Let’s talk: ¿Tengo una relación disfuncional, tóxica o co-dependiente?
Estilo de vida

Let’s talk: ¿Tengo una relación disfuncional, tóxica o co-dependiente?

Cuando mis padres se divorciaron tenía 9 años y mi hermana tan sólo 2 y aunque quería a mi padre, hubo una parte en mi corazón que se sintió aliviada con esa separación.

Desde que recuerdo, cada viernes al anochecer sentía un hueco en el estómago, tenía mucho miedo; pues sabía que pronto llegaría mi padre alcoholizado y lleno de ira a golpear a mi madre, a romper cosas y sobre todo a alejar la paz de nuestros sueños. Mi padre, un hombre que en su sano juicio era responsable, agradable y cariñoso le bastaba una copa de alcohol para convertirse en una persona agresiva y amenazante.

Mis sentimientos hacia él eran ambivalentes pues por momentos lo admiraba y era feliz con él cuando estaba sobrio; no obstante le temía cuando estaba tomado. Recuerdo que cuando tenía 6 años me pidió que pagara la colegiatura de mi escuela a la hora del recreo y me dio el dinero; obviamente como cualquier pequeña niña de primer grado llegué alardeando con mis compañeras de clase, diciéndoles que traía mucho dinero. Horas más tarde, el dinero desapareció y me invadió un gran temor porque sabía lo que vendría.

Cuando él llegó a casa, mi madre le dio la noticia de que habían sacado el dinero de mi mochila pero que ella iba a reponerlo. Mi madre ni siquiera pudo terminar de explicarle cómo había sucedido todo, cuando él empezó a darme una golpiza con su cinturón de cuero. A pesar de que mi madre intervino, él siguió golpeándome hasta que me hice pipí del dolor y del pánico que sentía al ver su rostro enfurecido y quedé ahí tirada a la mitad de la escalera con el ardor de los golpes.

Después de muchos eventos similares mi madre, a pesar de amarlo, decidió dejarlo y se hizo responsable, en todos los aspectos, de mi hermana y de mí y nos sacó adelante y formó dos mujeres de bien; a pesar de que ella nunca le prohibió vernos, él jamás nos buscó ni nos proporcionó los medios económicos ni emocionales que requeríamos. Juré desde pequeña que jamás permitiría que un hombre me golpeara y nadie lo ha hecho.

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Tomando como base la historia, ¿Cuáles son las consecuencias de este tipo de acontecimientos en la edad adulta?

El padre marca la pauta del tipo de relación hombre-mujer que la niña va a buscar cuando sea adulta (alcohólico, agresivo, degradante) y, en este caso, la madre refuerza esa distorsión al permanecer con el esposo aun cuando éste las golpea. Al darse la separación, la niña en su mente supone equivocadamente que algo hizo “mal” porque además de recibir golpes, maltratos y humillaciones, su padre nunca vuelve a buscarla y se olvida de ella y de su hermanita. En su pensamiento mágico tiene la idea de que si no se hubiera portado “mal” sus padres seguirían juntos y los cuatro serían muy felices. Ella crece con un autoconcepto (lo que creo que soy) deficiente y erróneo  (soy mala, me porté mal, desobedecí, perdí el dinero, hay algo malo en mí, etc.) está convencida de que tiene que hacer y soportar casi cualquier cosa para ser amada, aceptada, comprendida, apoyada y NUNCA ser “abandonada”. Lo cual se verá reflejado en una autoestima disminuida (el valor que creo tener).

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En estos casos, aun cuando nuestra madre nos haya proporcionado amor incondicional, apoyo y seguridad, sentiremos el vacío del amor de nuestro padre. Paradójicamente y de forma inconsciente empezaremos nuestra búsqueda de la aceptación, el amor, la comprensión, el apoyo y la “felicidad” en fuentes externas, lo que conllevará a relaciones disfuncionales, tóxicas o de co-dependencia:

  1. Te doy lo que a mí me falta (amor, atención, dinero, apoyo, comprensión) a cambio de que me protejas y me cuides.
  2. Te permito ofensas, celos, gritos, manipulación, control (maltrato emocional y psicológico) porque hay momentos en que eres muy bueno conmigo y con eso me conformo.
  3. No importa si eres adicto (a alguna sustancia, al sufrimiento, a ser víctimas, etc.) para salvarte y así tendrás que estar agradecido y amarme por siempre.
  4. Te controlo (tus amistades, con quién hablas, a quién le escribes, te espío, etc.) porque no quiero que me abandones.
  5. Soy capaz de cambiar por ti, para recibir tu amor incondicional.
  6. No importa si eres casado yo sólo quiero tu amor y un poco de tu tiempo, con eso soy feliz.

Este es tan solo uno de los diversos motivos por las que todas, en un momento dado, hemos tenido relaciones tóxicas o disfuncionales, lo rescatable es reconocer nuestros patrones de conducta y modificarlos para poder liberarnos de las cargas de nuestro pasado, ¿cómo? De inicio, responsabilizándonos de nuestras acciones presentes y futuras así como entendiendo que el sufrimiento que nos causaron permanecerá en nuestras vidas hasta el momento en el que decidimos dejarlo atrás y emprender el vuelo hacia la libertad emocional. Si no puedes hacerlo sola busca ayuda.

Ileana V. Sánchez G.

Psicóloga

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