No esperábamos que una película sobre las implicaciones morales, éticas y científicas de la bomba atómica causara revuelo por una escena de sexo, pero es lo que está pasando con el desnudo de Florence Pugh en Oppenheimer. Y aunque algunas críticas son hacia cómo fue filmada la secuencia, lo cual es completamente válido, otras se centran en el cuerpo de la actriz.
Esta escena es importante por varias razones. Para empezar, es la primera en su tipo que dirige Christopher Nolan, quien le dijo a Insider que fue un reto, pero consideró importante incluirla como parte de la vida de Oppenheimer porque “ese aspecto de su vida, su sexualidad, su encanto con las mujeres, es una parte esencial de su historia”.
Las razones por las que el desnudo de Florence Pugh causó polémica
En algunas áreas del mundo, específicamente el Medio Oriente e India, la escena causó críticas por razones morales o religiosas. En estos países, el momento en el que Pugh está sentada desnuda en una silla fue alterado con CGI para mostrarla con un vestido negro, que se ve cómicamente falso, lo cual por supuesto notaron varios usuarios de Twitter, que se burlaon de la falta de naturalidad del “arreglo”.
Otro problema fue que es en ese momento en el que el personaje de Florence le pide al de Cillian Murphy que le recite una parte del Bhagwad Geeta, texto de la religión hindú, y para algunos fue un problema que se mostrará en ese contexto sexual.
Todo esto es lo normal cuando sale una película tan esperada: se generan controversias y opiniones encontradas sobre diferentes decisiones artísticas. Sin embargo, lo que no es válido es usar un momento tan vulnerable para hacer comentarios sobre el cuerpo de Florence y no sobre su actuación.
No los linkearemos aquí porque no vale la pena repetirlos, pero en redes sociales han circulado videos y tuits con comentarios sumamente inapropiados porque se tratan simplemente de comparar o cuestionar si la actriz tiene un cuerpo perfecto.
Florence ha luchado con esto toda su carrera
Florence ya ha hablado de cómo la incomoda todo el discurso alrededor de sus decisiones personales y su relación con su cuerpo. El año pasado sacó un poderoso post después de usar un hermoso vestido transparente Valentino, donde pidió: “Respeta a la gente. Respeta sus cuerpos. Respeta a todas las mujeres. Respeta a los humanos”.
También comentó en una entrevista que, cuando tenía solo 19 años, un estudio le pidió que cambiara muchas cosas sobre su apariencia, incluyendo su peso y la forma de su cara, lo cual la hizo sentir que decidirse por la actuación había sido un terrible error. Y, cuando las escenas sexuales en Don’t Worry Darling comenzaron a ser el centro del discurso, ella dijo que no las comentaría, porque la película era “más grande y mejor que solo eso”.
Este año, tomó la controversial decisión de raparse, y comentó que precisamente es porque quiere que haya una mayor separación entre quien es en la vida real y sus personajes, además de un statement sobre la vanidad en Hollywood y lo que esperan las audiencias de las actrices: “Hollywood es muy glamuroso, especialmente para las mujeres y es muy difícil para la audiencia ver más allá de eso”.
Sobre su trabajo en Oppenheimer, tanto Nolan como Cillian Murphy han destacado su talento. El director dijo que sintió una conexión artística con ella desde el primer momento, mientras que el protagonista de la película destacó que tiene un gran impacto en la historia con solo unas pocas escenas, y que es su fan desde Lady Macbeth (2016).
Seguro esta no será la última vez que el público se centre más en cómo se ve Florence que en su enorme capacidad artística, pero sabemos que ella no dejará de cuestionar los estándares de su industria y de hacer lo que considera mejor para ella y su carrera.
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