Papanicolau es una de esas palabras que, con solo leerlas, nos pueden causar nerviosismo, ansiedad o hasta miedo, pero la verdad es que debemos conocer lo más que podamos sobre este estudio, también llamado citología vaginal, porque realizarlo es básico para nuestra salud sexual y reproductiva. Además, mientras más lo entiendes, más te das cuenta de que no es un monstruo terrorífico, sino una herramienta súper útil que puede ser tu amiga.
Con motivo de que enero es el mes de la concientización sobre la salud cervical, la marca INTIMINA nos compartió algunos datos que debes conocer para estar más cómoda al momento de hacer tu cita para un Papanicolau.
Datos sobre el Papanicolau
¿Qué es el Papanicolau?
Pero antes, empecemos por el principio. El Papanicolau es un estudio citológico (o sea, que examina las células bajo microscopio) que identifica si existe riesgo de generar cáncer cervicouterino.
Consiste en tomar algunas células de tu cérvix o cuello uterino, el canal que está después de la vagina y da paso a tu útero, para después estudiarlas en busca de señales de Virus del Papiloma Humano (VPH).

¿Cuál es la relación entre VPH, Papanicolau y cáncer cervical?
La citología vaginal, como te decíamos, es el estudio para detectar VPH de alto riesgo, nombre que se le da a un conjunto de más de 200 virus. Entre ellos, alrededor de 14 son de alto riesgo, y el VPH de alto riesgo es el responsable de más del 90% de los cambios en las células del cuello uterino que conducen al cáncer.
Es importante entender que el VPH no necesariamente significa cáncer (las cepas de bajo riesgo pueden causar verrugas o nunca causar una enfermedad) e incluso si tu estudio detecta alto riesgo, lo que sigue es monitoreo o tratamiento, haciendo todo lo posible para evitar que se desarrolle un cáncer.
El Papanicolau no es una herramienta para detectar el cáncer, sino para identificar los cambios en las células de tu cérvix. Eso sí, es una excelente manera de prevenir: se estima que previene hasta el 75% de todos los cánceres que puede haber en el cuello uterino y se sugiere que gracias a esta prueba se han podido prevenir hasta el 83% de las muertes por cáncer cervicouterino.
¿Qué sucede exactamente durante la prueba?
Puedes hacer una cita para un Papanicolau en el consultorio de tu ginecóloga o ginecólogo, también en laboratorios u otras clínicas especializadas. También está disponible de forma gratuita en las institucuones del Sistema Nacional de Salud.
El proceso completo dura unos 20 minutos, pero la toma de muestra es de solo 2 a 3 minutos. Mientras estás acostada en una camilla especial, sin ropa del torso para abajo, la persona profesional de la salud tomará una muestra de las células de tu cérvix usando un cepillo suave y esas muestras se analizan en laboratorio.
Recuerda que tienes derecho a sentirte cómoda en todo momento y a hacer las preguntas que necesites. Busca a una persona profesional y con la que sientas confianza.
¿Qué procede después de hacerme un Papanicolau?
Unos días después de tu prueba, la clínica debe llamarte o enviarte los resultados y decirte pasos a seguir, si los hay.
En caso de que el examen sea negativo, significa que es poco probable que las células cambien para convertirse en cáncer, así que lo que queda es agendar tu siguiente cita. Si el examen es positivo, se hace un análisis más. Si las células se ven normales después de este, se hace una cita de monitoreo porta el año siguiente, pero si se ven cambios, es probable que se haga un tercer examen, esta vez con una cámara para observar tu cuello uterino.

¿Desde qué edad debo hacer un Papanicolau y cada cuánto?
Las mujeres cis (o personas no binarias y hombres trans) deben hacerse el Papanicolau desde los 25 años o desde que comienzan su vida sexual activa.
La frecuencia cambia de acuerdo con varios factores. Por lo general, se debe realizar cada año, pero si dos años consecutivos tuviste un resultado normal, puedes hacerlo cada 3 años.
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