que es comida internacional con acento japonés… pero que te dejes sorprender por su cocina.
Y así, tomando en cuenta que el hecho de que nadie sepa lo que tiene Koshō es un arma de doble filo, este lugar está dispuesto a tomar el riesgo. ¿Qué hay que saber antes de ir? Nada, sólo ve y prueba (and thank us later!).
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