Hay momentos en la vida que parecen sacados de una película, y María Castella está viviendo uno de ellos. Esta talentosa actriz mexicana, cuya trayectoria ha estado marcada por el teatro, el ballet y una profunda conexión con el cine desde la infancia, llega al Festival Internacional de Cine de Venecia como parte del elenco protagónico de Vainilla, una cinta dirigida por Mayra Hermosillo que promete tocar fibras sensibles y dejar huella.

Ambientada en los años ochenta, Vainilla sigue la historia de una familia de siete mujeres que enfrenta la posible pérdida de su hogar, todo desde la mirada de Roberta, una niña de ocho años. María interpreta a Alicia, una madre joven, libre, rebelde y profundamente humana, en una historia que es, según sus propias palabras, el proyecto más significativo de su carrera hasta ahora.
Pero detrás de este gran momento hay un camino lleno de decisiones valientes, amor por el arte y una sensibilidad que traspasa la pantalla. En esta entrevista, María nos comparte desde sus primeros recuerdos frente a la pantalla grande hasta sus reflexiones sobre el trabajo actoral, la importancia de crear comunidad, y la emoción de representar a México en uno de los festivales más importantes del mundo.
Con ustedes, María Castella
Nuestra entrevista con María Castella, la actriz mexicana que brilla en Venecia
¿En qué momento supiste que querías ser actriz? ¿Hubo una obra, película o alguien en particular que te hizo decir “esto es lo mío”?
Mi papá me crió en una sala de cine, nos llevaba a mi y a mi hermana todo el fin de semana, era nuestro plan favorito y crecí con el cine muy de cerca. Mi película favorita es Paper Moon de Peter Bodganovich y recuerdo cuando vi a Tatum O’Neal interpretando a Addie Loggins, creo que ahí fue el primer momento que me di cuenta que quizá querría ser actriz, esto fue en mi niñez, pero como era tan tímida no le hice caso a ese instinto.
Fue mucho tiempo después cuando empecé a estudiar dirección de cine que mis compañeros me proponían estar frente a la cámara para nuestros ejercicios estudiantiles, y de pronto, me di cuenta que esto es lo que realmente quería hacer. Abandoné la carrera de cine y decidí empezar a estudiar teatro, encontré mi casa en cuanto pisé mi alma mater, La Casa del Teatro.
Vienes del mundo del ballet y has hecho mucho teatro, ¿cómo se entrelazan estas experiencias en tu trabajo como actriz?
Me encanta tener entrenamiento de danza y de teatro, actualmente estoy tomando un taller de Shakespeare en la RADA en Londres. Siempre he considerado que es necesario seguirnos preparando como actores y enfrentarnos a nuevos retos, desde mi perspectiva tener entrenamiento en danza, música, y teatro es crucial para tener nuestras habilidades lo más preparadas para cuando estemos en el escenario o en set confiar que ya estamos listxs.
Me considero una actriz que trabaja mucho con su cuerpo y eso me ayuda a tener presencia en el escenario y en el set me ayuda a dosificar mi energía. Todos los entrenamientos que he tomado me han ayudado a construir la actriz que soy y la persona que soy y eso lo llevo a mi trabajo todos los días.

