Cuando a Elisa Miller, directora y coguionista de la adaptación cinematográfica de Temporada de huracanes (2023), le confirmaron que tenían los derechos para hacer la película, cuenta que fue la mejor llamada de su vida, pero inmediatamente entró en pánico, pensando que la labor de adaptarla sería imposible.
Años después, la cinta tuvo finalmente su estreno durante el Festival de Cine de Morelia de este 2023, donde ganó el premio a Mejor Guion de Largometraje Mexicano de Ficción. Platicamos con la cineasta sobre lo que significa para ella este proyecto, su amor por el libro original de Fernanda Melchor y los mayores retos que vivió.
Si no quieres spoilers de la peli, que se estrena en Netflix el 1 de noviembre y en algunas salas de cine, mejor espera a verla antes de leer.
“Hubo muchas decisiones muy dolorosas respecto a la novela, porque amo el texto y traducir una obra literaria tiene que ver con arrancarle la literatura a una obra que amo. Fue complicado”, nos dijo.
Lo que Elisa Miller cambió (y no cambió) del libro Temporada de Huracanes
La directora, que ha trabajado en series como Desenfrenadas y películas como ¿Qué culpa tiene el karma? o El placer es mío, nos dijo que una de sus decisiones más difíciles fue encontrar la línea del tiempo de la adaptación.
“No olvidemos que entre el libro y la película hay un lector, que en este caso soy yo, y que no es la misma lectura que la de ustedes […]. Una de las decisiones más difíciles fue decidir contar bien el presente, que de por sí era enredoso. Íbamos a contar desde el miércoles, digamos, que Normita va a abortar, hasta el lunes que encuentran el cadáver de la bruja, en desorden y desde diferentes puntos de vista como en la novela, que eso siempre me fascinó. La forma que usó Fernanda para cambiar de voz narrativa en cada capítulo”, aseguró.
Para Elisa, la película está llena de guiños a la novela, donde trató de encontrar un símil entre los recursos literarios de la obra con el lenguaje cinematográfico.
“Hay una cosa de quitarle la literatura al guión, tratar de transferirlo al audiovisual y tratar de rescatar detalles. Luismi se chupa el dedo, eso era algo que decía en el libro, ni sé dónde, pero en algún momento lo decía y a mí me pareció muy importante añadirlo. Era eso, tratar de homenajear el libro. Ya que estaba el guion, hubo una reescritura donde tratamos de meter guiños a cosas que decidimos no filmar porque era bien difícil, todo eso bien oscuro. Todo el capítulo de Brando que para mí era ‘no puedo poner eso en escena’, no pudimos”, aseguró.
Los movimientos de cámara y la forma en que Elisa filma a sus personajes, son también una forma de aludir a la narrativa tan cambiante y compleja de la autora del libro, por lo que era importante incorporarlos en la película.
“La cámara es para el cine lo que el narrador en la literatura, entonces teníamos la elección de dónde ponemos la cámara, y de las primeras preguntas que le hice a Fernanda fue, ‘¿qué onda con tu narrador?’, porque no es una novela fácil, el narrador va y viene. Para ella, el narrador se posee de sus personajes. Y para mí, igual y nadie se da cuenta, pero fue fundamental agarrarnos de esta idea y decir cuando entramos al capítulo de uno y otro, que la cámara también poseyera también a los personajes”.
Respecto a la construcción de sus personajes y el trabajo con actores, la directora compartió que para ella era importante ver a los integrantes de la historia desde la compasión, tal y como lo hace el libro.
“Cuando nos dimos cuenta de que todos los personajes, adultos incluidos, eran unos niños sin amor, pudimos mirar a esas personas, que no olvidemos que está basada en hechos reales, y nos sentimos muy atravesados.Trabajamos a los personajes siempre desde la óptica de la compasión, como lo hace el libro, porque siento que Fernanda no enjuicia a sus personajes, sino que los relata, cuenta sus historias”, concluyó.
Temporada de Huracanes es protagonizada por actores completamente nuevos en el cine, porque Elisa Miller estaba convencida de que en el teatro hay mucho talento que todavía no ha sido tan reconocido. De varios castings en teatros underground, surgieron los protagonistas: Andrés Cordova como Luismi; Ernesto Meléndez como Brando; Kat Rigoni como Normita, y Edgar Treviño como la bruja, quien compartió un mensaje respecto a la situación que atraviesa su personaje y que considera necesario visibilizar.
“Una parte muy importante que hablé con Elisa era que ella me decía: ‘la bruja se muere’, pero yo le decía que era muy importante señalar por qué muere la bruja, independientemente de que pueda ser un crimen pasional, también era un crimen de odio y hoy por hoy los crímenes de odio en este país están muy vigentes y se habla muy poco de ello. Los ministerios públicos confunden los crímenes pasionales con crímenes de odio y yo le decía a Elisa, tenemos que decir eso, porque las personas que han sido violentadas por odio y que fallecen también dicen algo antes de morir” compartió Edgar Treviño.
Por Grecia Juárez
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