Jennifer Lawrence es mamá desde hace varios meses, pero ha mantenido en secreto tanto el nombre como el sexo de su bebé. En una reciente entrevista, por fin reveló que su hijo es niño y se llama Cy, en honor al pintor Cy Twombly (recuerda que Cooke Maroney, el esposo de la actriz, es galerista de arte).
En su conversación con Vogue, Jennifer contó varias otras cosas sobre su vida como mamá y su relación con su familia. Por ejemplo, dijo que para ella la maternidad fue un caso de amor a primera vista, pero que sabe que para otras personas puede ser un proceso:
“La mañana después de dar a luz, sentí que toda mi vida había empezado de nuevo. Tipo ‘hoy es el primer día de mi vida’. Simplemente me le quedaba viendo, estaba muy enamorada y me enamoré de todos los bebés en todas partes. Los recién nacidos son increíbles”.
Sin embargo, su camino para ser madre no ha sido tan fácil. Cuando estaba iniciando sus veintes, Lawrence se embarazó y pensaba tener un aborto, pero acabó perdiendo el embarazo. Años después y ya casada, mientras filmaba Don’t Look Up tuvo un embarazo deseado, pero también lo perdió.
Estas experiencias la han hecho ser más vocal respecto a su apoyo al derecho a decidir en Estados Unidos: “tuve un embarazo muy afortunado, pero cada segundo de mi vida era distinto. Y a veces se me ocurría ‘¿qué tal si me forzaran a hacer esto?’ (…) ¿Quién puede criar a una hija y después pensar que no merece igualdad?.
En estos tiempos, Jennifer es mucho más abierta sobre sus creencias políticas que antes, y su maternidad es parte de su decisión de hablar: “vives en Estados Unidos. Tienes que interesarte en la política. Es demasiado grave. La política está matando a la gente”.
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