Entrevista con Natalia Bermúdez, la eminencia del cine mexicano
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Entrevista con Natalia Bermúdez, la eminencia del cine mexicano

Romper barreras siempre es un motivo de celebración, pero hacerlo en los Premios Ariel le da un sabor especial. Natalia Bermúdez, una talentosa directora, guionista y fotógrafa de Tijuana, ha hecho historia al convertirse en la primer persona en ganar en las categorías de Ficción y Documental. Sin duda, es una de las directoras más prometedoras de México en este momento.

Su corto de ficción, Apnea, cuenta la historia de Renata, quien mantiene una relación secreta con su entrenadora de natación, Liliana. La dinámica de poder entre ellas puede convertir el amor y la pasión en algo que, en lugar de unirlas, las puede destruir. Por otro lado, en su documental Norte, Natalia se adentra en sus propios problemas familiares que a menudo preferimos mantener en secreto, contando la historia de su hermano Rodrigo, quien, después de una vida de excesos, decide buscar la sanación y dejar atrás sus adicciones.

Entrevista con Natalia Bermúdez, la eminencia del cine mexicano
@lanatbermudez

Tuvimos la suerte de platicar con Bermúdez sobre cómo su vida personal influye en su trabajo, la importancia de ser honesta en el proceso creativo, y lo que significa contar historias que sanan tanto al público como a ella misma. Y, claro, hablamos de cómo se siente ser una directora que apenas está empezando y ya está haciendo historia. ¡Aquí te compartimos todo lo que nos contó!

Nuestra entrevista exclusiva con Natalia Bermúdez…

Romper un récord en los Ariel es algo impresionante. ¿Cómo te sientes al ser la primera en ganar tanto en la categoría de ficción como en la documental?

¡Estoy contentísima! Más allá del premio en sí, siento que haber ganado en ambas categorías me abre posibilidades para seguir explorando en distintas ramas, géneros y formas. 

Siempre he creído que categorizar a los directores y encasillarlos es enemigo de la creatividad. Dirigir tiene mucho que ver con la exploración y creo que transitar entre géneros es parte de esa exploración, de esa incertidumbre y riesgo que mantiene a las películas vivas. 

Norte trata sobre tu relación con tu hermano Rodrigo, pero leí en una entrevista que Apnea también está inspirado en tus experiencias personales “¿Qué aspectos de tu vida influenció la narrativa de Apnea?

Sí, está inspirada en relaciones de abuso que viví dentro de la carrera, de las que tal vez algún día estaré lista para hablar con más especificidad. Por ahora me conformo con hacer catarsis y cambiar mi historia a través de la ficción, con darle a mi personaje el poder y la agencia que yo no tuve. 

Tus cortos Norte y Apnea abordan temas personales, aunque uno es documental y el otro es ficción. ¿Cuál crees que es la mayor diferencia al retratar algo personal en ficción y en documental? ¿Existe la misma vulnerabilidad en ambos casos?

Buena pregunta. En mi caso, Norte fue sin duda un proceso más vulnerable, pero creo que tiene más que ver con la forma en que se hizo que con el hecho de que sea documental. Norte es una película que desde su hechura es muy cruda, no hay muchos trucos de forma y las cosas se muestran tal cual son. Apnea, por el otro lado, deja esa vulnerabilidad un poco más oculta y la aborda a través de los símbolos.  

No creo que el que una película sea documental o ficción dicten el nivel de vulnerabilidad con el que nos aproximamos a ella, pero sí creo es que es importante encontrar en cada proyecto, incluso si no es personal, eso que nos vulnera y nos hace conectar con él y empatizar con los dolores de sus personajes. 

Norte es una carta abierta a tu relación con tu hermano. ¿Cómo cambió su relación durante y después del proceso de filmación?

Norte modificó de raíz la dinámica de toda mi familia. El decidir hacer una película fue una especie de detonador que hizo que, así como la cámara lo hacía, nos observáramos entre nosotros y entendiéramos que cada uno estaba transitando su propio dolor. 

En específico con mi hermano, ahora tenemos una comunicación mucho más estrecha y nos entendemos el uno al otro desde otro lugar muy distinto. Él ahorita esta muy bien y eso ha hecho que todo el recorrido que hemos tenido con la película sea muy disfrutable y conmovedor. 

Nuestra entrevista exclusiva con Natalia Bermúdez…
Foto de Norte

Tus cortos exploran el dolor y la sanación. ¿Cómo logras equilibrar estos temas en tu proceso creativo?

Yo creo que la vida es un constante transitar entre uno y otro, y el mismo proceso creativo, si lo haces desde el lugar correcto, te fuerza a atravesar ambos y analizarlos. Por otro lado, esta idea del artista en pena y en sufrimiento permanente me parece anticuada y ridiculísima.

No creo que uno tenga que atravesar grandes sufrimientos y tragedias para poder crear. Hay pequeños momentos de la experiencia humana que son suficientes para conectar con los espectadores y conmoverlos de forma profunda. 

