En días de calor extremo, lo último que quieres hacer es beber agua tibia… ¿pero sabías que el agua fría no es tan buena como parece? Mientras que en el mundo occidental los vasos de agua inundados de hielo, sobre todo en Estados Unidos, son la regla; las culturas orientales opinan diferente y hay una razón muy lógica detrás. Esta es la razón por la cual preferirás dejar tu agua con hielo a un lado para una mejor digestión e hidratación.
El agua fría según la medicina ayurveda
La tradicional medicina ayurveda—antigua pero vigente hasta hoy y que se ha expandido desde la India— se basa en tratar el desequilibrio. Reconocida por “tratar al paciente y no la enfermedad”, la filosofía ayurvédica propone la incorporación de hábitos en la vida cotidiana para prevenir enfermedades y todo tiene que ver con el equilibrio de fuerzas.
“Lo similar aumenta lo similar y los opuestos se equilibran”. Esto es bastante intuitivo: si tienes frío, una taza de té cura todo. Sin embargo, una excepción a la regla es tratar el exceso de calor con bebidas heladas.
Sí, el agua fría puede provocar un desequilibrio en el cuerpo
Normalmente, el cuerpo tiene una temperatura base de 98,6 °F y los médicos ayurvédicos razonan que el cuerpo necesita gastar energía adicional para recuperar esta temperatura después de beber agua fría. Cuando bebes un vaso de agua helada a una temperatura de 33 grados, el gasto de energía necesario para que la temperatura vuelva a subir a 98,6 es sustancial.
¿Qué tiene que ver el agua fría con la digestión? Imagina que vacías una cubeta de agua helada en una fogata. El consumo de agua helada apaga el fuego digestivo o “agni” en la medicina ayurvédica. Agni, “el fuego”, alimenta todos los sistemas del cuerpo y es esencial para la salud. Su trabajo es procesar todo lo que ingerimos a través de los sentidos, y eso incluye alimentos y bebidas.
Además, cuando apagas una fogata con agua helada, el fuego no sólo desaparece, también se libera humo húmedo. El humo puede ser una analogía de los alimentos mal digeridos y asimilados. Cuando el fuego se apaga, lo que consumimos puede convertirse en toxinas que obstruyen nuestros canales y nos hacen sentir mal… es por eso que el agua fría está relacionada con ralentizar el proceso digestivo. En cambio, se cree que el agua tibia o caliente ayuda a facilitar la digestión.
¿Qué dicen los estudios de la medicina occidental al respecto?
Es obvio que beber mucha agua es esencial para eliminar toxinas, ayudar a la digestión y prevenir el estreñimiento. Aunque en la medicina occidental hay poca evidencia científica de que el agua fría sea mala para el cuerpo o la digestión, sí hay algunas sugerencias.
Varios estudios han investigado los efectos de beber agua a diferentes temperaturas según la actividad, el ejercicio y el clima. Se ha descubierto que cambiar la temperatura del agua sí afecta la respuesta de sudoración y la cantidad de agua que uno bebe. A esto se le calculó una temperatura óptima del agua de 16 °C (60,8 °F) como la mejor temperatura para la rehidratación en deportistas.
Otros estudios sugieren que beber agua más fría (únicamente) durante el ejercicio puede mejorar el rendimiento y la resistencia de una persona. Sin embargo, fuera del ejercicio, beber agua fría puede provocar dolores de cabeza en algunas personas, dolor de garganta y no es buena para quienes sufren de migraña, acalasia y otras condiciones.
¿Por qué dicen que el agua fría quema más calorías? ¿Es real?
Seguramente has oído este tip fit. Y sí, beber agua helada puede quemar calorías a corto plazo, porque el cuerpo lucha por volver a la homeostasis. Sin embargo, a largo plazo, crea desequilibrios que, en última instancia, pueden provocar un aumento de peso.
¿Y qué hay del agua caliente o tibia? Según Vagbhata (uno de los escritores clásicos de Ayurveda), “estimula el hambre, ayuda a la digestión, se digiere fácilmente alivia el hipo, la flatulencia, el vata agravado y el kapha agravado”. El agua caliente aumenta el fuego digestivo (lo similar aumenta lo similar), lo que resulta en una mejor descomposición y asimilación de todo lo que consumimos. Un “agni” fuerte y sostenido evitará que los alimentos se almacenen en forma de grasa, toxinas o gases fermentados en el intestino.
Entonces, ¿qué es mejor?
Aunque no hay una conclusión definitiva sobre los peligros del agua fría, el agua tibia sí tiene beneficios muy claros: facilita la digestión, ayuda a la circulación y ayuda al cuerpo a deshacerse de las toxinas más rápido, y se ha observado en diferentes casos que realmente calma la sed rápidamente.
Si beber agua tibia o caliente hace que tengas menos sed, el agua helada resulta medio riesgosa en los días en los que tu cuerpo pierde agua a través del sudor porque intenta con más esfuerzo mantenerse fresco. Así que sí, si bebes agua tibia, probablemente no sentirás tanta sed con tanta frecuencia como tal vez estás acostumbrado.
¿Y qué hay de la recuperación pos ejercicio?
Después de un entrenamiento, la mejor opción es rehidratarte con agua al tiempo, porque —aunque es tentador tomar agua helada— la bebida fría ralentizará el metabolismo, anulando los beneficios del ejercicio.
Solamente, si hay un desequilibrio notorio (si hace mucho calor afuera), es mejor beber agua fría en lugar de caliente, ya que el agua caliente puede exacerbar pitta (el elemento de fuego) creando más desequilibrio. En este caso, la mejor opción es agua fría pero sin hielo. Puedes agregar un chorrito de lima fresca y unas rodajas de pepino para elevar el boost.
Si tú y las bebidas heladas son uno mismo, no te preocupes. Comienza lentamente a acostumbrarte a tomar agua al tiempo, sobre todo en comidas para que tu sed se alivie y tu fuego digestivo se fortalezca.
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