Hablamos con Nicole Zignago: la cantante peruana que la está rompiendo y poniendo la música latina en alto. Y sí, como la badass woman que es, lo que más la motiva es “ver una mujer ocupando espacio y brillando, diciendo lo que tiene que decir sin pedir permiso ni disculpas. Eso me inspira para poder también ser esa mujer”.
El valor de regresar a la propia esencia, el poder de la vulnerabilidad, el arte de confiar en el camino o la responsabilidad de abrir uno nuevo, la cantante chilena, te compartimos todo lo que Nicole ha aprendido sobre abrazar cada nota inesperada dentro de su propia melodía.
“Cuando tenía cuatro años, mi papá me dijo: ‘China, ¿quieres escuchar cómo cantas?’. Recuerdo ponerme audífonos, pararme frente al micrófono y escucharme de regreso y pensar: ‘¡qué es esto!’”, así describe Nicole el comienzo de una historia de amor que se hizo patente al segundo en el que pisó el escenario a los 13 años: “Me trepé al escenario y ya nunca más me quise bajar, no hubo de otra”.
Nicole Zignago y sus canciones de desamor
Hoy, la cantautora de Perú, continúa compartiendo sus versos como solía hacer desde que llenaba las páginas de sus agendas de Pascualina (el diario favorito de cualquier adolescente en los 2000). Letra por letra surgen canciones agridulces de desamor que despiertan un deseo casi instintivo de cantarlas a todo pulmón:
“’El factor desgarro’ en una canción es súper importante, porque siento que todos somos un poco adictos a ese sentimiento. Puede que no te hayan roto el corazón recientemente, pero escuchas las canciones como un sentimiento de liberación”.
Y es que para ella la música no solo es sanación —personal y hasta espiritual—, sino una forma de mostrar su mejor cualidad: “Ser quien soy. Ser honesta, ser vulnerable… sentir un montón y llorar también es un súper poder”. No hay lugar para el miedo a la vulnerabilidad, como efecto domino, siendo nosotras mismas es como podemos inspirar a otras: “Siento una responsabilidad enorme de abrirnos el espacio que todas nos merecemos, tanto las artistas como las productoras, las ingenieras, las mezcladoras, las que son parte del staff técnico. Y para quienes escuchan mi música, ser una voz para ellas y que sepan que tienen espacio seguro conmigo en mi música de ser quiénes son también”.
La compositora que empezó su carrera musical escribiendo canciones para voces como Sofía Reyes o Mau y Ricky, hasta llegar a la cima con una nominación a Mejor nuevo artista en los Latin Grammys, donde compartió el escenario (además de una conversación que lleva en el corazón) con uno de sus ídolos al crecer, Carlos Vives.
Éxito tras éxito, el mejor aprendizaje de su carrera, lo vive ahora: “Nadie más que yo está empujando de este tren por mí, nadie tiene que creer tanto en mí y en mi letra, en mi historia y en mi forma de contar más que yo (…) Es muy necesario tener esa resiliencia todo el tiempo. Son muchas puertas cerradas, pero basta una que se abra para poder seguir escalando la montaña, y esa capacidad de poder encontrarse con esa Nicole que moría por hacer lo que estoy haciendo ahorita, aunque es complejo a veces, es lo único que te hace seguir adelante”.
¿Uno de los mejores consejos que le han dado para ello? “Mi padre me dijo: ‘para cumplir un sueño primero hay que despertar’. Eso siempre me ayuda a regresar a la tierra , lo que me lleva a la acción siempre”. Es así como aquella niña que bailaba y cantaba la canción de Shakira, “Ojos Así”, con pasión pura, aún se asoma a través de una artista que no pierde el tiempo dándole muchas vueltas al futuro: “Me he dado cuenta que no me trae nada fructífero estar pensando en lo que quiero que pase. No hay nada más importante que el ahora. Mi novia siempre me dice: ‘hoy es siempre’; y sí: hoy es siempre”.
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