¿Qué aprendizajes emocionales y personales te dejó la creación de Norte y Apnea?

Como joven cineasta es muy común que te aconsejen no hablar de temáticas personales, que te digan que el cine no es una terapia y que lo que te importa a ti es muy probable que no importe a los espectadores. Después de hacer Norte y Apnea pude darme cuenta de lo absurdos y graves que son este tipo de comentarios.

Creo que el gran aprendizaje que me dejaron ambos proyectos es que no hay forma más eficaz de conectar con los espectadores que hablando desde la propia vulnerabilidad, desde la honestidad, desde lo que te importa y te atraviesa. 

La música juega un papel importante en Norte. ¿Cómo decidiste qué canciones o sonidos reflejarían mejor la narrativa?

La música siempre ha estado presente dentro de mi familia y para mí era vital mostrar que ese es también uno de los nortes que guían a mi hermano. Las canciones que aparecen en la película de forma de diegética son las que mi padre nos ponía de pequeños y nos enseñó a tocar en la guitarra, esas canciones que al escuchar ahora nos abrazan y nos curan, aunque hubieron muchas que tuvimos que cortar de la película por los precios ridículos de las licencias. 

El score de Norte estuvo a cargo del multitalentoso Antonio Tranquilino, que llegó a potenciar toda esa alma musical y catártica que tenía la película. Recientemente me invitó a cantar con él una canción navideña original que hizo para Norte, se llama “Letter to Santa”, está en Spotify y es una absoluta belleza.

Apnea trata sobre las dinámicas de poder en el deporte. ¿Qué mensaje esperas que las personas se lleven sobre las relaciones tóxicas y el abuso?

Me gustaría que a través de este retrato de dos personajes complejos con aciertos y errores, se reflexionará en torno a la complejidad de las relaciones abusivas y violentas en los espacios académicos y de aprendizaje, las cuales normalmente es complicado identificar ya que funcionan con mecanismos que no son nada evidentes vistos desde el exterior y mucho menos para las personas que están inmersas en la relación. 

Todo sobre Natalia Bermúdez, la directora mexicana rompiendo records
Foto de Apnea

¿Qué te inspira más a la hora de escribir y dirigir, tus experiencias personales o las historias que observas a tu alrededor?

Creo que cualquier lugar es fuente de inspiración. Tengo una pequeña libreta de ideas que se compone de algunas tramas desarrolladas, pero también de pequeñas imágenes como “Un barniz de uñas plateado”, “Un padre de familia llorando en una larga mesa familiar”.

Es al momento de empezar a construir las historias cuando busco dentro mí para entender a los personajes, sus formas de comportarse y sus huellas de dolor. Esto no significa que dentro de mis historias todos los personajes se comporten como yo, pero sí que logró empatizar con cada uno y entender sus porqués basándome en mi propia experiencia. 

Romper un récord en los Ariel es un logro significativo. ¿Cuál crees que ha sido el factor clave que te llevó a alcanzar este éxito?

Siento que muchos factores convergieron para que esto ocurriera, pero creo que el más importante fueron los maravillosos equipos que se formaron en ambos proyectos. Sin esos amigos artistas que se unieron y entregaron su infinito talento y creatividad a mis películas esto no hubiera sido posible. 

Al trabajar en proyectos tan personales, ¿te resulta difícil desprenderte emocionalmente al terminar?

Creo que conforme las películas recorren sus distintas etapas también la forma desde donde las entiendes emocionalmente va mutando y ese es un proceso sano que paulatinamente te va dejando desprenderte, aunque nunca lo sueltes del todo. 

¿Qué consejo le darías a otros cineastas que buscan contar historias tan crudas y emocionales como las tuyas?

Que siempre sean fieles a sí mismos y confíen en su intuición. El instinto no solo es clave para el desarrollo de proyectos artísticos, sino también para la formación de equipos y para establecer dinámicas de trabajo. Hay una gran parte de la intuición que viene de nuestra formación desde pequeños, pero también hay otra que es importante alimentar a través de la lectura, el teatro, el cine, la pintura y la propia exploración. 

¿Qué sigue en tu carrera como directora? ¿Hay alguna nueva historia o formato cinematográfico que te gustaría explorar, y por qué?

Actualmente estoy desarrollando dos películas de ficción. La primera es una comedia ácida que, a través de los ojos de una actriz desempleada, muestra la industria cinematográfica en México. La segunda es un drama que aborda también una situación de abuso pero desde un ángulo muy distinto. En televisión estoy próxima a estrenar una serie que codirigí con mi gran mentor y amigo Everardo González, hasta ahora es el trabajo por encargo del que más me siento orgullosa. 

Me siento muy afortunada de tener proyectos propios en puerta y espero que estos dos Arieles se transforme en trabajo y oportunidades para que pueda seguir desarrollándome y explorando el lenguaje como directora, fotógrafa y guionista.  

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