¿Cómo te sientes de presentar Vainilla en el Festival de Venecia? ¿Qué significa para ti este momento?
Me siento sumamente conmovida y emocionada de que tengamos la oportunidad de estrenar Vainilla en el festival de Venecia. Vainilla es mi proyecto favorito en mi trayectoria como actriz; para mí, simboliza el reconocimiento de muchos años de esfuerzo y de lo que deseo seguir trabajando en la industria cinematográfica.
Esta es la historia de hacer cine en familia, de lograr lo que a veces parece imposible. Por siempre estaré agradecida con Mayra Hermosillo, nuestra directora y creadora de Vainilla, por enseñarme que el cine se hace en familia. Vainilla significa representar a mi país, México, y también representar los valores que tengo como artista en este planeta. Definitivamente, es uno de los momentos más importantes en mi carrera.
Cuéntanos un poco sobre tu personaje en Vainilla. ¿Cómo la describirías y qué te gustaría que el público viera o sintiera a través de ella?
Mi personaje se llama Alicia. Alicia es una mujer, mamá joven, la mamá de Roberta, la protagonista de Vainilla. Alicia es muy fuerte y resiliente, con un sentido del humor agudo; es una mujer sumamente trabajadora, rebelde, habla con groserías y rompe todos los estereotipos que se le han impuesto. Ama a su familia, y sobre todo hace todo lo posible por sacar adelante a Roberta. Es una mujer totalmente echada para adelante, sin aparente miedo por lo que los demás digan de ella o de su familia. También es una soñadora; es joven y está aprendiendo a ser mamá.
Me gustaría que el público se sintiera identificado con ella, con la lucha de las millones de mujeres en nuestro país que sacan adelante a sus familias, con las mujeres que se rebelan, que no se censuran, que son completamente ellas mismas. También me gustaría que el público se sienta inspirado por ella, que vea que siempre se puede romper el molde del que venimos.
¿Hubo alguna escena o día de rodaje que se te haya quedado grabado por lo emotivo, lo difícil o simplemente por lo especial?
Varias escenas se quedarán grabadas en mi mente, pero si tuviera que escoger una, creo que sería una escena que filmamos en el mar de Mazatlán, Sinaloa. Fue un enorme reto flotar en medio del mar con todas las actrices; todas tenemos edades diferentes, y fue un reto que siempre se quedará en mi memoria. Fue una escena muy difícil de filmar, pero el resultado es tan conmovedor y hermoso que creo que es mi escena favorita.
El elenco está conformado por siete mujeres de una misma familia. ¿Cómo fue la dinámica en el set entre tantas voces femeninas y generaciones distintas?
Es de las experiencias más gratificantes que he tenido: la posibilidad de compartir escena y procesos con actrices tan diversas, de tan diversas edades y contextos. Para mí fue una experiencia de puro aprendizaje; me sentía como una esponja, absorbiendo historias de cada una de ellas. No importa la edad que tengas, siempre se puede aprender de cada una de ellas. Y eso es la vida: abrirse a escuchar las experiencias de los demás.
Has trabajado con directores icónicos del teatro mexicano. ¿Qué te llevas del escenario al cine y viceversa?
El teatro es mi casa; es el lugar que me dio la formación y la valentía de ser actriz. Siempre que pueda, regresaré al teatro; está en mis huesos, y eso lo llevo siempre al set. El teatro me dio la educación de poder modular mi energía y de trabajar mi presencia, y esto es algo que siempre llevo al set. Para el cine, los procesos de pensamiento que tiene el personaje son lo que captura la cámara. Ambas formas de contar historias me parecen muy interesantes de seguir explorando, y ambas están sumamente entrelazadas en mi actoralidad.
Trabajaste con Natalia Bermúdez en Apnea, que fue nominada al Ariel a Mejor Cortometraje de Ficción. ¿Qué significó para ti ese proyecto y cómo te marcó como actriz?
Natalia Bermúdez es una de las mejores directoras de México; es una mujer y persona extraordinaria. Ganamos el Ariel por Apnea y me sentí demasiado orgullosa por este reconocimiento. Me parece muy mágico vernos crecer desde hace tantos años, y no puedo esperar a volver a trabajar con Natalia.
¿Qué mujeres dentro del cine mexicano o internacional te inspiran o te han marcado en tu camino como actriz?
Sin duda alguna, mis amigas son mi mayor fuente de inspiración: actrices, directoras y guionistas, como Mayra Hermosillo y Natalia Plasencia. El trabajo de Natalia Bermúdez, Natalia Agráz, Irene Azuela, Victoria Franco y Anna Díaz también me inspira muchísimo. Internacionalmente, siempre me ha inspirado profundamente el trabajo de Gena Rowlands, una genia absoluta que me motiva todos los días a mejorarme. También el trabajo de Juliette Binoche me inspira cada día.
Si pudieras hablar con alguien que está empezando en la actuación en México, ¿qué le dirías? ¿Hay algo que te hubiera gustado que te dijeran a ti cuando comenzabas?
Sigue tu intuición; siempre síguela. Ningún camino es igual a otro: el tuyo es perfecto y va a ser difícil y hermoso. Habrá días en que te preguntes por qué sigues actuando, y habrá días en los que sientas que escogiste el camino correcto. Les diría que construyan una comunidad con la que puedan contar historias que les sean importantes; en esta carrera no se llega solo, se llega con familia. Y también, que si está dentro de sus posibilidades, tomen terapia; me parece elemental, ya que nuestro trabajo somos nosotros. Revisarse constantemente emocionalmente en un espacio profesional de escucha es clave, porque la actuación —el set o el escenario— no son terapia. Y está bien sentirse perdidos, y luego encontrarse.

Explora más en: Instyle.mx