El trabajo del hairstylist belga Joeri Rouffa y lo que logra con sus pelucas podría describirse como una obra de escultura de pelo que desafía las leyes de la gravedad, el volumen o el color. Basta con scrollear por su Instagram para confirmar que sus hair looks no son replicables y que su estilo único está marcando un nuevo rumbo en la industria.
“Soy un storyteller; alguien a quien le encanta crear y conectar. Soy demasiado curioso, me descubro constantemente aprendiendo y encontrando la belleza en lo inesperado”.
Esto es todo lo que platicamos con Joeri Rouffa sobre su trabajo en la industria
¿Podrías contarnos sobre tu trayectoria dentro de la industria y qué fue lo que finalmente te llamó la aten-ción del hairstyling y especializarte en las pelucas?
Comenzó cuando conocí a Gil, del dúo de fotógrafos Domen & Van de Velde y él me introdujo al mundo de la moda cuando todavía estaba estudiando. Fue un groun-dbreaking moment para mí, porque normalmente las cosas que aprendes en la escuela no son los skills que terminas aplicando en una sesión de fotos o que se requieren. Abrió mi mente a la moda y la transformación, y crear pelucas se convirtió en una extensión de ese amor. Me encanta que este trabajo siempre está desafiando mis propios límites creativos.
Desde tus primeros años en la industria hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado tu definición de belleza?
Inicialmente veía la belleza como una estética y con el tiempo entendí que no se trata de una apariencia perfecta, sino más bien de ser imperfecto; todavía estoy luchan-do con ese equilibrio porque quiero que las pelucas o el pelo sean impecables. Al inicio mi proceso se definía más buscando inspiración de lo que tenía en mente sobre una idea en particular, pero ahora siento que me encuentro más inspirado con mis propias experiencias y con apreciar la naturaleza.
¿Hay alguna referencia cultural, género musical o movimiento social/artístico al que regreses en busca de inspiración?
Sí, me inspira mucho en el movimiento Art Nouveau porque todo es sobre el detalle en las líneas orgánicas, creo que eso para mí es lo que lo hace perfecto. Es parecer orgánico con formas y colores que fluyen entre sí. Pero a veces también sucede cuando veo una pieza o encuentro música que me encanta, como el álbum más nuevo de Charlie XCX que te invita a desafiar las normas.
El pelo puede ser muchas cosas, un espacio seguro para experimentar, un escudo, un stage para mostrar nuestro verdadero yo… ¿cómo describirías tu conexión con él?
Para mí, el pelo es un canvas. Puedes hacer lo que quieras con él, yo siempre animo a la gente a hacerlo y más en tiempos como este con social media en los que todos quieren verse iguales, para ser honesto, se vuelve un poco aburrido. ¡Prueba cosas nuevas, después te vuelve a crecer!
Tus pelucas desafían básicamente los límites de la gravedad, la escala y la textura con mucha precisión. ¿Cómo encuentras el equilibrio para ese tipo de deta-lles en tus diseños, ya sea jugando con el volumen o superponiendo texturas?
Se resume en: prueba y error. He probado tantas cosas; para mí es como encontrar la armonía en un rompecabezas, tengo que asegurarme de que cada elemento encaje perfecto, como la textura, el volumen o la altura que quiero que tenga.
¿Cómo describirías ese challenge de trabajar primero con la peluca en tu estudio (o en un wig stand) y hacer que cobren vida cuando se las pones a una modelo en un shoot?
Para mí es el momento que más disfruto de todos, ver la pieza terminada en alguien, que se estén tomando las fotos o video y tener un glimpse del producto final – para mí es lo más especial. De verdad amo el proceso de trabajar en la pieza, pero cuando ves a alguien parado, usándola y épicamente, es lo mejor.
¿Cuándo sabes que una pieza está realmente terminada?
Es una respuesta difícil porque siempre quieres mejorar. Todavía estoy aprendiendo sobre el proceso de dejar ir, pero es algo muy importante que repito cuando hago cursos: les digo “un paso atrás y luego regresen”, porque es probable que ya esté terminado el look. Yo por ejemplo, siempre ter-mino mis pelucas hasta el 90-95% y los toques finales los hago en el modelo porque pueden cambiar cosas mientras estás en la sesión.
El color es un elemento importante en el storytelling, sabemos que puede convertir una idea en algo tangible. ¿Cómo abordas el uso del color en tus creaciones?
Siento que el color lo es todo, es el que crea el mood del storytelling, mi enfoque es como el de un pintor; necesito considerar cómo va a caer la luz, cómo es la textura del pelo, cómo puedo implementar el color en él, porque no sólo es mezclar y poner color, tengo que considerar las mejores maneras para que complemente el diseño.
Joeri, ¿podrías explicarnos tu proceso creativo?
Siempre cambia y depende, si se centra más en el pelo (donde yo sería el personaje principal) o en la ropa. En términos gene-rales, obtengo un moodboard del fotógrafo y luego tomo algunas ideas y agrego mi propio toque. Busco imágenes que me inspiren, después de esas horas de research empiezo a dibujar y hacer mis sketches, esto se lo mando al fotógrafo y al equipo para comentarlo – es un trabajo colaborativo. Dos cosas son importantes para mí: tener en cuenta el trabajo de todos y la buena comunicación.
¿Tienes alguna anécdota o recuerdo de algún momento chistoso o de estrés que te pasara en un shoot?
Sí, una vez hice una peluca para una campaña que era de mi salón que tengo en Bélgica, y cuando llegamos al estudio la peluca se cayó a un charco con agua. Por suerte tuve tiempo de arreglarla, pero fue una experiencia traumática porque simplemente se cayó de la nada, llegando.
¿Hay algún proyecto o campaña que recuerdes que ha sido de las que más te ha tomado tiempo?
En mi proceso, después de las imágenes y los sketches comienzo a trabajar sobre una doll head; a veces me lleva horas, o días. Una vez hice una pieza para un show con muchas extensiones, me tardé de 3 a 4 días sólo para trabajar en las extensiones y aplicarles tinte, sólo enjuagarlas me tomaba medio día.
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