Conoce a Daniela Blanco, protagonista del nuevo documental de Nat Geo
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Conoce a Daniela Blanco, protagonista del nuevo documental de Nat Geo

Y una mujer increíble que además es co-fundadora y CTO de Sunthetics, un startup que desarrolla plataformas de inteligencia artificial para avanzar innovación y sustentabilidad en la industria química. 

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Su historia puede inspirar a muchísimas otras mujeres, sobre todas nosotras como latinoamericanas, para hacer muchas cosas que a veces se nos dice que no podemos y que eso tiene que cambiar. Plataformas como InStyle necesitan darlas a conocer para que podamos todos saber que hay oportunidades más allá. Hoy Daniela Blanco es protagonista de uno de los documentales más esperados de NatGeo, que puedes ver en Disney+ bajo el nombre Own the room.

¿Quién es Daniela Blanco?

Yo soy venezolana, tengo 28 años, nací y crecí en Caracas y decidí desde chiquita que yo quería ser ingeniero químico. De repente era una elección un poquito difícil, por ejemplo, para mi mamá, quien es madre soltera y ella fue ingeniero civil y sufrió discriminación dentro de su campo, entonces cualquiera hubiese pensado que quizás ella no hubiese querido que fuera ingeniero, como para evitarme algo parecido. Pero ella siempre me apoyó, sacrificó realmente todo para que yo pudiese ir a la mejor Universidad de ingeniería en Venezuela y me formara allí.

Después de eso me di cuenta que la industria química no tenía el ángulo de sustentabilidad que yo quería y por eso vine a Estados Unidos a especializarme en ingeniería química y he desarrollado tecnologías sustentables para la industria. Una vez que las estuve desarrollando, me di cuenta de que quería ir más allá y hacer todo lo que tenía en mi poder para que estas tecnologías llegaran al mercado y no se quedaran solo en el laboratorio sino que se convirtieran en algo real y tangible, y por eso fue que fundé Sunthetics, como una compañía que comercializa las tecnologías que yo estaba desarrollando desde laboratorio. Siendo parte de una competencia fue que que salió todo lo del documental. Me pone muy feliz, porque es un documental que realmente cuenta la historia de inmigrantes y de mujeres como yo, que queremos estar dentro de una industria tan difícil y de muchos otros estudiantes alrededor del mundo que también están luchando con con sus propias realidades a seguir adelante.

¿Crees que hace falta más apoyo en los países latinoamericanos hacia la industria de la tecnología o ingeniería y sobre todo a las mujeres, que somos el mínimo en esos campos?

Siento firmemente que uno siempre busca la manera, no importa el entorno donde estés, si yo me quedo en Venezuela mi sueño hubiese sido seguir luchando por una industria química más sustentable y lo hubiese hecho posiblemente o muy muy posiblemente con muchísimos menos recursos con menos oportunidades de las que he conseguido aquí en Estados Unidos, así que eso puede hubiese limitado el alcance que podía llegar a tener con las tecnologías que yo que yo desarrollara, pero creo que no hubiese dejado de lado mi sueño. Sí considero que, por ejemplo, en Latinoamérica sería muy bonito contar con las oportunidades como las que hay aquí en Estados Unidos, de tantas competencias, tantos institutos de emprendimiento, que te ayudan sin cobrarte nada. Yo he podido fundar una empresa sin tener dinero, sin tener los conocimientos (aunque me he estado preparando) y logré conseguir todas esas cosas gratis con muchas organizaciones que estaban ahí para ayudarme a mí o a cualquier estudiante. Hablando de Latinoamérica, personalmente creo que todavía nos falta desarrollar un poco más esto.

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¿Cómo nació Sunthetics?

Como una compañía que comercializaba químicos hechos a partir de energía solar. De hecho, en el documental eso es lo que van a ver, porque se filmó hace dos años, pero la base de su interés está realmente en desarrollar una plataforma de inteligencia artificial que te permite crear procesos sustentables más rápido. Yo hice esta tecnología y primero era simplemente para mejorar el proceso de Nylon, me permitió hacerlo con energía solar con 30% menos emisiones y 20% menos costo, ahora lo que estoy haciendo es implementar esto a lo largo de la industria química.

