Bajé Bumble, hablé con 10, salí con dos y esto fue lo que aprendí
Estilo de vida

Bajé Bumble, hablé con 10, salí con dos y esto fue lo que aprendí

*Baja Bumble en este minuto*

Hola, soy Paulina, tengo 28 años, todas mis amigas se están casando y yo sigo en busca del amor. No sé si les pasa, pero llega una edad (sí, sí llega cuando menos te lo esperas pero llega) en donde tienes bodas cada fin de semana y pareciera que el único objetivo es ligar, conquistar y pues tener una historia que contar.

Para muchos, suena como el deal perfecto para cualquier soltera: boda, guapos, fiesta… pero en realidad es que entre más tienes, más cansado se vuelve y en realidad lo único que quieres es ir y disfrutar sin la presión de tener que estar lista para tu siguiente conquista o evitar sentirte mal si no “consigues nada”. Pero también es una realidad que quieres conocer al amor de tu vida, tener esa historia con la que siempre has soñado, comprometerte, casarte y ser mamá de 3 adorables niños, y pues sí amiga, para lograrlo tienes que apostarlo todo.

Por eso, después de un desayuno con una amiga en Café Nin y en medio de la Roma, volví a bajar Bumble y decidí dejarme llevar por lo que sea que me deparaba la vida de las citas online y esto fue lo que pasó…

El primer día tuve un súper pegue. Swipe a la derecha que hacía, match que conseguía. Fue un proceso bastante divertido pues me di cuenta que muchas veces no me considero lo suficientemente guapa para ciertos hombres, cuando en la realidad, es todo lo contrario.

Ese día decidí hablarle a tres. Uno me dejó de contestar después del famoso “¿cómo estás?” y los siguientes dos serían con los que saldría unos días después (yo ahí no lo sabía, claramente). Cabe recalcar que me parecía un poco random ponerles de la nada “Hola” a unos chavos que jamás en mi vida había visto, así que decidí preguntar en mi grupo de amigas el mejor approach, científicamente probado por cada una de ellas, y el cual debía probar. ¿El resultado y lo que les recomiendo (pues fue un éxito)? Poner los emojis de un vino y una cerveza. A continuación la demostración:

Bumble

Claro que ese fue mi approach con lo siguientes siete y jamás falló, de hecho tuve respuestas super divertidas y originales que rompían perfectamente el hielo y te mandaban directamente a una date. Los siguientes días fueron bastante equis y hubo a muchos que decidí no saludarlos pues había algo en mi que no más no lo sentía como tal.

Los días pasaron y hubo quienes jamás contestaron pero muchos otros con los que la plática fluía, sin embargo, yo no tenía la intensión de ver (JAJAJA, no estoy loca siento que a muchas les pasa, ¿no?). Equis, empezaré a centrarme en los dos que conocí…

Prospecto #1: Uno mexicano, gente en común, buen cuerpo, un poco mamón, divertido y muy educado.

Prospecto #2: Americano, cero gente en común, nerd y muy sarcástico. Ah, y para mi gusto guapo.

Con el #2 fue con el primero que salí. Me pidió mi WhatsApp y la plática estuvo amena un par de días antes de conocernos. La verdad, tener un encuentro con una persona que JAMÁS has visto es un poco incómodo pero a la vez está cool porque prácticamente tiene toda la plática del mundo y puedes ser sin etiquetas y todas esas cosas. Fuimos a restaurante en la Condesa y TODO fue en inglés. La verdad considero que lo hablo bien pero hubo muchas cosas que siento que no me di a entender. Planeamos vernos una segunda vez pero hasta ahora no ha pasado, así que stay tuned…

Con el #1 la cosa fue un poco más lenta pues hubo semanas que no hablábamos, todo fue por el chat de Bumble pero al final fuimos a un lugar en la Roma y la cosa fluyó bastante bien. Sin embargo, descubrí que no era mi tipo de hombre.

Actualmente el #2 sigue más o menos en el radar pero nada serio, amenos que pase algo súper repentino e inesperado. El #1 decidí ya no contestar, sí apliqué el famoso ghosting, pero creo que se vale cuando es una dating app, ¿no?

En conclusión, aprendí que aventarse al ruedo te da puras experiencias increíbles. Que conocer gente, te abre panoramas y te da opciones para poder decidir que sí y que no quieres. Que no todo es sexo en esas apps, aunque proponerlo tampoco es difícil (jajaja). Que siempre sabes quién sí y quién no. Que todos vivimos en una mini burbuja pero cuando la rompes te das cuenta que no todo mundo se está casando o teniendo hijos. Que el amor no se busca, ni se fuerza. Que ser directa es mejor que no serlo. Que me arrepiento de limitarme y no besar más sapos. Que está bien decir lo que sientes. Que salir con varios hombres y sentirte “la cotizada” no te quita el sentimiento de querer algo real y bonito, pero sobre todo, que la soltería es como un juego de lotería: sales con el barril, el árbol, el valiente, el músico, el camarón, la araña y de repente llega el gallo, tú gallo.

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