¿Qué retos has enfrentado en tu carrera?

Bueno, uno de los más importantes definitivamente es meterme en cosas que no sé todavía. Como estudiante de doctorado tú estás realmente desarrollando tecnologías nuevas y entonces te encuentras siempre empujando la barrera de lo que es conocido y eso es difícil porque tiene muchísimo riesgo y no hay un plan que ya está hecho, nadie lo ha logrado antes, así que nadie sabe cómo hacerlo. Esa sensación que siempre que éstas creando algo nuevo, sin guía, también la sentí cuando empecé un negocio y no sabía nada de eso y tuve que arrancarme desde cero, a verme todos los vídeos de YouTube y a leerme todo lo que estaba en los libros más simples de negocios para entender qué era, cómo se hacían estas cosas, y qué significaban. Después, cuando empecé a utilizar inteligencia artificial con ingeniería química, es lo mismo, un campo que normalmente no existe o que los ingenieros químicos no nos forman en eso. Es de las partes más difíciles pero también más más emocionantes y que más me gustan en mi carrera: luchar y meterme, empaparme tecnologías y de procesos nuevos, que no hubiese conocido y que yo estoy adentrando sola, sin saber todavía cómo se hacen pero con todas las ganas de aprender.

¿Has sufrido discriminación de género desde que entraste a la industria?

La verdad es que en Venezuela, estudiando, no lo sentí porque sorprendentemente ingeniería química en la en la Universidad donde yo me formé éramos como más del 80% mujeres. Cuando me mudé a Estados Unidos y me di cuenta que de mi clase nada más habíamos dos mujeres, era muchísimo más la presencia masculina tanto en mis clases y con los profesores. Realmente una sola vez sí sentí que me discriminaron, un profesor de otra época, no de los más jóvenes, no quiso trabajar conmigo porque que yo era mujer y simplemente pidió a otro estudiante para que trabajara en el proyecto que él tenía, y fue la primera vez que me ha pasado y la única vez. Me había preparado un montón para demostrarle que yo iba a ser una buena estudiante para eso, y bueno gracias a Dios, creo que la vida me demostró con todo lo que he hecho después, que no importa lo que la gente piense y que uno mismo se tiene que trazar la meta y demostrarle a los demás que cuando creen que no eres lo suficiente bueno, están equivocados.

¿De qué trata Own the room?

Es un documental de 5 estudiantes emprendedores alrededor del mundo y todos vamos a competir a nivel global. Son en total 52 participantes en la competencia pero el documental sigue a 5 de nosotros, y te muestran un poco de nuestra vida, de nuestra historia y de por qué estamos desarrollando las empresas que estamos haciendo. Creo que de las enseñanzas más bonitas que tiene es que te demuestra cómo todos están emprendiendo negocios porque quieren resolver un problema realmente para hacer el mundo mejor, te das cuenta de que tienen una causa por la que van a luchar contra todos los obstáculos que les vengan enfrente. Son realmente una recolección de historias de resiliencia, de trabajo duro y de muchísima motivación para salir adelante.

¿Qué consejo le das a las mujeres que quieren seguir tus pasos?

Yo diría que no sientan nunca y no dejen que nadie las haga sentir menos, porque sin nuestro consentimiento nadie nos puede hacer sentir mal, así que seamos fuertes y confiemos en lo que nosotros sabemos que queremos. Lo que importa es que luchemos por algo que significa mucho para nosotros, desde el corazón, eso es lo que nos va a dar la fuerza para seguir adelante, no importa quién se nos paren en medio y quién nos quiera desanimar en el camino, porque más fuerte que todo eso van a ser nuestras ganas.

¿A qué mujeres admiras?

Definitivamente a mi mamá y a mi tía. Mi mamá es madre soltera, ha hecho cosas impresionantes, siento que todos los que conocemos a una madre soltera sabemos que son mujeres invencibles que hacen todo y no hay nada que las detenga. Ella siempre ha sido un ejemplo a seguir, definitivamente, y una de mis tías más cercanas también me inspira. Ella tiene algo tan bonito en la vida, que es que ella el ejemplo perfecto de que aún cuando las cosas se ponen difíciles está dentro de ti ver lo bueno y seguir valorando las cosas que están saliendo bien.

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